«Las artes son un medio maravilloso para desarrollar habilidades creativas y emocionales»
Hablamos con Fátima Sánchez Santiago, directora ejecutiva del Centro Botín cuya investigación con la Universidad de Yale desvela los buenos resultados que produce trabajar la inteligencia emocional y la creatividad en las actividades
«Hay que hablar de las emociones agradables y desagradables con libertad»

La creatividad ha sido designada por el Foro Económico Mundial como una de las diez competencias fundamentales para los profesionales del futuro. Por ello, la Fundación Botín lleva tiempo investigando y analizando cómo impacta dicha capacidad en los alumnos. «Todos somos creativos, ... es decir, somos capaces de buscar soluciones a los problemas que se nos plantean diariamente en cualquier ámbito. Sin embargo, a medida que crecemos, vamos perdiendo creatividad», comenta Fátima Sánchez Santiago, directora ejecutiva del Centro Botín. Esta institución persigue, por ello, ir en la dirección contraria.
El Centro Botín ha comenzado recientemente a medir el impacto de su curso 'Artes, emociones y Creatividad' para el desarrollo de habilidades emocionales y creativas en adolescentes de 12 a 15 años del IES Alberto Pico y del IES Villajunco, ubicados en Santander. Esta medición se enmarca en la línea de trabajo que el centro de arte desarrolla desde el año 2013 con el Centro de Inteligencia Emocional de la Universidad de Yale, y que se basa en la idea de que las habilidades emocionales y creativas se pueden enseñar y aprender y, lo que es más importante, que las artes son un poderoso vehículo para este aprendizaje.
«La creatividad tiene que tener resultados originales», explica Sánchez Santiago. «No se trata de inventar, sino de combinar, por ejemplo, ideas o soluciones del ámbito de la empresa y aplicarlos al educativo y hacer que funciones», ejemplifica.
De las investigaciones desarrolladas hasta el momento se extraen conclusiones importantes, como la mejora en personas adultas de un 47 % de la capacidad de generar ideas originales tras la realización del curso en el Centro Botín (mejora que se mantiene en un 25 % dos meses después de haberlo finalizado) y una mejora del 21 % tras realizar el curso en la capacidad de analizar un problema desde distintos ángulos, lo cual es el paso previo fundamental para ser capaz de resolverlo con éxito.
Resultados al alza
En niños y niñas, los resultados también han sido muy positivos ya que la realización del curso de desarrollo de la creatividad a través de las artes mejoró de forma significativa su comportamiento creativo, una mejora que se mantuvo dos meses después. Además, los participantes en este curso fueron capaces de generar un 40 % más de ideas (lo cual es muy importante, ya que cuantas más ideas se generen más posibilidades hay de que se encuentren mejores soluciones a los problemas); en concreto, tras el curso, las ideas generadas eran un 68 % más originales. En cuanto a la capacidad de analizar y definir problemas, la mejoría en los niños y las niñas fue de un 75 %. Además, el 95 % de los niños considera que son capaces de expresar mejor sus sentimientos y entender mejor cómo se sienten otros; y el 58 % dice haber aprendido nuevas habilidades creativas, usar mejor los materiales, entender que la primera idea que nos viene a la cabeza no es siempre la mejor o ser capaces de generar diferentes ideas para resolver sus problemas.
Según la experta, «es clave cómo miramos a nuestro alrededor y es fundamental no ver siempre el problema desde el mismo prisma». Esto es algo que los niños, de forma innata, saben hacer a la perfección. «Es fundamental dejarles hacer en un contexto libre, pero controlado, sin darles todo el rato indicaciones. Nosotros, por ejemplo, desde las artes, les damos vía libre para que desarrollen sus habilidades emocionales y creativas. No le decimos al menor que pinte un paisaje, por ejemplo. Nuestras investigaciones nos han desvelado que cuando un niño se siente mal y se le ha dejado dibujar libremente, se ha generado en él mismo emociones agradables de tal manera que repercute directamente en su estado emocional, mejorando su capacidad de aprendizaje», ejemplifica la responsable.
«Cuando un niño se siente mal y dibujar libremente, se ha generado en él emociones agradables, mejorando su capacidad de aprendizaje»
El Informe «Artes, Emociones y Creatividad: investigación, aplicación y resultados», elaborado por la Fundación Botín y la Universidad de Yale, demuestra la capacidad que tienen las artes para el desarrollo de la creatividad. En el caso de los niños, estos mejoran su capacidad para generar más ideas y más originales. Así, en un test de pensamiento creativo realizado al terminar un curso del Centro Botín, el número de ideas había aumentado en un 40 %, mientras que el de ideas originales lo había hecho un 68% en relación a los resultados obtenidos en las mediciones previas al inicio del curso. Los niños también mejoran su habilidad para definir y reflexionar sobre problemas nuevos, siendo capaces de identificar y definir un 75 % más de problemas al terminar el curso. Además, mejoran un 35 % su comprensión sobre cómo usar con efectividad sus emociones en el análisis y la resolución de problemas. El 95 % de los niños refiere haber aprendido habilidades emocionales en el curso (por ejemplo, han mejorado su vocabulario emocional, aprendido a expresar mejor sus sentimientos y comprender mejor los de los demás) y el 58 % asegura haber mejorado sus habilidades creativas, aprendiendo a crear con materiales imprevistos y entendiendo que las primeras ideas que se nos ocurren no son siempre las más originales.
«Yo me quedo siempre con una frase que dijo un niño de Primaria: 'Me encanta el arte y no lo sabía'», recuerda Sánchez Santiago. «Los pequeños están acostumbrados a pintar, cantar, dibujar… Pero no a una expresión artística de estas características en la que prima cómo ellos se relacionan con el arte», reseña. «Y es que las artes son un medio maravilloso para desarrollar habilidades creativas y emocionales».
En los adultos, la investigación demostró mejorar su capacidad de generar ideas originales un 47% y, dos meses después, se mantienen esos buenos resultados en un 25 %. Además, mejora un 21 % la capacidad de definir y analizar problemas desde distintos ángulos, un porcentaje que, un par de meses después, alcanza el 69 %. Tras el curso aumenta un 10 % la idea de que la identificación y comprensión emocional mejora con la práctica y, la idea inicial de que se nace o no se nace creativo y la creatividad es algo que no se puede desarrollar, cae un 29%. Además, un 47 % asegura haber adquirido nuevas habilidades para resolver problemas de forma creativa, mientras un 43 % señala haber mejorado sus habilidades emocionales para, por ejemplo, identificar sus emociones.
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«No podemos separar emoción y razón», recuerda la directora ejecutiva del Centro Botín. «Nuestro trabajo revela lo importante que es darse cuenta del importante papel que tienen las emociones a la hora de resolver un problema porque ese estado emocional te va a afectar de muchas maneras: cómo ves el problema, cuales son las soluciones… Y en ese proceso creativo, hay dos opciones: solucionarlo o frustrarse», recuerda. «Cuando regulas las emociones, las comprendes y te paras a analizar cuáles son las posibles soluciones, es cuando entiendes que tu estado emocional condiciona tu capacidad de crear», concluye.
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