Albares excluye el Sahara de la Estrategia España-África para no enfadar a Marruecos

Este documento sustituye al anterior Plan África que tradicionalmente ha elaborado cada ministro que ha ocupado la cartera de Exteriores. Existen en el ministerio opiniones diversas sobre las razones de Albares para renombrar estas instrucciones sobre la política exterior que desempeñará España durante los próximos cuatro años en el continente africano.

Diplomáticos afines al ministro defienden que hasta ahora el Plan África sólo hacía referencia a la región de África Subsahariana y dejaba fuera al Magreb, mientras que ahora con el nuevo nombre la acción exterior española incluye la totalidad de países africanos. Esta versión es la misma que sostiene el ministro al inicio del informe, donde explica que «para España, el país europeo más cercano a África, el presente y el futuro del continente, su progreso hacia un desarrollo inclusivo y sostenible, su paz y su seguridad, constituyen objetivos vitales».

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Los diplomáticos más críticos con Albares, sin embargo, solo ven esta iniciativa del ministro como «un reflejo de su adanismo». «Debería haber seguido la secuencia y haber sido el IV Plan África. Con este cambio de nombre el ministro pretende marcar una nueva era abarcando todo el continente», explica un diplomático curtido en África, al tiempo que aprecia que los anteriores planes «también cubrían a la Unión Africana, por lo que sí incorporaban la dimensión multilateral continental». Por eso, según explica, este nuevo documento del ministro no cambia nada: «No tiene más dimensión práctica que los planes anteriores, pues no precisa las peculiaridades de las relaciones con los países del Magreb ni del resto del norte de África».

Albares también ha variado el nombre del 'Plan director de la cooperación española 2024-2027', que debería de haberse llamado 'Plan director de la cooperación española VI'. Más allá de que haya rediseñado los planes estratégicos para imponer su sello, la omisión del Sahara Occidental en este documento tiene otro significado. Para comprenderlo hay que remontarse a abril de 2021, cuando el Gobierno de Pedro Sánchez llevó a España a una crisis migratoria sin precedentes, que supuso además el cierre de la aduana comercial de Melilla, debido al enfado de Marruecos tras la entrada ilegal en España del líder del Frente Polisario, Brahim Gali, quien fue ingresado en un hospital de Logroño para ser tratado de Covid gracias a la autorización del Gobierno.

Que España acogiera a su enemigo número uno, no sentó bien a Marruecos, quien solo accedió a sentarse a negociar un nuevo marco de relaciones diplomáticas cuando desde el Palacio de La Moncloa hubieran tenido un gran gesto hacia Rabat: este acercamiento se produjo el 23 de marzo de 2022, cuando de manera unilateral el Gobierno declaró la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental en una carta enviada a Rabat, lo que supuso un giro en una posición histórica de Estado. Esta postura se ratificó un mes después, con la visita de Pedro Sánchez a Mohamed VI.

De las 24 imágenes que aparecen en el informe, en siete de ellas sale el ministro Albares y Pedro Sánchez en cuatro. Las trece restantes son de proyectos de Cooperación Española en África. Se da la circunstancia, además, de que este nuevo documento de Albares no incluye ningún mapa político -por países- del continente, lo que varios diplomáticos interpretan como algo premeditado «para evitar diferenciar el Sahara Occidental de Marruecos». «Es un asunto hipersensible, sobre el que el ministro no dará ninguna respuesta concreta porque por fuerza ha de moverse en la ambigüedad», explica un embajador a ABC. Sánchez nombró a Albares para restablecer las relaciones con Marruecos y «él no hará nada que pueda erosionarlas mínimamente». Además, tendría que dar explicaciones sobre el giro en la postura del Sahara. Por eso «esta cuestión es delicada para él». Si no fuera porque este plan se terminó de redactar en noviembre, cabría la vertiente de que el ministro no hubiera incluido el Sahara para no enfadar también a Estados Unidos.

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Otra cosa que ha llamado la atención en Exteriores es que el proceso de elaboración de 'Estrategia España-África 2025-2028' debía contar con reuniones con actores como los de la sociedad civil española o los embajadores africanos en España, pero no con los representantes de las ciudades de Ceuta y Melilla, ni con los de Canarias «lo cual es un sinsentido». «A estos actores no se les proporcionó un borrador sobre el que pronunciarse ni realizar aportaciones», denuncia otra fuente. «Esto es completamente opuesto a como se elaboran los instrumentos planificadores o estratégicos de la cooperación, o los anteriores planes África».

Las fuentes consultadas están en sintonía con las reivindicaciones de la Asociación de Diplomáticos Españoles (ADE) sobre la «alarmante e incomprensible gestión de recursos humanos de Albares al frente del ministerio». «Este es solo un ejemplo de la disfuncionalidad que se ha instalado deliberadamente en el ministerio cuando, posiblemente más que nunca, los tiempos actuales exigen todo lo contrario», concluye una de ellas.