La foto borrada en Twitter del muñeco de Vinicius que desencadenó las detenciones de los ultras del Atlético
La repentina maniobra de Ángel, el único de los arrestados con antecedentes por lesiones, no pasó desapercibida a ojos de la Brigada de Información
Racismo y 7 detenidos: el caso Vinicius, el terremoto que sacude el fútbol

Ángel es un tipo alto, espigado, luce un tatuaje con las siglas del Atlético de Madrid, aunque nada reseñable si se compara con los exagerados dibujos de muchos de sus compañeros de grada. Desde hace años es miembro activo del Frente Atlético, pinta las lonas ... que se despliegan a la salida de los jugadores, viaja de forma habitual a los partidos que el club juega de visitante y pertenece, por derecho propio, al núcleo duro de los radicales del fondo sur; es decir, si la cosa se complica no tiene reparos en emplear la violencia. A sus 24 años, se sitúa en un segundo escalafón del grupo, a caballo entre los cachorros, muchos de ellos menores, y los integrantes más veteranos, dentro de la llamada cúpula.
Los problemas internos en el Frente Atlético, marcados por la salida abrupta en la última década de las secciones más duras como Suburbios Firm (con la que mantienen una dilatada guerra), Pella Salvaje o la extinta Fight Firm, aceleraron un forzoso relevo generacional; en definitiva, provocó que los ultras más jóvenes cogieran galones antes de tiempo. Y allí estaba Ángel, el único de los cuatro arrestados por colgar de un puente un muñeco ahorcado de Vinicius que cuenta con antecedentes, un delito de lesiones en 2019 por, adivinen, pegarse junto a otros ultras del Atlético en los prolegómenos de un partido.
Junto a él han caído tres jóvenes de 19, 21 y 23 años, a los que hasta ahora no les constaban reseñas en su ficha policial. Ángel y dos más estaban catalogados por la Brigada de Información como sujetos integrados en el Frente Atlético al haber sido identificados en partidos de alto riesgo. El cuarto, hijo de un guardia civil, no mantenía tal condición, pero eso no significa que sea ajeno a los radicales, es más, toda su actividad en redes sociales estaba enfocada a lo mismo. Con todo, ninguno de los cuatro, como ya adelantó ABC tras salir publicadas diversas informaciones erróneas, había participado en la reyerta multitudinaria que el 30 de noviembre de 2014 se cobró la vida de Francisco Javier Romero Taboada, conocido como 'Jimmy'.
De vuelta al puente de la M-11, muy cerca de la ciudad deportiva del Real Madrid en Valdebebas, los ahora detenidos colocaron la noche previa al partido de cuartos de final de la Copa del Rey disputado en enero una muñeca hinchable de color negro, modelo Sandra (de ahí el nombre con el que la Policía Nacional ha bautizado la operación). El objeto colgado lucía una camiseta de la estrella brasileña y estaba acompañado de una pancarta de 16 metros en la que se podía leer: 'Madrid odia al Real'. Ese mismo día, Ángel subió a su cuenta de Twitter una foto del maniquí ya 'adornado' pero antes de ser ahorcado, bajo el hastag #TodosSomosVini.
Al tiempo que el tuit pasaba sin pena ni gloria, la mecha de la vergonzosa acción comenzó a prender y algunos medios acusaron directamente al Frente Atlético, un grupo que salió al paso en su cuenta oficial de Twitter pese a que el citado lema es igual al mostrado en bufandas, camisetas y canciones: «Alucinante la capacidad que tienen algunos medios para atribuir actos a nuestro grupo y la barra libre para mentir y desinformar. Que siga la campañita prederbi…». Para entonces, Ángel ya había borrado su publicación, sin que su repentina maniobra pasara desapercibida a ojos de la Brigada de Información.
Con un primer hilo del que tirar, los agentes se pusieron manos a la obra para identificar al resto de los implicados. Analizaron la muñeca y extrajeron al menos tres huellas, pero los análisis no resultaron concluyentes. En paralelo, rastrearon más de medio centenar de 'sex shop' y portales eróticos de internet hasta dar con el modelo de la muñeca, la denominada Sandra. Con el círculo cada vez más estrecho, los investigadores se entrevistaron con varios testigos, viejos conocidos que en un mundillo tan complejo pensaban que podían aportar, y aportaron. Las triangulación de los teléfonos móviles de los sospechosos terminó por hacer el resto.
Los cuatro, acusados de un delito de odio, fueron esta mañana engrilletados y trasladados a la comisaría de Moratalaz, desde donde pasarán a disposición judicial. Fuera de esa vía, tampoco lo tendrán fácil: a tenor de otros casos similares, podrían enfrentarse a multas de hasta 60.000 euros y a la retirada de por vida, en caso de que lo tengan, del carné de abonado del Atlético de Madrid.
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