Yolanda, no vistas de colegiala 'old money', que no toca

Aún con el sobresalto metido en el cuerpo, intento buscar una explicación de por qué escoges ese trajecito. ¿Quieres ser 'la niña rebelde del Congreso'? Me hacía gracia cuando en plena campaña electoral parecías 'la nueva Barbie de la política', con Sánchez del brazo. Era normal, la película de Greta Gerwing te hechizó, como a muchas que jamás habían vestido de rosa. Más tarde, en tu encuentro con Puigdemont, te transformaste en 'la Señorita Rottenmeier', con falda tubo, taconazo y blusa blanca con lazada en el cuello. Fue genial, pero lo de esta semana no tiene un pase.

Presentarse a hablar sobre el SMI (salario mínimo interprofesional) con ese look estilo 'old money' es un disparate. Te has pasado de frenada. Hay que saber cuál es el límite en tu papel de vicepresidenta segunda, fashion primera, del Gobierno. Porque la falda de tablas es demasiado corta y abierta. Si quieres seguir al pie de la letra con este estilismo deberías combinar la prenda tableada con calcetines altos y la camisa tendría que ir desabrochada junto a una corbata a medio ajustar, no con esa pajarita deslazada.

El estilo 'old money' es más complejo y concreto. Su vestimenta es como la del uniforme de internado británico e incluye prendas similares a las utilizadas en deportes como el golf, tenis e hípica: polos, faldas de tablas… La Universidad de Cambridge define a los 'old money' como aquellas personas que son, visten y viven como ricos, y cuyas familias son millonarias desde hace varias generaciones. Son lo más parecido a la aristocracia europea, pero en versión americana y tú no quieres parecer uno de ellos ¿verdad?

El icono 'old money' por excelencia es la Jackie Kennedy de la década de los 50. A finales de los 90, en la serie 'Sexo en Nueva York', una de las amigas de Carrie Bradshaw, Charlotte York, representaba a este grupo de 'chicos bien' y diez años después, en 'Gossip Girl' (2007), se pudo ver una extensión y multiplicación de esta estética en sus protagonistas. En el otoño-invierno de hace tres años volvió a estar de moda la forma de vestir de aquellos 'niños de papá' que vivían en la parte alta de Manhattan e iban al cole de uniforme. Pero, ¿a quién se le ocurre vestir hoy así, Yolanda cuando tu credo político está en las antípodas?

Podrías copiar a Alexa Chung, que con su traje retro y lujoso de Miu Miu, acude a los premios de la moda británica 2024, donde Jonathan Anderson, director creativo de la firma de origen español Loewe, es galardonado como diseñador del año. Imagino que dirás que tú no te pones pieles, pero, en cambio no te da ninguna vergüenza vestir como si fueras a una fiesta de disfraces.

La moda en los últimos tiempos raya el espectáculo, porque la idea es llamar la atención en la alfombra roja, algo que tú, Yolanda, debes evitar en actos de índole política. Porque una cosa es que piensen 'qué mona va esta chica siempre' y otra que se rían de janeiro con tu look y no te presten atención a lo que digas. Rihanna, como es cantante y pareja del rapero A$AP Rocky -aunque aquí parece su madre- viste como quiere. Ella se lo puede permitir y por eso se enfunda un modelo de Christian Lacroix, de la colección de otoño-invierno 2002. La pamela es muy 'My Fair Lady', pero en versión y color del Monstruo de las Galletas.

Yolanda, estos premios de la moda británica parecen una fiesta de disfraces, lo reconozco, pero también debes de pensar que no desentonarías nada en esa alfombra roja con el trajecito 'old money' que te has marcado. En la citada gala de Londres hay un plumífero, firmado por Moncler, en manos de la cantante Ellie Goulding, que se parece al abrigo blanco que luciste en la jura de la Constitución de la princesa Leonor, aquel modelo era perfecto para el acto, muy acorde a tu faceta política. Menos histriónico. Espero que con este ejemplo de cabecera trabajes tus próximos estilismos para no pasarte de frenada. Una cosa son los desfiles y las alfombras rojas, que deben servir de inspiración y otra las sesiones del Congreso y las ruedas de prensa.