Día de Andalucía
Carlos Cabezas: «Andalucía es ahora un referente en el mundo»
#28F
El exjugador de Unicaja y campeón del mundo analiza los cambios que ha habido en Andalucía en los últimos 45 años

Padre uruguayo y madre de Sevilla, Carlos Cabezas (Málaga, 1980) es el otro gran exponente del baloncesto andaluz con una mezcla de raíces que es parte de la esencia de una tierra de paso de civilizaciones desde hace miles años. Malagueño, marbellí y trotamundos, ... fue parte de la llamada generación de oro del baloncesto español con el triunfo del Campeonato mundial junior de Lisboa en 1999.
«Soy afortunado de ser andaluz, de vivir en Córdoba y Granada, pero especialmente Málaga y Marbella, que es donde me he criado deportivamente y donde he visto una evolución, ya sea por toda la gente que juega, en este caso por el clima que tenemos, que es privilegiado. Cuando era pequeño podía hacer deporte en las pistas, en los pabellones, después de darnos un chapuzón en las playas. He disfrutado de pequeño muchísimo. Tengo muy buen recuerdo. Y ahora todo eso sigue creciendo», apunta Carlos Cabezas.
Se formó en la cantera de Unicaja y debutó en 2000. El base estuvo cogiendo la batuta de equipos profesionales hasta los 41 años. Fue parte del equipo que ganó una Copa Korac, una Copa del Rey y una Liga ACB, además del subcampeonato de la ACB y de otro subcampeonato de la Copa Korac. Fue parte del equipo malagueño que jugó la Final Four en 2007.
En la temporada 2009-2010 firmó con el Khimki BC de Rusia, tras irse Unicaja. Arrancó un periplo por el mundo que le llevó al CAI Zaragoza, Caja Laboral a probar con la NBA, volver a Fuenlabrada e irse a Murcia. Estuvo en CB Sevilla y luego se fue a Sudamérica, donde jugó en el Nacional de Montevideo.
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Debutó con España el mismo día que Berni Rodríguez contra Rumanía y ganó el oro en el Mundial de Japón 2006. Además de oro y plata en dos EuroBasket. «Andalucía ahora es un referente para todo el mundo. Hay muchísimos jugadores que ya nos hemos quitado esos complejos. Eso hay que trabajarlo en los colegios, entre todos, en muchos clubes se notan. Se ve que nuestra evolución», apunta Carlos Cabezas.
El exjugador de Unicaja y de la selección española cree que el baloncesto ha dado un paso de gigante en estos 45 años. «En 1999 conseguimos ese hito de ganarle a Estados Unidos en la final de Lisboa y después en absoluto en 2006 en Japón, repitiendo con Berni y con toda esa generación de oro del baloncesto español. Representamos a Andalucía en todo lo alto y tenemos nuestros reconocimientos en nuestras ciudades, en Málaga y en Marbella, donde hay un pabellón con mi nombre. Allí tengo la Estrella de la Fama en Puerto Banús y nos ha dado una serie de galardones y y reconocimientos. Nunca lo hubiese penado. Con las oportunidades que he tenido soy un afortunado», añade el campeón del mundo de baloncesto con España.
Su camiseta cuelga del techo del Palacio de los Deportes Martín Carpena. Está retirada. Es la seña que le da estatus de leyenda del baloncesto. «Siempre se dice que uno no es profeta en su tierra y cuesta trabajo ser reconocido, pero yo en Andalucía y en Málaga puedo decir que lo he conseguido. Hemos jugado muchos años y conseguimos cosas increíbles. Es un refrán que suena a tópico, pero nos sentimos muy agradecidos. Y hablo en plural un poco porque a mí, en una carrera paralela con Berni, hemos compartido durante muchos tiempos éxitos. Al final los dos como malagueños nos hemos visto consiguiendo títulos», recuerda Cabezas, compañero inseparable de Berni Rodríguez en la selección y todavía una vez después de retirados por la entidad.
«Estar ahí arriba es el espejo para muchos jóvenes que van al Carpena y salen cada año. Están las camisetas que muchos padres enseñan a sus hijos y les explican quiénes somos. La verdad que es un orgullo el poder estar ahí. Eso significa que esos dos números ya no se podrán coger en la historia de Unicaja, que es uno de los mejores equipos de Europa. Y la verdad es que nos sentimos muy orgullosos», apunta el exjugador, al que no es extraño ver colaborar en acciones benéficas con Rodríguez, como en el proyecto de la Academia 675, donde durante el clínic antes del verano hay un partido de estrellas en los que cada uno capitanea un equipo.
Y también como embajadores del club de sus vidas, al que acompañan en las grandes ocasiones, donde no dudan en disfrazarse en el descanso de los uno de los cuartos para sacar una sonrisa a los aficionados durante un torneo. Cabezas es un trabajador y prescriptor de los valores que conlleva el deporte y, más concretamente el baloncesto.
«En estos 45 años han pasado generaciones muy buenas y ha habido muchos andaluces que hemos conseguido logros en todos los ámbitos del deporte. Nosotros fuimos campeones y a partir de ahí creo que se armó una gran generación y que cada vez el deporte andaluz está en auge en todas las categorías, siempre consiguiendo medallas, siempre consiguiendo títulos. Se ve reflejado gracias a toda la labor de toda la gente que trabaja para fortalecer eso», añade Cabezas, que receta seguir apostando por los clubes e inculcar el deporte en los niños. «Muchas veces no es fácil, pero hay que seguir tirando para adelante para apoyar a todos esos niños deportistas», concluye.
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