España se alinea con Meloni y no apoya doblar la ayuda a Ucrania

Kallas había dicho anteriormente que ahora mismo «no se puede confiar en Rusia» y que en su opinión el dictador ruso Vladímir Putin aprovechará el contexto de las conversaciones de paz que promueve el presidente norteamericano Donald Trump, para «presentar todo tipo de peticiones» que coinciden «con sus objetivos finales» en la invasión de Ucrania.

Precisamente por esta circunstancia del cambio de posición de Estados Unidos con la vuelta al poder de Donald Trump, la ayuda militar europea a Ucrania adquiere un papel esencial como reivindicación de la necesidad de que se tenga en cuenta a la UE en cualquier escenario. Por ello los ministros discutieron con su homólogo ucraniano, Andrei Sibiga, el plan que presentó Kallas para proporcionar en 2025 a ese país hasta 40.000 millones de euros, lo que significa doblar la cifra de lo que se entregó a Ucrania el año pasado. La alta representante aseguró que tuvo «amplio apoyo político» y que a partir de ahora «se están discutiendo los detalles técnicos».

Sin embargo, en esta ocasión las reticencias vinieron sobre todo del lados de dos países del sur, que se sienten alejados geográficamente de la amenaza rusa y que comparten la característica de ser, entre las grandes economías, los más endeudados con diferencia,

El ministro italiano de Exteriores, Antonio Tajani, dijo que en estos momentos «estamos gastando mucho dinero, tenemos que llegar al 2 % del PIB y por eso tenemos que estudiar la propuesta, necesitamos tiempo».

La impresión general en Bruselas es que este plan deberá ser gestionado solamente entre los países que estén dispuestos a apoyarlo, teniendo en cuenta las reticencias de dos de los grandes socios, que no por casualidad son también los más endeudados de la UE.

En este sentido, Albares ha sostenido que España ha comprometido para Ucrania 1.000 millones de euros para este año», pero al mismo tiempo «apoyamos que el resto de los Estados miembros, que la Unión Europea en su conjunto, haga también ese esfuerzo de financiación, siendo conscientes de que hay al mismo tiempo que equilibrar el gasto entre presupuesto nacional y financiación europea, tanto para la seguridad y la disuasión de los propios europeos como en el apoyo a Ucrania».

Ni Italia ni España se han sumado tampoco a la coalición que impulsan entre otros el primer ministro británico Keir Starmer para ensamblar una fuerza militar que pudiera ser desplegada en la frontera de Ucrania con Rusia para garantizar que si hay un acuerdo de paz, Rusia no pueda volver a atacar a Ucrania.

Por otro lado, los ministros de Exteriores aprobaron una ayuda económica ala reconstrucción de Siria de más de 2.500 millones de euros, según anunció la presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen, al término de una conferencia de donantes sobre Siria.

A pesar de las recientes matanzas étnicas en la región de Latakia, Bruselas ha asumido que tiene que tratar con las nuevas autoridades sirias, a pesar de que muchos de sus responsables han sido incluidos en listas de sanciones por acciones brutales durante la guerra. El objetivo de la UE es asentar la estabilidad y la reconstrucción de un país clave en la región, para que puedan regresar aquellos refugiados que lo deseen. Por ello, la ayuda aprobada está dirigida a resolver las necesidades humanitarias más urgentes, tanto dentro de Siria como en los países vecinos como Jordania, Líbano, Irak o Turquía que han acogido a grandes comunidades de desplazados.

Von der Leyen indicó que ese aumento de la ayuda llega «cuando la población siria nos necesita más que nunca» y que además de suplir «las necesidades inmediatas de los sirios, hay que preparar el futuro» en el que «hay todo un país que reconstruir».