Moncloa presume de haber hecho recular a Carles Puigdemont sobre el referéndum
Los socialistas vuelven al optimismo para llegar a 2027 tras la retirada de la PNL
Sánchez frena el debate de la cuestión de confianza con una catarata de cesiones
En el Gobierno una vez más, y como si del día de la marmota se tratase, respiraron este lunes con alivio por el nuevo 'match point' salvado frente a Carles Puigdemont. Una escena que se viene repitiendo cíclicamente desde el inicio de la legislatura ... en 2023. Algo que atribuyen como siempre a una labor negociadora tan discreta como eficaz, si bien la intervención este fin de semana del medidor salvadoreño, Fernando Galindo, quien reclamó el paso atrás finalmente dado, se antoja decisiva. Sobre todo por haber sido la del mediador una figura exigida en las negociaciones secretas fuera de España, en Ginebra fundamentalmente, por parte de los independentistas catalanes.
En Moncloa, además, alimentan la esperanza de que con la Proposición no de Ley (PNL) de Junts para instar a una moción de confianza definitivamente retirada, el camino de la legislatura quede despejado hasta llegar a agotar la misma, en el año 2027, cuando están previstas también las elecciones municipales y las autonómicas en la mayoría de comunidades de España.
Sin embargo, nadie se atreve a vaticinar que vaya a haber unos nuevos Presupuestos Generales del Estado (los actuales datan de la pasada legislatura, en 2023, y están prorrogados), que sin el apoyo de los siete diputados de Junts per Catalunya en el Congreso de los Diputados serían inviables. El PSOE, por lo demás, lleva tiempo abonando el terreno para naturalizar que se gobierne sin Cuentas Públicas renovadas, algo que el propio Sánchez negó en 2019 que fuese una posibilidad políticamente viable.
Además, en el Ejecutivo se atribuyen el mérito de haber frenado las reivindicaciones de máximos de los de Puigdemont. «Han reculado muchísimo en sus postulados, hoy hablan de inmigración, de financiación autonómica, de la lengua cooficial… pero ya no de referéndum ni de independencia», sostiene un importante miembro del Gobierno, que considera esto último un éxito de la estrategia negociadora «valiente» de Pedro Sánchez.
Otros factores
No es, sin embargo, el único factor al que los socialistas atribuyen la maniobra de Junts este lunes, al retirar finalmente la PNL instando a Sánchez a una moción de confianza que se iba a votar esta misma semana en la Cámara Baja. Creen que el escenario internacional, con los movimientos hostiles de Donald Trump hacia Ucrania, a cuyo presidente Volodímir Zelenski ha llegado a tildar de «dictador», y el resultado del domingo en Alemania, donde la extrema derecha de AfD ha escalado a una histórica segunda posición, hacen que los neoconvergentes no tengan, según éstas fuentes, «ni la más mínima intención de que se le asocie a un PP sin rumbo y que no rompe con los neonazis». La PNL de marras, que en ningún caso hubiese tenido carácter vinculante, necesitaba para ser aprobada de los votos de toda la derecha, incluido Vox. Minutos antes de que trascendiera la retirada de la PNL ordenada desde Waterloo, el portavoz de la Ejecutiva de Vox, José Antonio Fúster, seguía sin aclarar la posición de voto que eventualmente hubieran adoptado, si bien se refirió al «circo de la moción de confianza» para descalificar la iniciativa de Junts.
En definitiva, Moncloa comienza una semana que se antojaba complicada con mucho optimismo, el mismo con el que se superaron recientes reveses como el rechazo al decreto ómnibus, luego reducido a gusto de Junts, o el plan fiscal salvado 'in extremis' y a horas intempestivas el pasado noviembre en el Congreso.
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