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Anna Erra sustituye a Borràs como presidenta del Parlament: «Respetaré el derecho a la autodeterminación y el 1-O»

La vicepresidenta de Junts se convierte en la segunda autoridad autonómica, gracias al acuerdo con ERC y la abstención de la CUP

El Parlament retira el escaño a Borràs con el voto de ERC y la CUP a dos meses del 23J

Anna Erra, hoy, durante la votación nominal y secreta en el Parlamento de Cataluña para elegirla presidenta EFE
Daniel Tercero

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Anna Erra (Vic, Barcelona, 1960) es la nueva presidenta del Parlamento de Cataluña en sustitución de Laura Borràs. Tal y como estaba previsto, la candidata de Junts ha obtenido este viernes al mediodía (en la segunda votación) el apoyo de los diputados autonómicos de su partido y los de ERC. Los representantes de la CUP han sido determinantes con su abstención dando así la mayoría simple a Erra, que se ha convertido en el decimoprimer presidente parlamentario autonómico desde 1980.

Aunque la relación entre Junts y ERC no pasa por su mejor momento, los de Oriol Junqueras han mantenido el pacto suscrito en 2021 con los de Carles Puigdemont por el que Pere Aragonès (ERC) se hacía con la Generalitat y Laura Borràs (Junts) con el Parlament. La inhabilitación de esta, condenada por prevaricación y falsedad documental por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), y la pérdida de su escaño la semana pasada han obligado a buscar una alternativa. Y Erra es la elegida.

Erra fue alcaldesa de Vic entre 2015 y este 2023; y desde 2018 es diputada autonómica. La nueva presidenta parlamentaria está considerada del sector duro de Junts y su elección ha contado con el visto bueno de Puigdemont, que sigue controlando las principales líneas estratégicas del partido que él mismo fundó desde Bélgica. Aun así, Erra tiene una buena relación con el secretario general de Junts, Jordi Turull, con quien compartió militancia y cargos cuando ambos estaban en CiU. Actualmente, ocupa una de las tres vicepresidencias del partido, junto a Josep Rius y Aurora Madaula.

En esta línea, este mismo viernes, Borràs ha asegurado en una entrevista para un programa de la desconexión catalana de TVE que Erra era la candidata idónea de Junts (escogida por la dirección) para sustituirla al frente de la Cámara catalana porque tiene entre sus objetivos «mantener el espíritu con el que se empezó esta legislatura», que no es otro que el de llevar a efecto el resultado del referéndum independentista ilegal del 1 de octubre de 2017.

Discurso duro nacionalista

Y así parece que será la presidencia de Erra, pues durante su primer discurso, poco después de tomar posesión del cargo, ha retomado la dureza nacionalista, ha recordado a Puigdemont, ha reivindicado el 1-O, ha pedido a los diputados que usen solo la lengua catalana en los plenos y comisiones y ha avanzado que propondrá una reforma del Reglamento del Parlamento de Cataluña para que no se pueda retirar el escaño a un diputado, con la base que se ha hecho a Borràs.

Erra ha señalado que ha sido escogida presidenta en unas «circunstancias políticas determinadas poco habituales» debido a «interferencias antidemocráticas» apuntando que «la última (de estas interferencias) ha sido la destitución de la presidenta Laura Borràs», por lo tanto ha reconocido que su presidencia «parte de una anomalía democrática» que tratará de «revertir», empezando por la reforma reglamentaria para impedir un nuevo caso Borràs.

En esta línea, la nueva presidenta del Parlament ha defendido que «esta institución ha sido objeto de ataques ilegítimos e interferencias inaceptables» y ha sufrido, en su opinión, una «hostilidad» que viene de tiempo atrás. Así, ha rendido un «homenaje» a Carme Forcadell que «sufrió cárcel injustamente». En este momento, los diputados independentistas han aplaudido a Forcadell, presente en la tribuna de autoridades del pleno, con Artur Mas y, entre otros, Joan Rigol.

Siguiendo este hilo argumentativo, Erra ha dicho que «en Cataluña hay un conflicto político» que solo puede resolverse «mediante la política» y dejando atrás la «judicialización». Y es fundamental, ha añadido, que esta política se haga «bajo el respeto al derecho a la autodeterminación, como fue el 1-O». Así, para evitar que se debata de asuntos para los que la Cámara no tiene competencias, Erra ha manifestado su intención de defender «la soberanía del Parlamento de Cataluña por encima de todo» y permitirá que «se pueda debatir y votar lo que acuerden los grupos parlamentarios», evitando «cualquier injerencia externa».

La intervención de Erra ha sido criticada duramente por los grupos constitucionalistas. Alícia Romero (PSC) ha definido su discurso como «partidista» y no institucional, pero ha tendido la mano a la nueva presidenta «para que represente a todos». Joan Garriga (Vox) ha señalado que «Erra viene a dar guerra», ha denunciado que haya hecho, en su opinión, «apología de la corrupción y del golpismo» con un «discurso muy sectario». Garriga ha informado de que los diputados de Vox se han ausentado del pleno durante el discurso de Erra.

Carlos Carrizosa (CS) ha añadido que Erra ha protagonizado «un discurso de una persona de ideología ultra» y ha asegurado que su formación seguirá utilizando el español en las intervenciones. Y Alejandro Fernández (PP), en Twitter, que ha comparado las palabras de Erra con las advertencias que desde los populares catalanes se hacía hacia el Gobierno de España en 2017. «Hoy (los independentistas) nos han vuelto a avisar», ha resumido.

Xenofobia, proclamas, cruces amarillas...

Aunque no tiene una agenda política personal propia, como sí tenía y mantiene Borràs, por ejemplo, Erra es un valor en alza en Junts. Hasta la fecha se ha mantenido fiel a Turull (considerado del sector pragmático) y adora a Puigdemont (partidario de ir al choque institucional), por lo que es previsible que mantenga el partidismo (criticado por la oposición), lejos de la responsabilidad institucional del nuevo cargo, en línea de lo practicado por los últimos presidentes parlamentarios: Borràs, Roger Torrent (ERC, 2018-2021) y Carme Forcadell (ERC, 2015-2017).

De hecho, Erra, que es maestra de profesión y ha dado clases durante 21 años en un colegio de su localidad natal (licenciada en Geografía e Historia en la Universidad de Barcelona y diplomada en Magisterio por la Universidad de Vic), tiene un largo currículum de polémicas vinculadas a la xenofobia y el independentismo más radical cuando ya era la responsable del Ayuntamiento de Vic y tenía un escaño en la Cámara catalana.

Cuatro ejemplos. En 2020, tomó la palabra en el Parlament para instar a «los catalanes autóctonos» a hablar en catalán, también a quien «por su aspecto físico no parezca catalana». Una referencia que fueron respondidas por algunos grupos de la oposición (entonces Junts formaba parte de la Generalitat) acusándola de defender ideas xenófobas. Poco después, matizó sus palabras pero mantuvo la idea que había expresado en sede parlamentaria.

Un par de años antes, en los estertores del momento álgido del 'procés', puso en marcha, a las ocho de la tarde de cada día, un intenso repique de campanas en Vic, a la vez que por los altavoces del municipio se lanzaba una proclama: «No normalicemos una situación de excepcionalidad y de urgencia nacional. Recordemos cada día que todavía hay presos políticos y exiliados. No nos desviemos de nuestro objetivo, la independencia de Cataluña».

Igualmente, por aquellas fechas, en verano, tuvo gran impacto mediático que en la plaza mayor de Vic se instalasen 2.500 cruces amarillas, representando un gran cementerio, para reivindicar la libertad de los líderes del 'procés'. La 'performance' contó con el visto bueno del consistorio en manos de Erra. Las imágenes de la plaza llena de cruces amarillas se recordará porque, al poco de instalar los símbolos independentistas, un perturbado entró con un coche y destrozó varias de ellas.

A inicios del año pasado, en un claro ejemplo de falta de libertad política y defensa del pluralismo y la democracia, el consistorio vicense prohibió al PP instalar una carpa informativa para dar a conocer sus ideas y propuestas. Unos días antes, Erra hizo lo mismo con el estand de la asociación Escuela de Todos, que aboga por una educación bilingüe en las aulas de Cataluña. La posibilidad de poner carpas informativas en las calles de Vic queda a la discrecionalidad del equipo de gobierno. También impidió que CS tuviera su espacio.

Vic y Ripoll forman parte de la cuna del nacionalismo catalán, que desde hace unos lustros mezcla los recuerdos del carlismo, el independentismo más radical y la xenofobia contra todo lo que no sea 'pura cepa' catalana o se considere como tal, aunque sea de origen del conjunto de España. El pasado 28M, Junts, ERC, la CUP y el PDECat sumaron 16 de los 21 concejales en juego en Vic. El PSC y los comunes, tres más. Y la formación identitaria y xenófoba de Josep Anglada, otros dos.

En cualquier caso, Erra gestionará a partir de ahora un Parlament, cuya dirección recae de nuevo en Junts (desde julio de 2022 era Alba Vergés, de ERC, la presidenta en funciones), en cohabitación con el Govern monocolor de ERC. Para Aragonès será un nuevo desafío, pues el ejecutivo trabaja con el apoyo solo de una minoría: 33 de los 135 diputados. Borràs, por su parte, mantendrá el cargo de presidenta de Junts y no renuncia a volver al primer plano político, una vez cumpla la inhabilitación para cargo público.

Erra ha sido elegida presidenta este viernes por mayoría simple después de que en la primera votación obtuviera el respaldo de 64 diputados (la mayoría absoluta está en 68). Assumpta Escarp (PSC) tuvo 33 votos; María García Fuster (Vox), diez; Joan Carles Gallego (comunes), ocho; Matías Alonso (CS), cinco; Lorena Roldán (PP), tres; y diez diputados más lo hicieron en blanco. Al no obtener la mayoría absoluta, Erra ha necesitado una segunda votación. La candidata de Junts se ha llevado 64 votos y Escarp, 44. El resto (25) lo ha hecho en blanco.

Además de Erra, Borràs, Torrent y Forcadell, también han sido presidentes del Parlamento de Cataluña desde la instauración del sistema autonómico en 1978 Heribert Barrera (ERC, 1980-1984), Miquel Coll i Alentorn (CiU, 1984-1988), Joaquim Xicoy (CiU, 1988-1995), Joan Reventós (PSC, 1995-1999), Joan Rigol (CiU, 1999-2003), Ernest Benach (ERC, 2003-2010) y Núria de Gispert (CiU, 2010-2015).

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