MIRAR Y VER
Mujer
Mucho hay por hacer. A nivel mundial, nacer mujer es aún desventaja en numerosos países y vivir, un desafío
María Amor Martín: 'Mañana, Andalucía'
María Amor Martín: 'Estafas del amor'
El tiempo mantuvo a la mujer, durante demasiadas lunas, anónima, eterna menor de edad, callada acallada, obligadamente obediente, a menudo silenciada o clandestina. Deseo ver cumplida la lucha por sus derechos. A pesar de tantos logros y avances, algo no está funcionando bien.
Según ... ABC, se han realizado, sólo en Córdoba, dos mil llamadas al teléfono de atención a las mujeres de la Junta de Andalucía en el pasado año, un aumento muy considerable, y se reciben diariamente una media de seis peticiones de ayuda.
Casi tres cuartas partes de ellas están ocasionadas por violencia de género, pero también por violencia sexual, denuncias de trata con fines de explotación sexual y otros tipos de discriminación, siendo la nacionalidad española, en contra de lo que se piensa, la más frecuente de las mujeres asistidas. Esto es lo que hay. Las noticias así lo confirman y se hacen eco de continuos y repetidos casos de esta lacra que parece no tener fin. Y no es sólo una herida provocada por determinadas normas culturales y sociales mantenidas, motivos económicos o carencias educativas, que también. Son causas más hondas, arraigadas en profundidad, las que hay que combatir. Todos hemos contemplado atónitos el espectáculo deplorable, en el ámbito público y político, de besos robados y televisados, relaciones no consentidas y olvido del no es no, acoso de quien ostenta autoridad académica, uso de la mujer con dinero público o manadas de sinvergüenzas sin escrúpulos a los que les acortan penas.
Mucho hay por hacer. A nivel mundial, nacer mujer es aún desventaja en numerosos países y vivir, un desafío. La mayoría de los pobres del mundo son mujeres en riesgo de violencia por condiciones de vida inciertas, sin independencia económica ni poder de decisión. La feminización de la pobreza, ser más pobre aún por ser mujer, agrava su vulnerabilidad y desigualdad en el acceso a la alimentación, la salud, la educación -1 de 4 mujeres en África Subsahariana no sabe leer ni escribir- y, en consecuencia, al trabajo y a la participación en lo social, económico o político. El comercio internacional de seres humanos, que duele hasta escribirlo, lo es sobre todo de niñas y mujeres. A ello se une, el menoscabo de su dignidad, la negación del derecho a la libertad y el sobrellevar los más dolorosos adjetivos: maltratadas, migrantes, desplazadas, prostituidas, amantes prematuras, repudiadas, desfiguradas, violadas, vendidas, sometidas, mutiladas, desaparecidas, esclavas, humilladas y agredidas.
A pesar de todo, la mujer levanta de la tierra un paraíso. Ser origen es su mayor legado. Somos las mujeres que fueron y las que vendrán, «mujeres de verso en pecho», al «calor de otras mujeres,/de aquellas que hicieron de la vida/este rincón sensible, luchador,/de piel suave y corazón guerrero» como proclaman Gloria Fuertes y Alejandra Pizarnik. Mujeres que atraviesan la historia sin quebrarse, en las que late eterno el misterio de lo humano.
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