Suscríbete
Pásate a Premium

Literatura

José Calvo Poyato: «La I República nació sin que existiese un amplio sentimiento republicano»

Entrevista

El autor explica los entresijos de la creación de su última novela, 'El año de la República', ambientada en 1873

¿Quién fue Don Julián?

Explotación del cobre

José Calvo Poyato posa con un ejemplar de su última novela Álvaro Carmona

Félix Ruiz Cardador

Córdoba

José Calvo Poyato (Cabra, 1951) vuelve a la actualidad literaria con su nueva novela, que acaba de llegar a las librerías esta misma semana. Titulada 'El año de la República', es un viaje a la España convulsa de 1873 y el regreso de Fernando Besora, el personaje que protagonizó 'Sangre en la calle del Turco'. Como en todas sus obras, el novelista, historiador y articulista de ABC despliega un fresco vivo del periodo por el que cruzan numerosos personajes históricos tanto del mundo político como de la cultura. En esa atmósfera decimonónica y mientras el país vive la primera experiencia republicana, se desarrolla una trama de intriga relacionada con la bibliofilia, que entonces pasaba por una época dorada.

-Recupera un personaje ya conocido, el periodista Fernando Besora, que protagonizó hace una década su novela 'Sangre en la calle del Turco'. ¿Tenía ya previsto entonces darle continuidad?

-No lo tenía previsto. El origen de esta novela está en que me pareció interesante este momento de nuestra historia, la I República, pues ocurrieron muchas cosas en esos once meses que duró, que fueron vertiginosos. Para abordar ese periodo, pensé que podía utilizar el mismo recurso narrativo que ya había utilizado en 'Sangre en la calle del Turco' y al personaje de Fernando Besora, que si en el anterior libro era un meritorio ahora es ya el director del periódico 'La Iberia'. Su estatus ha cambiado pero sigue siendo el periodista que nos va a contar las cosas que ocurren en ese periodo, desde que abdica Amadeo de Saboya hasta que termina la I República.

-¿Cómo definiría a la luz de los hechos y el análisis histórico los once meses de la primera experiencia republicana española?

-Desde el punto de vista histórico es un periodo convulso e inestable. Que hubiese cuatro presidentes del gobierno en apenas once meses es un ejemplo de esa gran inestabilidad. El número de republicanos era escaso pues a la I República se llega como última salida posible tras la abdicación de Amadeo I, no porque existiese un gran sentimiento republicano. He leído el 'Diario de sesiones' del Congreso de los Diputados de esos meses y el propio Emilio Castelar dice que hay que sumar gente a la idea republicana pues los republicanos de toda la vida eran bastante escasos. Eso hacía muy complicada la vida de la I República y a ello se añade que los propios republicanos estaban muy divididos. No tenían todos el mismo concepto de República. Unos eran federalistas y los había unitarios. Entre los federalistas, unos querían construir el Estado de arriba a abajo bajo el paraguas de una Constitución y otros, los llamados intransigentes, querían hacerlo de abajo a arriba: que cada ciudad se declarase cantón y se fuese uniendo a la República. Ahí nació el movimiento cantonal. Todo eso hace de la I República un periodo muy complicado, de vida efímera y muy dificultosa.

-¿Cómo aborda la atmósfera del Madrid de la época?

-Al ser Fernando Besora el que narra en primera persona, pues solo se puede contar lo que él ve o le cuentan. Eso me llevó a plantear tres grandes escenarios. Uno de ellos es el Congreso de los Diputados, en una época en la que había oradores extraordinarios como Castelar, Salmerón o Pi y Margall. Besora asiste a los debates desde la tribuna de prensa y comparte vivencias con personajes como Benito Pérez Galdós o don Juan Valera. A ese primer escenario se une la tertulia a la que asiste Besora, en una época en la que eran muy habituales.

Las tertulias

-¿Se inspiró en alguna tertulia en particular dada su relevancia intelectural y social?

-He tomado como referencia la tertulia del Café Suizo y allí he juntado a una pléyade de artistas y grandes personajes como Galdós, Valera, Cánovas del Castillo, José Zorrilla, el pintor José Casado del Alisal o el dibujante Francisco Ortego. Allí en la tertulia comentan lo que ocurre a diario, la vida cotidiana de ese Madrid de la época, donde han aparecido ya por ejemplo los tranvías tirados por mulas. Eran años en los que, como ahora, preocupaba la subida de los precios, especialmente del aceite y de las velas de sebo, que era con lo que se iluminaban entonces. Es un Madrid en el que había una gran pasión por los toros y por matadores como Lagartijo. También estaban muy de moda los balnearios, que yo también he utilizado como escenario para situar a Besora en uno de ellos en Murcia, muy cerca de lo que fue la experiencia cantonal de Cartagena. La andadura política de la I República tiene momentos muy curiosos, que dan mucho juego.

-Resalte uno.

-Por ejemplo, el primer presidente de la República, Estanislao Figueras, protagonizó una espantada: cogió un tren y se fue a París. Sin más. Y en Cartagena, cuando declararon el cantón, como no tenían banderas rojas pusieron una que tenían del imperio otomano, con una media luna y una estrella blanca. Para tapar el blanco un tipo se abrió las venas y pintó la bandera con sangre.

-El origen de la trama policíaca está en la desaparición de unos libros de la Biblioteca Nacional. ¿Qué importancia tenían los libros?

-Mucha. La bibliofilia estaba muy de moda. Había personas que pagaban auténticas fortunas por libros raros o por incunables. La novela arranca con la desaparición de varios libros de la Biblioteca Nacional, que no estaba donde hoy en el Paseo del Prado, sino en la antigua casa palacio de los Marqueses de Alcañices. La Biblioteca tenía ya entonces unos 300.000 ejemplares y el edificio se había quedado pequeño, por lo que había un gran desorden. Aprovecho esa realidad histórica para que allí desaparezcan los libros y a ello se une una serie de asesinatos. Esa es la trama que se desarrolla al mismo tiempo que avanza la I República desde el 10 de febrero de 1873 y hasta su conclusión la madrugada del 3 de enero de 1874.

Historia

«En 1873 había personas que pagaban auténticas fortunas por libros raros o incunables»

José Calvo Poyato

Escritor

-Hablaba antes de Galdós y Valera, dos novelistas que estaban en su mejor momento y que usted incorpora a su novela. Dos gigantes que supongo que son muy atractivos como personajes.

-Galdós publicó en 1873 cuatro novelas en un año, algo fascinante. Los cuatro primeros Episodios Nacionales: 'Trafalgar', 'La Corte de Carlos IV', 'El 19 de marzo y el 2 de mayo' y 'Bailén'. Todo eso sin internet ni las facilidades de ahora. Además era director de periódico y acudía al Congreso y a su tertulia. También es el momento en el que don Juan Valera está escribiendo 'Pepita Jiménez', que se publica al año siguiente y que es una de las grandes novelas del siglo XIX. Eran dos momentos literarios muy atractivos para incluirlos en la novela.

-La trama se desarrolla unos años después de 'Sangre en la calle del Turco'. ¿Cuál ha sido la evolución de su personaje, Fernando Besora, en esos años?

-Ha madurado. Se convierte en director del periódico por una carambola, pues fallece su predecesor de forma repentina, y asume la responsabilidad. Está casado pero no tiene hijos. Es una persona muy preocupada por los problemas que sufre su país. Vive con intensidad ese periodo en el que, como ahora, España sufre una larga inestabilidad, desde 1868. También le preocupan los desórdenes públicos, que en algunas ciudades, como Montilla, tuvieron una gran importancia y hubo fallecidos. Se incendiaron casas e incluso el Registro de la Propiedad.

-Supongo que el XIX es más fácil de documentar que otras novelas suyas ambientadas en otras épocas más antiguas. ¿Cómo ha documentado esta novela? ¿Cuáles han sido las fuentes que permiten hilar la atmósfera política y social?

-La prensa de la época es una gran fuente, con muchas cabeceras, algunas de ellas de vida efímera. También he manejado varios libros de vida cotidiana, para saber qué comían, cómo se celebraban las fiestas, la Semana Santa… Todo eso me ha sido de utilidad para colocar al lector en la vida cotidiana de la España de la época. En cuanto a lo político, no hay mucha bibliografía y la diferencia en eso con la II República es abismal. Están algunos episodios nacionales de Galdós que retratan este periodo y una novela de Ramón J. Sender, 'Mr Witt en el cantón', que cuenta lo que sucedió en la ciudad de Cartagena, donde los cantonalistas llegaron a apoderarse de la flota que había en aquel puerto, uno de los más importantes de España y que tenía algunas de las embarcaciones más valiosas de la Armada. El Gobierno español se vio obligado a declararlos barcos piratas, lo que significaba que cualquier país los podía atacar incluso en aguas de jurisdicción española. Fue una auténtica guerra cantonal, pues no solo fue Cartagena, sino que también hubo cantón en Cádiz, en Sevilla, en Granada o en Málaga. Esa guerra se unía a otras dos, la llamada guerra larga de Cuba, que había comenzado en 1868, y la tercera guerra carlista que había comenzado el año anterior. Era una situación política que se puede calificar de muy complicada.

El panorama cultural

-Una España inestable en la que, sin embargo, nace en lo cultural un periodo de gran interés. El que se denomina como la Edad de Plata.

-A pesar de todo lo convulso es una época brillante en todo lo relacionado con la cultura, con la creación. Ese mismo año de 1873 se inaugura el Teatro Apolo, que fue todo un acontecimiento para el Madrid de la época. Se estrenó con una obra de Calderón de la Barca, pues el teatro clásico estaba muy de moda y había sustituido a las grandes piezas del romanticismo. Zorrilla tenía mucho éxito y el 'Don Juan' era de obligado cumpliemiento en los teatros. Valera y Galdós están como dije en su mejor momento y ya se pasea por Madrid Leopoldo Alas 'Clarín'. También es el periodo de la pintura histórica, con grandes artistas que recrearán el pasado de España. Es el arranque de la Edad de Plata de la cultura española en general, del teatro, la literatura, la música o la zarzuela, porque la cultura popular también vive un momento extraordinario.

-¿Cuál será su próxima aventura literaria? ¿Volveremos a saber de Fernando Besora?

- Pues ahora mismo no lo sé, lo mismo vuelvo al XVI o sigo en el XIX. Puede que complete una trilogía con Besora pero también puede que vuelva al XVI que tantas alegrías literarias me ha dado. No lo sé por ahora.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación