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Charlène de Mónaco: la princesa más enigmática, extravagante y derrochadora del universo royal

Nadie conoce su verdadero día a día, solo la cuenta de unos gastos increíblemente desorbitados

Su pasión por las firmas de lujo la sitúan al frente del ranking de realezas que más invierten en ropa

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Charlène de Mónaco, durante un acto público del pasado año. GTRES

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Dicen que las estilistas son las nuevas confesoras de las celebrities. Este bien podría ser el caso de Charlène de Mónaco, la princesa más enigmática, extravagante y derrochadora del universo royal, que ha convertido en alfombra roja cada una de las contadas apariciones que realiza y a las que le obliga el cargo.

La escena vivida el pasado fin de semana explica muy bien las peculiaridades del carácter y estilo de vida de la Princesa Charlène. Era el Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1 y allí apareció la mujer del Príncipe Alberto envuelta en un imponente vestido rojo de Louis Vuitton en contraste con todo lo que se había visto, oído y respirado durante tres días: la grasa, el ruido de neumáticos o el estilismo general de estas citas, marcado por la comodidad multiusos de la ropa vaquera.

Lo cierto es que Charlène de Mónaco no desaprovecha una sola ocasión pública para mostrar su gusto por el derroche –su guardarropa es su máxima expresión hacia el exterior- y la ostentación aparejada a su cargo. Y si bien es cierto que los secretos del palacio de Mónaco siempre han solido estar bien guardados, recientemente, las revelaciones sobre los hábitos de gasto de la familia Grimaldi han sacudido la calma del Principado, situando a la bella Charlène en el ojo del huracán.

Una la investigación publicada por 'Le Monde' reveló que la Charlène de gastó «unos 15 millones de euros» en ocho años, una cifra que ha ido aumentando progresivamente cada año. Su asignación, es decir, la cantidad que le otorga el Estado monegasco cada año, era de 700.000 euros en 2001 a su llegada a palacio, según 'Le Monde', y actualmente asciende a 1,5 millones de euros al año. Solo por comparar: la asignación para el Rey Felipe VI es de 269.296 euros al año y para la Reina Letizia es de 148.105 euros. Unas diez veces menos.

A pesar de su elevada asignación, la Princesa de Mónaco se muestra insaciable con el dinero. 'Le Monde' mencionaba la compra de un catamarán, el alquiler de una villa en Córcega (además de su villa en Calvi), o incluso la decoración de su oficina por valor de un millón de euros. Todos los gastos, por supuesto, aprobados por el Príncipe Alberto de Mónaco.

Pero es que Charlène de Mónaco también es muy generosa con su familia. El 14 de diciembre de 2022, una nota de los contables hablaban de un pago de 900.000 euros a Sean Wittstock, hermano de Charlène, «por su casa». Y para el nacimiento de los gemelos Jacques y Gabriella, se gastaron en 2014 la asombrosa cifra de 683.000 en un simple bautizo.

Aquella estancia en Sudáfrica

La princesa regresó a Mónaco en noviembre de 2021 después de estar más de seis meses en Sudáfrica debido a una enfermedad. Aquel suceso, más su actitud elusiva y distante, no hizo más que aumentar dos cosas: la naturaleza elusiva y enigmática de su carácter y sus ganas de comprarse la ropa más cara.

Según los últimos datos, en 2202 estrenó más de 105 prendas con un gasto medio de más de 11.000 euros por cada una de ellas para un total de más de 700.000 euros anuales en ropa, el más alto, y con mucha diferencia, respecto al resto de monarquías europeas. No le sirve cualquier cosa, desde luego. Po comparar de nuevo: la Reina Letizia tiene un gasto medio por prenda de 539 euros con estrenos que casi siempre proceden de firmas 'made in Spain' y hasta low-cost.

Sus firmas de ropa favoritas

Armani es su firma favorita, la que la vistió para el día de su boda con un vestido para el que se emplearon 130 metros de seda duquesa de color blanco roto y que requirió más de 2.500 horas de trabajo. El diseño contenía más de 40.000 cristales de Swarovski, 20.000 madreperlas en forma de lágrimas y otras 30.000 perlas doradas bordadas. Otras firmas que no faltan en su armario han sido Dior, Louis Vuitton, Ralph Lauren, Versace y Akris.

Mientras tanto, la vida transcurre rutinaria en Palacio. El Príncipe y la Princesa se esfuerzan por parecer un matrimonio sólido entre incesantes rumores de crisis, Charlène no se habla con sus cuñadas Estefanía y Carolina, la cuenta de gastos sigue subiendo y subiendo… Lo que viene a ser una vida enigmática, extravagante y derrochadora.

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