ACOTACIONES DE UN OYENTE
El hundimiento
Por primera vez se ha visto en el Congreso una sensación de descomposición, de soledad y de desánimo en los muros del 'bloque de investidura'
Feijóo acusa a Sánchez de imponer la «censura» en su plan de regeneración: «No se veía desde Franco»
Lee aquí todas las acotaciones de un oyente, por José F. Peláez

Recuerdo 'El hundimiento', aquella película basada en los últimos días del Tercer Reich y especialmente en los acontecimientos que tuvieron lugar en el búnker de Berlín en abril del 45, justo antes de la derrota de los nazis. Concretamente me acuerdo de esa escena ... en la que Hitler -Bruno Ganz- está reunido con sus principales asesores en el búnker mirando un mapa cuando estalla en ira. Ese momento marca el inicio de su colapso emocional y mental. Hitler acusa a sus generales de traición y de cobardía e incluso creo recordar que llega a reconocer ahí que Alemania acaba de perder la guerra. Vemos a un Hitler hundido, desmoronado e incapaz de aceptar la realidad de la derrota.
Aunque Feijóo dijera que el intento de censura del plan de regeneración de Sánchez «no se veía desde Franco», no seré yo quien compare al presidente con Hitler. Pero, desde luego, la escena empieza a parecerse demasiado. Por primera vez se ha visto en el Congreso una sensación de descomposición, de soledad y de desánimo en los muros del 'bloque de investidura', si un tiempo fuertes, ya desmoronados. Puede parecer que la última derrota del Ejecutivo en la no tramitación de la ley de alquileres vacacionales es solo una anécdota, algo intrascendente, apenas un fracaso más achacable a Yolanda Díaz, que, por cierto, ni se pasó por su escaño triste y azul. Pero no lo es. La soledad del gobierno ya ha quedado evidenciada en treinta y cinco ocasiones, como ha recordado Rufián. Pero en ninguna otra ocasión las caras eran tan tristes, tan apesadumbradas y revelaban tanta preocupación como en esta. Algunos diputados socialistas ya ni aplauden y todos miran el móvil como alternando Infojobs con Idealista, es decir, buscando a la vez casa y trabajo para lo que viene, que es inevitable. Y más inevitable parece cuanto más se empeñan en negarlo. Que esto empieza a agotarse lo deja claro el delirio: «Quedan tres años», «Vamos a agotar la legislatura» o «Hay gobierno para largo». Más bien «Hay gobierno para Largo», pensé yo. «Para Largo Caballero». Que hoy estaría orgulloso de los suyos.
El final de Sánchez ya lo conocemos. Al igual que el Führer, un Pedro colérico expulsará a sus últimos colaboradores del búnker de La Moncloa -hoy 'coworking' familiar, según Tellado-, los culpará de todo y se irá a rumiar su venganza sin aceptar un gramo de responsabilidad. Solo nos falta saber cuándo sucederá. Y nos vamos acercando: no es capaz de sacar adelante ninguna iniciativa, pierde votación tras votación, no tendrá presupuestos e internacionalmente va de ridículo en ridículo. Hasta ahora han sobreactuado seguridad, como esos hombres-pavo aterrados que sacan pecho y se ponen de puntillas para que se vea mejor los colores de su plumaje defensivo. Pero ya, ni eso. Marlaska, Puente, Bolaños, Montero y el propio Sánchez actúan como en estertores, se muestran débiles, frágiles, no convencen ni a los suyos y ven cómo los escaños de sus socios se vacían mientras ellos se revuelven en tablas como esos mansos aterrados que te van a embestir, pero no porque se sientan superiores, como los bravos, sino porque tienen miedo. Mención especial a un Óscar López decepcionante, que no sé si se postula como portavoz del gobierno -el post alegrismo- o como secretario general del PSOE -post cerdanismo-. Aunque probablemente solo haya llegado para ser el esbirro de Sánchez -el alegrocerdanismo- en el ministerio clave para ese plan de regeneración que seguramente tampoco llegue nunca a aprobarse.
Rufián lo dejó claro en la intervención más interesante de la mañana, donde alertó de un bloque nuevo formado por PP, Vox y Junts, que si bien no se pondrán de acuerdo en gobernar, si lo harán para tumbar todo lo que quieran. El argumentario de Junts -según Rufián- será el siguiente: «Primero: PSOE y PP son lo mismo. Segundo: Nosotros somos Cataluña. Y tres: Feijóo al menos controla a los jueces». ¿Qué harán ustedes? Y no me diga que pasar del Legislativo. ¿Usted se imagina a un paracaidista a diez mil metros diciendo 'paso del paracaídas'? Sería un mentiroso o un insensato. ¿Usted qué es?».
Pues probablemente las dos, Gabriel. Pero, en cualquier caso, queda claro que la foto de Ferraz acaba de caducar. El bunker se vacía. No son más. Y lo que es peor: nunca lo fueron.
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