La reina Sofía, recibida entre aplausos en su almuerzo de Jueves Santo en Málaga

La presencia de la reina Sofía en Málaga durante el Jueves Santo no pasó desapercibida y ni siquiera la lluvia que cayó durante la mañana logró empañar la visita real a la capital de la Costa del Sol con motivo de los actos de la Congregación de Mena.

La reina emérita fue el foco de todas las miradas no solo en Málaga, sino a nivel nacional gracias a la retransmisión por televisión de uno de los momentos cumbres de la Semana Santa malagueña, como es el desembarco de la Legión en el Puerto de Málaga y el posterior traslado del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Ánimas a hombros de los caballeros legionarios, de los que es su protector.

Si bien, la visita de doña Sofía dio para mucho más y algunos momentos se han quedado entre bastidores. La mujer de Juan Carlos I hizo su primera parada en el apeadero del dique de Levante del puerto. Fue alrededor de las diez de la mañana, cuando una lluvia fina caía sobre Málaga en el momento de recibir a las tropas legionarias.

La reina presidió el desembarco del buque Contramaestre Casado y pasó revista al tercio Don Juan de Austria, que acompañó por la noche a su protector en su procesión por las calles de la ciudad tras custodiar durante todo el año su estandarte en la Base 'Álvarez de Sotomayor' en Viator (Almería).

Tras esto, Su Majestad se trasladó en coche hasta la plaza Fray Alonso de Santo Tomás, donde fue recibida con una ovación por el público y los invitados al traslado de la imagen titular de la Congregación. La reina devolvió las muestras de cariño saludando con la mano antes de visitar de forma privada el interior del la iglesia de Santo Domingo y al cristo en la capilla de Mena instantes antes del traslado junto al alcalde de Málaga, Francisco de la Torre; el obispo de Málaga, Jesús Catalá; el hermano mayor de la cofradía, Antonio de la Morena, y otras autoridades.

Doña Sofía presenció con gran atención el traslado y pudo verse cómo se interesaba por algunos detalles de la ceremonia, en la que los legionarios portan a hombros al Cristo por la plaza a los sones del 'Novio de la Muerte' antes de realizar un homenaje a los caídos y posteriormente entronizar a la imagen para su desfile procesional en la tarde noche del Jueves Santo.

Hasta aquí la parte pública, pero, ¿cómo pasó la reina el resto del día? Tras los actos religiosos, la reina emérita decidió recargar energías en el conocido Chiringuito Rocamar del popular barrio de Huelin y lo hizo como una comensal más para sorpresa del resto de clientes.

No era la primera vez que elegía este lugar para comer los platos típicos malagueños, según comentó el dueño del establecimiento en sus redes sociales. A su llegada al local, fue recibida con una vez más con cálidos aplausos por parte de los presentes, quienes no dudaron en saludarla con entusiasmo.

Entre conversaciones y muestras de cariño hacia el resto de comensales, la reina protagonizó un tierno encuentro con un perro llamado Cairo, que dejó en evidencia su amor por los animales. La sorpresa llegó cuando se descubrió que uno de los asistentes celebraba su cumpleaños en el restaurante y sin dudarlo, la reina se acercó para felicitarlo personalmente, gesto que tomó por sorpresa al joven.

Tras concluir el almuerzo, la reina Sofía regresó a su hotel entre muestras de afecto y vivas a España por parte de un grupo de personas que la estaban esperando y a las que saludó antes de retirarse y poner fin a su visita a Málaga, que ha hecho del Jueves Santo 2024 un día histórico para la Congregación de Mena, con una fuerte vinculación con la Casa Real Española.

El rey Felipe VI, siendo aún Príncipe de Asturias, acudió a la salida todavía desde un tinglado en la década de los 90 y también la infanta Elena presenció diversos actos con motivo de la JMJ celebrada en Madrid y visitó la capilla en Málaga en 2022.