Ruiz-Jiménez, nuevo director de la Alhambra: «Experiencia internacional pero vinculado a Granada»

Ruiz-Jiménez, nacido y residente actualmente en Granada, se aleja del ámbito político del que tradicionalmente han salido quienes han estado al frente de la Alhambra. El nuevo director es licenciado en Derecho y también en el programa European Business Administration de la Universidad Pontificia de Comillas y posee un master MBA por el IE Business School.

Fue director de márketing de Puleva, ha ocupado puestos de alta dirección en Telefónica, tanto en España como en América, y en los últimos años ha dedicado su carrera, además de al márketing, al mundo de la consultoría y el emprendimiento en la esfera internacional, especialmente en Latinoamérica, con la tecnología como principal eje pero siempre conservando un ojo en la cultura.

Actualmente, es vicepresidente de Cionet, comunidad de líderes tecnológicos para América Latina, donde realiza labores de asesoría para gobiernos y empresas. En Granada, en los últimos tiempos, ha invertido en 'startups' dedicadas al mundo cultural y de los servicios.

Con este nombramiento, Bernal contenta a quienes desde las esferas locales le pedían que el nuevo director de la Alhambra y el Generalife fuera granadino. Pero se lleva el gato al agua al evitar las presiones para que, una vez más, el nombre fuera impuesto por el partido, siempre deseoso de colocar a sus correligionarios.

El consejero de Cultura buscaba para liderar el patronato que rige los designios del monumento a un gestor, un tecnócrata bregado en el mundo de los negocios del siglo XXI. Y después de un largo y minucioso proceso en el que, confiesa a ABC, ha actuado como 'cazatalentos', lo ha encontrado en la persona de Ruiz-Jiménez, un nombre no muy conocido pero que ha terminado generando un amplio consenso entre todos los integrantes del órgano de dirección de la Alhambra.

En el nuevo director el departamento que comanda Bernal encuentra «experiencia en la gestión y visión empresarial para afrontar los retos del futuro del monumento«. »No necesitábamos un conservador, que aquí los hay y muy buenos«, sino »capacidad en gestión de equipos y destreza en el negocio«. Su elección, insiste, combina »internacionalización y vinculación a la ciudad«, expone el consejero a este periódico.

Con notables retos por delante, entre los que no sólo están la digitalización o la promoción en el exterior. Comandar el ejército de en torno a 500 personas que 'custodia' la fortaleza, muy sindicalizado en gran medida, será otro de ellos. «No es una tarea sencilla; la Alhambra es una ciudad dentro de otra ciudad», concluye el consejero.

Al menos Ruiz-Jiménez se encontrará, por otra parte, con un panorama más despejado que el que hubo de desentrañar su antecesora, Rocío Díaz. A la actual responsable de Fomento del gobierno de Juanma Moreno le tocó cambiar el polémico sistema de entradas que regía en el monumento y reconciliar al mismo con el sector turístico y la propia ciudad, siempre recelosa de una gestión que no siempre ha mirado a Granada en último término.

Díaz también fue la primera directora que hubo de cerrar a cal y canto la Alhambra, por culpa de la pandemia, y poner los mimbres para la vuelta paulatina a la normalidad cuando se fue ganando la batalla contra el coronavirus.