Pedro Sánchez y Giorgia Meloni se alían en política europea para flexibilizar el gasto en Defensa
La presidenta de la Comisión Europea admite que el «concepto de rearme está madurando»
El presidente admite ya que seguirá adelante sin Presupuestos si no tiene apoyos para sacarlos

No hay ningún indicio de que estén coordinando sus posiciones de forma deliberada. Pero es un hecho que entre el Gobierno español de Pedro Sánchez y el italiano de Giorgia Meloni hay una convergencia clara en los asuntos esenciales de la política europea ... . Y así se ha puesto de manifiesto en la reunión ordinaria del Consejo Europeo celebrada este jueves en Bruselas.
El primer aspecto y probablemente el más evidente ha sido su rechazo a aceptar contribuciones forzosas para garantizar a Ucrania una ayuda militar previsible como proponía la Alta Representante europea Kaja Kallas. Aunque por parte española se afirma que no se ha rechazado frontalmente, lo cierto es que en el consejo de ministros de exteriores del lunes pasado José Manuel Albares y el italiano Antonio Tajani coincidieron en manifestarse «incómodos» ante la propuesta de la estonia. De hecho, Kallas ha decidido aparcar esta propuesta después de la reacción en Italia y España.
Meloni y Sánchez también coinciden en su intención de que el concepto de gasto de defensa sea más amplio que lo que se define en el estándar internacional COFOG, donde se separan claramente los gastos específicos de defensa con los de «seguridad y orden público». A ello dedicó el presidente del Gobierno buena parte de sus dos intervenciones ante los medios en la capital comunitaria, tanto a su llegada a la cumbre como al término de la misma.
A su juicio, hay que abogar por una visión menos «clásica» de la inversión en defensa, pues si para los países del este la amenaza en el contexto de la guerra en Ucrania puede ser eminentemente bélica y más próxima, para los socios comunitarios del sur del continente (lo que incluye a Italia, entre otros) las amenazas son otras o «híbridas». Entre ellas las que se localizan en la frontera, como el narcotráfico o la amenaza terrorista. Y por eso, según argumenta, conceptos como la protección civil deberían computar como gasto en defensa, que nuestro país tiene comprometido con la OTAN aumentar hasta el 2 por ciento del PIB en 2029.
En la misma línea, Meloni asegura que «el campo de la seguridad es mucho más amplio que el de la defensa» e insistiendo en el concepto «rearme» la Comisión «está desorientando a los ciudadanos de los países que están lejos de Rusia». La geografía, así, y el común Mar Mediterráneo, parecen unir lo que la ideología separa a priori, con dos primeros ministros líderes de dos formaciones antagónicas: el PSOE y Fratelli d`Italia.
Roma no descarta pedir la cláusula de escape del pacto de estabilidad, lo que le permitiría que los gastos de defensa no se cuenten a la hora de determinar el déficit público, pero insiste en que el plazo «antes de fin de abril» le parece demasiado cercano para prepararlo.
Una atípica sintonía
En todo caso, Meloni también esperaría que la Comisión contribuya directamente a los gastos de defensa nacionales con dinero europeo, como pretende Sánchez. Para la italiana, el plan de la presidenta de la Comisión, Úrsula von der Leyen, para ofrecer a los países créditos blandos con los 150.000 millones que el ejecutivo comunitario pediría en los mercados, no es más que «una financiación virtual»
Y, por si fuera poco, Meloni también ha elogiado que se haya incluido en el texto de conclusiones un párrafo sobre Oriente Próximo. Fuentes españolas han reconocido que el tema se había olvidado y que ha sido Sánchez el que ha insistido en que se incluyese ese párrafo. Para Meloni, se trata de una mención «muy equilibrada» a pesar de insistir en que «se trata de un tema siempre muy delicado».
Al término de la cumbre, al filo de la medianoche del jueves, la propia Von der Leyen fue preguntada por las ideas de ambos acerca de evitar el término rearme, y evitó desautorizarles. «El enfoque tiene un alcance más amplio, porque el concepto ha crecido y está madurando», señaló la presidenta de la Comisión Europea, en unas palabras sin duda del agrado de los mandatarios españoles e italiano.
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