Gloria Lago: «De seis despedidos en el Ayuntamiento de Barcelona, cinco tienen un marcado acento andaluz»
La presidenta de la Asociación Hablamos Español ahonda en las irregularidades de los últimos casos de estabilización de empleo público en la Ciudad Condal
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Aunque en el último trimestre los casos relacionados con pérdidas de empleo público —o con la imposibilidad de optar a uno consolidado— parecen estar más en boga que nunca, lo cierto es que el pulso entre el catalán y el castellano en determinados ámbitos ... no es ninguna novedad. Tanto es así que en 2017 se constituyó de manera oficial la asociación Hablamos Español, con la que se busca hacer valer los derechos lingüísticos de los hispanohablantes y que «el español también esté presente en la Sanidad, edificios oficiales, documentos, información turística, señales de tráfico, etc.
La preside la filóloga y profesora gallega Gloria Lago, que ha recibido peticiones de asesoramiento de casos como el del músico José Joaquín Sánchez y otros tantos de raíz común. «De los seis que han acudido a nosotros por su despido del Ayuntamiento de Barcelona, cinco tienen un marcado acento andaluz», explica acerca de un posible caso de discriminación por 'xenofobia' que están dirimiendo en conjunto con otra entidad afín como es Convivencia Cívica Catalana.
«Hemos pedido al juzgado que nos faciliten los listados, para saber lugares de nacimiento de las personas afectadas y quiénes son y qué tipo de contratos tienen los funcionarios de carrera que los han sustituido», recalca la también escritora. «Por supuesto, hemos solicitado acceso a las actas de la prueba de catalán y a las notas que tomaron los examinadores en la parte oral que dejó fuera a estos trabajadores».
Como las autonomías tienen atribuciones en materia de lengua, este tipo de cribas es perfectamente legal, sobre todo en un momento en el que, como explica Lago, «la lengua se ha convertido en el eje en torno a lo que gira todo, especialmente en Cataluña». De hecho, asegura que «en todas las comunidades con lengua cooficial ha habido problemas de este tipo».
Sin embargo, en estos despidos concretos reivindica la desproporcionalidad del requerimiento. «Tú no puedes pedir a un cocinero un B2 en catalán, porque no tiene sentido, ni para su empleo es necesario».
Por ello, además de recurrir el proceso cuando sea viable tratarán de que el desenlace sea lo menos agridulce posible: «La forma de despedirlos es bastante irregular. Cuando hay un grupo considerable de personas que están siendo despedidas por el mismo motivo y en el mismo momento, está claro que no estamos hablando de despidos individuales. Estamos luchando para que se reconozca que es de tipo colectivo, para que puedan tener la mejor indemnización que les brinda la ley».
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