Las aristas del tráfico de marihuana en Córdoba: del salto a la exportación al cultivo de 'guerrilla' de la selva

Pilar García-Baquero

Córdoba

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09/07/2023
Actualizado 10/07/2023 a las 06:36h.

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El tráfico ilegal de marihuana en Córdoba ha dado el salto al mercado internacional. Ha virado de cultivos 'indoor' amateur en una nave de aperos en una parcelación ilegal destinado al menudeo local, o a lo sumo a otra provincia, a un negocio profesionalizado donde han irrumpido los grupos criminales organizados a los que pone en jaque la Policía Judicial de la Guardia Civil de Córdoba.

El capitán jefe de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Córdoba, Alfredo Lorenzo Lasheras, desvela a ABC los cambios detectados en el cultivo y tráfico ilegal de marihuana en el último año en la provincia de Córdoba. Exportación, especialización organizaciones criminales, 'cultivo de guerrilla' o mercado ilegal dentro de fincas autorizadas para producir cáñamo son algunas de las nuevas aristas del tráfico de esta sustancia estupefaciente que requiere una reducida inversión con alta rentabilidad y baja penalidad que invitan a la reincidencia.

España ha dejado de ser un país importador a un país exportador de marihuana. Ha pasado de cultivar para atender la demanda del mercado nacional para hacerlo a gran escala para abastecer la demanda internacional, convertirse en un país productor y comenzar a realizar labores de exportación básicamente de Centro Europa, como Francia, Italia o los Países Bajos. Estos puntos se han convertido en los principales destinos de de la marihuana que se produce en España y la provincia de Córdoba.

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Los investigadores trabajan ya en la extinción de otra modalidad del cultivo de esta sustancia estupefaciente es que hasta hace poco, se podía localizar una plantación en cualquier lugar. En una simple habitación de un domicilio el denominado 'indoor' o en un garaje. Ahora este grupo especializado de la Guardia Civil ha detectado nuevas fórmulas de grandes plantaciones en lugares recónditos, en plena sierra prácticamente inaccesible, como el cultivo que hacen las guerrillas de narcos en la Amazonia, en medio de la selva, de ahí que se le conozca, explica Lorenzo Lasheras, con el nombre de 'cultivo de guerrillas'.

El pasado año, este mismo equipo de lucha contra el tráfico de drogas desmanteló una de estas plantaciones, la más grande de las detectadas en el exterior en el norte de la provincia con 6.000 plantas en una zona de muy de difícil acceso a la que llegaron los agentes en una lancha. En este caso, se trataba de un grupo organizado que se instaló en un campamento permanentemente dedicado al cultivo y que evidentemente estaba integrado por albaneses y desde allí habían traído su mano de obra. De esta forma, los agentes de la Guardia Civil llevaron a cabo la operación 'Sierra Verde' alertados por los vecinos de la localidad que se percataron de «movimientos extraños» en los desplazamientos de miembros de esta organización para llevarles avituallamiento a los guardianes del cultivo, que prácticamente vivían en una isla.

«Nos llegó la alerta de movimiento de personas en zonas en las que no debería haber. Tras una compleja investigación y seguimiento, pudimos desmantelar esta enorme plantación y detener a los miembros de esta organización, albanenes, que además están relacionado con casos de trata de personas», cuenta Lorenzo Lasheras.

Este jefe de la Policía Judicial asegura que lo que venía siendo en épocas pretéritas considerada como una actividad de «carácter menor» desarrollada en ámbitos locales o provinciales por delincuencia de baja intensidad o destino al autoconsumo se está convirtiendo en «un importante problema criminal para la Seguridad Pública de España y de toda la UE».

«El volumen plantas y cogollos incautados cada año es superior al anterior», apunta el jefe de los investigadores del Instituto Armado. La marihuana tiene una serie de particularidades en su cultivo que lo hace especialmente atractivo porque «es una droga que se ajusta a un tipo penal reducido, no como otras sustancias como la cocaína, y que con una baja inversión se obtiene un alto rendimiento y además permite varias recolección en menos de nueve semanas, en lo que es el proceso de recogida», señala Lorenzo.

Estos investigadores en la lucha contra el tráfico ilegal de marihuna llega a estos enclaves por avisos de vecinos alertados por el fuerte olor o incluso por caídas de potencia de luz, porque esto este tipo de cultivos requiere una gran cantidad de energía y, por lo tanto, hace que se sature el suministro eléctrico al que están enganchados. «Este es el inicio que nos puede a nosotros poner en alerta para averiguar más allá cuál es el canal de venta internacional», apuntan desde este grupo operativo. A una baja inversión, explican, corresponde además una alta rentabilidad porque el precio de venta en el mercado ilícito está fijado -según las últimas publicaciones oficiales- en torno a unos seis euros el gramo y alrededor de 2.000 euros el kilo de marihuana se pueden sacar perfectamente. A esto se suma que cada vez hay más productos en el mercado para lograr potenciar el crecimiento de estas plantaciones por lo que las incautaciones y los kilos incautados son también mayores.

En el último año, el giro que se está dando es que cada vez es mayor la especialización de estas organizaciones criminales que está derivando a que haya mucha competencia entre ellos por el territorio; por la venta asociada a la marihuana, por lo que se producen más ajustes de cuenta o incluso de robo de material para instalar estas plantaciones que no tiene mucha logística. En los últimos meses se están llevando acabo pequeñas aprehensiones de plantaciones incipientes que todavía no se han potenciado a lo largo del año y que han sido desmanteladas por los agentes.

La nueva forma de traficar con la marihuana es camuflando su cultivo en una plantación legal de cáñamo. El capitán de la Policía Judicial señala que hay una modalidad que utiliza el cultivo legal de marihuana para cáñamo o para producción de medicinas, que incumpliendo la normativa hace varios desvíos o cultivos no autorizados al comercio ilegal. En este sentido, el año pasado se finalizó la 'Operación Guadamora' en la que se desarticuló una organización con envío de cogollos al extranjero y que utilizaba cuatro plantaciones en la provincia de Córdoba, Tarragona y Toledo llegando a aprehenderse más de 8.000 plantas y 300 kilos de cogollos preparados para su envío. En este caso, no está autorizado la venta ni recolección de los cogollos sólo de las plantas destinadas a medicamentos o a cáñamo.

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Córdoba dentro de Andalucía, no es de las provincias donde más incidencia tienen el tráfico de marihuana donde sí tiene una especial relevancia es en Granada y Almería. Córdoba interesa porque que está cerca de una vía rápida de comunicación por su propia logística de envío mientras hay otras organizaciones que buscan unas zona más escondida. Teniendo en cuenta por ejemplo el caso de los 'indoor' hemos encontrado casos en los que a una persona le alquilan una parte de su casa para instalar una plantación en el que le pagan alquiler y dedican una zona de su casa a este cultivo, que puede ser el garaje y le montan toda la plantación en el garaje. La renta que recibe el propietario es, además del alquiler, un suplemento por cada recolección que hace. De esta forma, explican estos agentes especializados, desvían la atención de los investigadores porque son muchos alquileres de personas distintas. Un ejemplo de este 'modus operandi' a través de alquiler se dio hace unos cinco años en un pueblo de la Campiña cordobesa próximo a la capital donde muchas personas que tenían alquileres para este fin.

Sin lugar a dudas, recuerdan estos operativos contra el tráfico de marihuana este se encuentra relacionado con formas graves de criminalidad, especialmente en lo relacionado con las organizaciones criminales que llevan a cabo los denominados 'vuelcos' a otras organizaciones, mano de obra ilegal en los cultivos de guerrilla o en grandes naves de plantación y en muchos casos las derivaciones de la electricidad, los conocidos como «enganches ilegales». En Córdoba, solo en el 2022 se abrieron 2.087 expedientes de fraude detectándose 14,5 millones de kilovatios hora defraudados, 1,3 millones de los cuales estaban vinculados a plantaciones de marihuana.