Will Gardner: «Ante los peligros de la red, los padres deben tener el canal de comunicación siempre abierto para sus hijos»
El CEO de Childnet International y director de UK Safer Internet Centre habla de las herramientas disponibles para que los niños no estén solos en sus vidas online
Si los Reyes Magos han dejado un móvil a tu hijo, recuerda: las normas de uso son iguales para toda la familia

La preocupación por la seguridad infantil en la Red que se palpa en el encuentro en París con Will Gardner, CEO de Childnet International, y director de UK Safer Internet Centre, es la misma entre los periodistas españoles, franceses o italianos presentes. «Hace ... veinte años los problemas o conflictos que podían surgir alrededor de este tema estaban muy fragmentados en el mundo. Hoy, con algunas variaciones, los desafíos son los mismos para todos».
Así lo confirma este hombre, experto en empoderar a niños y jóvenes con las herramientas necesarias para encarar los retos de navegar en internet, siempre de una manera positiva. «No podemos eliminar todos los peligros, pero sí podemos ofrecer herramientas para que los niños no estén solos en sus vidas online», reconoce este experto, que desde su organización sin ánimo de lucro dota a los menores de las habilidades necesarias para navegar por internet de forma segura y enriquecedora.
Para Gardner, si bien los beneficios de la tecnología pueden ser espectaculares, los riesgos también, aunque 2025 parece erigirse como el año en el que ya es patente la preocupación de la sociedad ante los permanentes estímulos que suponen el uso de las tabletas o los móviles para los niños. Por eso «en las charlas que impartimos desde Childnet International -explica-, insistimos en cuatro aspectos, que se dividen en cuatro 'Ces': Contenido inapropiado (pornografía, etc); Contacto (Adultos interesados en niños); Conducta (sobreexposición al compartir demasiada información); Comerciales (Anuncios que no son claros sobre cómo proteger tu dinero).
La entidad intenta transmitir estos principios a las distintas administraciones, a las escuelas pero, sobre todo, a las familias. «Los padres están en primera línea de prevención. De hecho, son los que tienen más poder para combatir los peligros que existen en la Red, pero para eso deben tener el canal de comunicación siempre abierto», advierte este hombre, sabedor de lo que habla, como padre también de cinco hijos. «Somos una pieza central en su seguridad. Puede que sí tienen un conflicto primero acudan a sus amigos, pero nosotros estamos justo debajo en la línea de importancia. Pero para eso debemos estar al día, e interesarnos por lo que hacen para poder apoyarlos siempre, incluso cuando no nos resultan atractivos los juegos online escogidos».
La importancia de la comunicación
Es importantísimo que los niños, prosigue Gardner, «sepan que pueden acudir a hablar contigo si no están seguros sobre algo que han visto y que puedan recibir tu apoyo, que puedan acercarse. Debemos darles confianza para que puedan preguntarnos. Pero para eso es necesario estar al día, interesarse por lo que hacen tus hijos y estar ahí para apoyarlos siempre, incluso cuando no te resultan familiares los juegos escogidos». Los progenitores, añade, «no debemos mostrar que nos asustamos ni castigar sin el móvil. Es mejor escuchar lo que nos plantean y preguntarles a los menores cómo creen que hay que actuar ante derterminadas situaciones, qué les gusta de esa u otra aplicación, para qué la usan, por qué les divierte…».
La comunicación entre padres e hijos, insiste una y otra vez a lo largo de la conversación, «debe estar en el eje central de la ecuación. Debemos escuchar a los jóvenes. Es una generación que piensa diferente. Hay que escuchar su voz, porque su experiencia es distinta a la que tuvimos nosotros y también podemos aprender de ella. De hecho, ¡no todas las conversaciones sobre tecnología tienen que versar sobre seguridad! Se trata de tener los canales de comunicación abiertos e interesarnos en por qué eligen, por ejemplo, aplicaciones como Instagram (META)».
«Es curioso -continúa -. Ahora se discute mucho sobre el tiempo que pasan los menores frente a las pantallas. ¿Más? ¿Menos? Hace poco hicimos una encuesta en colegios preguntando a los estudiantes si querían pasar más tiempo delante de las pantallas y un 50 por ciento dijo que sí y otro 50 que no. Curiosamente, también preguntamos si querían que sus padres pasasen menos tiempo con sus móviles y el 99 por ciento dijo que sí. Los niños no son tontos y nos dicen: 'Los que pasan más tiempo con las pantallas son mis padres, ellos sí que necesitan control parental. Mi madre me dice que está contestando mails del trabajo pero yo sé que no es así, está mirando sus redes'. Esto nos lleva a reflexionar en el ejemplo que damos los adultos en casa».
Pero, prosigue, «teniendo en cuenta que no podemos prescindir de la tecnología, es básico que los padres aprendamos a manejarla, e impongamos ciertas reglas a partir de las cuales los menores pueden construir su relación con ella. Las normas pueden hacer las cosas más fáciles. Por eso no hay que dudar en utilizar controles parentales y crear perfiles específicos para los niños, además de bloquear o limitar el tiempo de uso que pasan interactuando con cualquier contenido. En este sentido, existen herramientas muy interesantes en las que podemos apoyarnos como desde la cuenta 'en Familia' de Apple.
"Creo que en este acompañamiento es realmente útil crear en tu propio teléfono una Cuenta de Apple para tus hijos, donde configurar diferentes permisos de forma remota, como 'Tiempo de Uso', para conocer mejor en qué gastan su tiempo, y aprobar descargas, etc. También es recomendable la opción de 'Compartir Ubicación con tu Familia', para saber si tu hijo ha salido de un determinado lugar o acaba de llegar a casa, que es algo que da mucha tranquilidad a los progenitores. La tecnología -admite- es pegagosa, absorbe nuestra atención. Pero para minimizar las distracciones, también podemos usar el 'modo concentración' de iPhone, que es algo que encuentro que realmente puede ayudar a reducir las distracciones a lo largo del día, recibiendo solo las notificaciones que se desean y ayudando en algo tan complicado como mantener el foco en el presente».
Es verdad que las herramientas, reconoce, «están bien y son necesarias, está claro, pero son solo eso, herramientas. Los adultos siempre tendremos que estar ahí para que vengan a nosotros con confianza para tener una charla. Por ejemplo, si tienen dudas ante una imagen porque ha podido ser creada con IA, y dudan de si esta es real o no, si no saben si pueden compartir ciertas cosas… La mejor herramienta de protección es la 'conversación' con ellos. Hay mucho trabajo por hacer para los padres a los que les importan sus hijos».
Espíritu crítico
«No podemos hacerlo solos -reconoce Gardner, igual que debemos intentar llegar a una solución entre todos los que estamos cerca de los menores: padres, hijos y abuelos. Debemos formar un triángulo de protección. Todos debemos debemos prestar nuestro apoyo igual que les enseñamos a montar en bicicleta o a nadar en una piscina y no les dejaríamos solos si no hubiera un socorrista o tuvieran puestos los manguitos. Existen diferentes niveles de protección que tenemos que utilizar hasta que aprendan a nadar», reflexiona.
Para llevar a cabo esas conversaciones sobre temas conflictivos como pueden ser el bullying o sobre porno, sugiere Gardner, «se pueden utilizar casos o noticias que salen en la TV o el periódico para dejar caer el asunto que nos interesa tratar pero mi consejo es que, cuando se trata de adolescentes, es mejor que no sea un cara a cara, o alrededor de la mesa a la hora de la cena, sino que se aprovechen, por ejemplo, los trayectos en coche para tratar de dilucidar cuál es su opinión y poder así ayudarles a crear un espíritu crítico».
Tener ojo crítico, insiste, «es increíblemente necesario para proteger a la gente joven en un mundo como el actual, donde en los últimos diez años se han incrementado los problemas sobre fotos de contenido u orientación sexual, cotilleos, acoso… Por eso nuestra relación con ellos y el comportamiento que tenemos a la hora de escucharlos y guiarlos hacia el contenido correcto es muy importante».
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Por otro lado, reconoce Will Gardner, es que «nadie tiene la clave sobre cuál es la edad adecuada para dar un móvil a un niño, no todos los menores son iguales. Lo que sí está claro es que si optamos por darle un dispositivo a un menor, tenemos que estar seguros de que podemos afrontar el peligro en cada paso que demos, exactamente igual que haríamos en cualquier otra ocasión de la vida». «No es que tengan 12 años y al cumplir 13 sepan cómo comportarse. Es muy importante la educación de tecnología en casa y eso debe empezar mucho antes».
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