La crisis del coronavirus entra en una fase de calma tensa en Andalucía
Las nuevas cepas del coronavirus empujan para subir la curva pero las vacunas y las restricciones contrarrestan

La línea que traza la pandemia de coronavirus es plana hace tres semanas. Con altibajos y dientes de sierra que provocan leves subidas y bajadas en los contagios, sí, pero sin una tendencia clara. El resultado es que Andalucía está atascada en ... un millar de casos diarios de media desde primeros de marzo.
Las cifras hacen cada vez más evidente que, como en la película del Día de la Marmota en la que Bill Murray repetía un día detrás de otro sin casi diferencia , Andalucía está encallada. Ayer viernes notificó 958 contagios; el mismo día de la semana anterior, 1.065. Pero la comparación no para ahí. El jueves notificó 1.066 casos; el jueves anterior, 1.095; el miércoles, 955; y el previo 977. Las cifras se repiten casi exactas.
Lo mismo ocurre con los muertos por coronavirus. Esta semana se han notificado: 31 ayer viernes; 40 el jueves; 48 el miércoles; 82 el martes; 9 el lunes. ¿Y la semana anterior? 37 el viernes; 36 el jueves; 35 el miércoles; 74 el martes; y 9 el lunes. Calcado.
Tras el pico de la tercera ola, que llegó a finales de enero, se sucedieron semanas donde las cifras bajaban de forma tan explosiva como subieron. De casi 8.000 casos diarios se pasó en una quincena a unos 1.500, un descenso del 81 por ciento. La curva se fue aplanando según avanzaba febrero y llegado marzo, se paró. La línea es plana desde entonces.
Sobre la mesa hay dos realidades que pueden provocar ese fenómeno: las vacunas y las nuevas cepas. El primero empuja la curva hacia abajo puesto que los 406.759 andaluces que ya están inmunizados (el 4,8 por ciento de la población de la comunidad) ya no pueden contagiarse. Coincide además que se ha empezado a vacunara la población más vulnerable y expuesta al virus -mayores, dependientes, sanitarios, docentes -, lo que reduce aún más la transmisión en los ámbitos más peligrosos.
Además, a esa población hay que añadir quienes se han curado y generado por lo tanto anticuerpos contra el coronavirus. Son 367.102 andaluces, es decir, el 4,3 por ciento del censo . Sumado a los vacunados, en Andalucía hay ya un 9,1 por ciento de habitantes que no pueden contagiarse. Lejos del objetivo del 70 por ciento, cierto, pero la experiencia en países donde la inmunización está más avanzada demuestra que la vacunación tiene efectos desde su inicio en la curva de contagios . Ejemplo de ello es que en las residencias de mayores se ha pasado a cero casos de coronavirus cuando hace meses eran uno de los espacios más comprometidos por el número de casos y la gravedad de los mismos .
Hay una lectura aún más positiva. Se puede sumar al grupo de personas menos vulnerables al Covid-19 a quienes ya han recibido solo la primera dosis de la vacuna . No tienen inmunidad, pero sí una protección alta, señaló el jueves el consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre. Son unos 960.000, según datos de la Consejería de Salud y Familias.
A favor de la reducción de la curva juegan también la experiencia en la gestión en la pandemia tras un año de lucha así como las medidas impuestas para el control de la misma y la responsabilidad de la población.
Pero, empujando en la dirección contraria, están las nuevas cepas. La británica, que se estima hasta un 70 por ciento más contagiosa que la versión original, es ya el 90 por ciento de los casos en provincias como Granada o Almería. Sin embargo, la distribución es muy irregular, porque en Huelva, por ejemplo, la prevalencia es mucho más baja.
Y hay más mutaciones del virus. La sudafricana, por ejemplo, de la que se han reportado tres casos ya en la comunidad . Y la de Uganda, una variedad poco común detectada a tres hombres en Sevilla, uno de ellos muerto.
La cepa de Uganda
El primer caso de esta cepa se dio el jueves. Es un sevillano de 35 años que está en aislamiento y que tuvo a su vez dos contactos de riesgo, explican fuentes de la Consejería de Salud. Ambos están también aislados . Según señaló ayer el consejero de Salud, el contagio no se ha producido fuera de Andalucía porque el joven no habría salido de la comunidad, lo que lleva a pensar que se ha producido una transmisión local.
El segundo paciente al que se detectó la cepa de Uganda -también conocida como A.23.1 - es un hombre de 51 años de Sevilla, también en aislamiento. Y el tercero, un señor de 90 años que falleció ayer. Ninguno de estos dos pacientes tenía relación alguna con el joven «caso cero» de Sevilla , lo que demostraría que hay transmisión local de esta variante más contagiosa del Covid-19.
La realidad es que, pese a que por ahora parece haber un equilibrio entre las fuerzas que doblegan la curva y las que las disparan, es una calma tensa. La tendencia puede cambiar en cualquier momento si se relajan las restricciones en demasía o si las nuevas variedades del coronavirus se hacen dominantes en más áreas de la comunidad.
Por ello desde el Gobierno andaluz insisten en la prudencia. Porque además la situación, aunque mucho mejor que a primeros de febrero, sigue siendo delicada en los hospitales de la comunidad. Aún hay más de mil hospitalizados y el ritmo de reducción de ingresados se ha ralentizado tan rápido como el de contagios . Ayer solo se redujo en once, cuando a primeros del mes pasado se anotaban caídas de casi 300 ingresados por día.
El consejero de Salud fue muy claro ayer. Andalucía no se puede permitir una cuarta ola y mucho menos ahora que la presión asistencial es tan alta como cuando empezó la tercera ola. «Nos preocupa», reconoció Aguirre «empezar una cuarta ola de la pandemia con niveles base de hospitalizados tan altos» .
Así pues, la situación de la pandemia es de una calma tensa que puede saltar por los aires. La fuerza de las vacunas y las restricciones contra las nuevas cepas. De esta batalla saldrán las condiciones que dibujarán el escenario de la comunidad en lo que resta de marzo y en abril.
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