El barrio de Málaga que citó Cervantes en 'El Quijote' pierde sus últimos callejones

Los callejones que hicieron célebre a esta zona llena de mitos y leyendas se remonta a los romanos y toma su nombre de las 'perchas' en las que se colgaba el pescado para secarlo. Las últimas callejuelas del Perchel están siendo demolidas para dar paso a 193 viviendas de nueva construcción.

La empresa FT Demoliciones ha iniciado esta semana los trabajos para la demolición de los primeros inmuebles. La manzana debe ser un solar para el mes que viene. Una gran vacío entre las calles Malpica, Huerto de la Madera y Arco. El derribo de la manzana es para salvaguardar de las okupaciones de viviendas en esta zona. La promotora, antes de tomar este medida, tuvo que expulsar a okupas de más de 40 viviendas de las que compró en esta zona.

La demolición, por el momento, se está produciendo en calle Malpica, donde ayer una señora se asomaba para ver cómo estaban derribando el barrio en el que ha vivido toda vía. La obra no va a llegar a calle Montalbán, donde todavía quedan dos familias de alquiler de renta antigua que no han aceptado la oferta de la promotora para abandonar sus casas.

Son los únicos habitantes que quedan en la manzana. El resto ya se marchó. A los okupas los echaron y a otras diez familias con un alquiler de renta antigua se negoció una compensación para marcharse a otro lugar y dejar el inmueble libre para poder demoler.

La Dazia, que es la que va a construir las 193 viviendas, ha desembolsado 170.000 euros por vivienda para dejar vacías todas las casas y poder acometer la obra del nuevo proyecto. Hasta que las personas que viven en esos domicilios no se marchen no pueden afrontar la demolición completa. Por lo que, hasta ahora, se va a hacer un derribo parcial de los emblemáticos callejones.

El Perchel es uno de los barrios más antiguos de Málaga. Surge como zona de extramuros separada de la ciudad durante varias décadas. En época romana fue una zona en la que convivían industrias con las casas cerca de la playa para las salazonera, varaderos de esquifes, solarios para la desecación del pescado, residencia de patronos pesqueros y bosque peculiar de perchas de palo.

Más tarde, los árabes lo transformaron en barrio de pescadores. En torno al siglo XI, se llamó Attabanim. Fue el primer asentamiento urbano e industrial periférico de Málaga, pero con el tiempo todo fue cambiando, hasta fue el lugar donde llegaban muchos de los combatientes de la Batalla de Lepanto.

Uno de los símbolos percheleros fue la estación de tren, que nace gracias a que distintas familias como Heredia, Larios y los Loring quisieron establecer la línea Córdoba-Málaga. Llegó le desarrollo que se mezcló con la tradicional venta de pescado por su cercanía la puerto en esos callejones. Pero empezaron a desaparecer a mediados del siglo XX. Avenidas como la de Andalucía eliminaron los portales y las callejuelas, para dar paso a un urbanismo más despejado.

Los callejones se quedaron en pequeños reductos que fueron siendo sondeados por inversores que buscaban establecer negocios en Málaga. Es lo que pasó con Dazia Capital, una compañía de Madrid que se fijo en las callejuelas cerca del Mercado de Carmen para hacer un residencial. Los vecinos al ver que compraban sus casa y tendrían que irse se revelaron. Aún queda alguna pancarta como miscelánea de aquella lucha social: «El Perchel no se vende».

Pero sí se vendió. Ahora, la Gerencia Municipal de Urbanismo del Ayuntamiento de Málaga tramita el expediente inicial para este proyecto residencial. El estudio de arquitectura local de HCP ha planificado en la zona 193 viviendas para alojar a 463 nuevos habitantes. La construcción de los nuevos bloques de pisos podrían estar en cinco años. Está previsto que el residencial tenga dos sótanos con capacidad para 205 plazas y éstas podrían elevarse a 223 plazas si las plantas bajas se destinan a locales comerciales, o a 247 plazas si parte del proyecto alojara oficinas.

La ejecución de estos dos sótanos implicará ocupar el subsuelo de la actual calle Huerto de la Madera, que quedará para un uso totalmente peatonal. Sin embargo, las obras subterráneas están condicionadas a la ejecución de sondeos arqueológico.

En el propio expediente figura un informe en el que no se descarta la presencia de restos de lo que fue el Arrabal de Attabanim, aquel barrio árabe que ya afloró con las obras del metro para la línea que une la Estación María Zambrano con la Avenida Andalucía y luego el centro.

La construcción estima una inversión de 16 millones de euros, ya que tendrá que reurbanizar las calles que la jalonan de forma que, en algunas de ellas, se reforzará su uso peatonal. De este modo, calle Montalbán no tendrá los aparcamientos en superficie por los acerados. En las calles Arco y Malpica, la intención es transformarlas para dejar calzada y aceras a un mismo nivel, de forma que el tráfico que podrá circular por ellas será únicamente el de residentes de la zona. Encalle Huerto de la Madera quedará como una plaza peatonal.