Homenajes
Celia Villalobos ya es hija predilecta de Málaga: «Me siento orgullosa de haber dedicado toda mi vida a la política»
La exministra del PP y primera mujer alcaldesa de capital ha recibido este viernes la máxima distinción de la ciudad en un acto con todos los honores en el Ayuntamiento
Málaga ha sumado este viernes un nuevo nombre a su selecta lista de hijos predilectos. El Ayuntamiento ha concedido la máxima distinción de la ciudad a su exalcaldesa, Celia Villalobos. La política, a la que se le ha hecho entrega también de la medalla de la ciudad, ha sido homenajeada en un acto con todos los honores celebrado en el Salón de los Plenos de la Casona del Parque. Sede del Ayuntamiento del que estuvo al frente entre los años 1995 y 2000, cuando se marchó a Madrid como ministra de Sanidad en el segundo gobierno de José María Aznar.
Desde que se inició el proceso, todos los grupos políticos representados en el Consistorio han mostrado su apoyo a la distinción recogida hoy por Villalobos de la mano de su sucesor en el cargo, el actual alcalde, Francisco de la Torre, a quien cedió el testigo poniendo fin su mandato como la primera y única mujer alcaldesa hasta la fecha de la capital de la Costa del Sol.
«Me siento orgullosa de haber dedicado toda mi vida a la política», ha asegurado emocionada durante su intervención ante la corporación municipal y el resto de asistentes al acto. Entre ellos, familiares, amigos, representantes de la sociedad civil malagueña y compañeros del PP como el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno; el coordinador general del partido, Elías Bendodo, la consejera de Economía y Hacienda, Carolina España, o la exministra y actual presidenta de la Fundación CEOE, Fátima Báñez.
Celia Villalobos Talero nació en Málaga un 18 de abril de 1949, mostrando desde joven inquietudes por la política. Además de diputada en el Congreso por la provincia durante diez legislaturas, ha mantenido diversos cargos públicos, como portavoz adjunta en la Cámara Baja o presidenta de la Comisión del Pacto de Toledo. Parte de su popularidad se debe a un carácter incombustible y a que nunca esquivó los focos más allá de la esfera netamente política, mostrando que no tenía miedo ni siquiera a los realities.
El periodista Jesús Hermida ya la incorporó como tertuliana habitual en sus programas de finales de los 90. Aunque la personalidad arrolladora de la malagueña y sus intervenciones sin pelos en la lengua han seguido despertando amores y odios hasta no hace mucho, cuando mostró, por ejemplo, sus habilidades en los fogones en el programa de RTVE MasterChef Celebrity.
Precisamente, uno de los argumentos de peso para agasajarla como hija predilecta ha sido, según el Ayuntamiento, su labor constante por «llevar el nombre de Málaga a lo más alto» y la «difusión continua de la grandeza malacitana en cada una de las intervenciones en medios de comunicación, debates, tertulias y programas de reconocido renombre a nivel nacional».
En 1995 consiguió arrebatar al PSOE la Alcaldía tras 16 años de mandato del primer regidor malagueño de la democracia, el socialista Pedro Aparicio, quien ya recibió ambas distinciones a título póstumo en enero de 2015. Llegó al poder con 15 concejales, a solo uno de la mayoría absoluta y en un ambiente político en el que el consenso y el diálogo con el resto de fuerzas políticas le permitió sacar adelante iniciativas de calado para Málaga.
Esa política entendida desde la cercanía es la que han destacado en sus intervenciones tanto los portavoces de todos los grupos, como su delfín, Francisco de la Torre, y la propia Villalobos, que ha hecho un alegato en defensa de la búsqueda de acuerdos y del entendimiento por encima de las siglas.
«El consenso es importante si quieres hacer cosas estando en minoría», ha indicado tras recordar la altura de miras con la que trabajaron por Málaga tanto ella misma como sus rivales en el plano político Eduardo Martín Toval (PSOE) y Antonio Romero (PCE). «Puedes ir de víctima o ir a por todas», ha señalado, «pero no basta con decirlo; en el consenso todos renuncian a algo».
La malagueña ha dicho estar segura de que ese espíritu conciliador volverá a la política y ha advertido de lo «peligroso» que resulta «confundir mayorías absolutas con verdades absolutas». En este sentido, se ha definido como una «defensora a ultranza» del consenso en el ejercicio de un cargo público y, pese a alabar la figura de su sucesor en la Alcaldía, ha criticado la falta de mujeres en política.
De su trayectoria como alcaldesa se destacan trabajos como la aprobación del nuevo PGOU, el arranque de infraestructuras como el Palacio de Deportes José María Martín Carpena o el Palacio de Ferias y Congresos. Aunque es posible que la construcción del túnel de la Alcazaba, que mejoró la conexión entre el este y el oeste de la ciudad, ocupe un lugar especial en su lista personal de logros. De hecho, es precisamente este enclave de la capital el que sirve de fondo a su retrato en la galería de alcaldes del Consistorio malagueño. Pinacoteca municipal con un único rostro femenino: el suyo.
En el expediente de la distinción, se la reconoce también como la propulsora del Festival de cine Español y «una mujer incansable que peleó para que el AVE llegara a Málaga». Razones, todas ellas, por las que la ciudad le corresponde con su máxima distinción.
«Llevo a Málaga en mi alma y, como diría Alcántara, busco el Mediterráneo por las esquinas de la Gran Vía», ha dicho emocionada tras mostrar su agradecimiento por un homenaje, que cree que puede ser el punto de partida para que «la sociedad empiece a reconocer el trabajo de muchos políticos honrados, trabajadores y entregados».
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