La jornada de 37,5 horas costará 15.300 millones a las empresas y alentará la economía sumergida
Los gestores administrativos estiman que cada media hora que se reduce la jornada laboral legal le costará unos 3.000 millones al tejido empresarial
Advierten de que el coste podría ser mucho mayor porque la estimación se ha hecho sobre el SMI y no tiene en cuenta las vacaciones
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Las reformas e incluso los mínimos retoques en el marco fiscal o laboral acostumbran a tener un impacto económico más o menos relevante sobre los que las sufren y aunque este es a menudo ignorado por los promotores de estos cambios regulatorios, que lanzan sus ... propuestas sin realizar un análisis económico previo, existe y en muchas ocasiones es importante. Los Gestores Administrativos se han tomado la molestia de estimar la factura que puede tener para el tejido empresarial la iniciativa impulsada por la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, para reducir la jornada laboral semanal máxima en España a 37,5 horas y el resultado es que podría incrementar los costes del tejido empresarial en más de 15.300 millones de euros.
La entidad que preside Fernando Santiago ha realizado su estimación a partir del cálculo del coste potencial que la aprobación de la medida tendría en una empresa tipo del tejido productivo español, con 4,5 empleados, es decir, con cuatro empleados a jornada completa y uno a media jornada, con una semana laboral media de 40 horas de trabajo y en la que la carga semanal de trabajo equivale a 180 horas. La referencia salarial que el ejercicio ha tomado para calcular el coste es la del Salario Mínimo Interprofesional, no la del sueldo medio, para tratar de simplificar el cálculo.
Bajo esos parámetros, la primera consecuencia de restringir la jornada laboral máxima en la ley a 37,5 horas semanales es que obligaría a esa empresa tipo a incrementar la jornada del trabajador a tiempo parcial que tiene en su plantilla para poder cubrir su carga laboral semanal, pasando de tener un contrato de media jornada a tener que cubrir el 80% de la jornada completa. El coste efectivo de ese reajuste de jornada obligaría a esa empresa estándar a incrementar en más de 5.000 euros extra el capítulo de costes laborales, lo que puede ser un gasto extra muy relevante para una pyme, que no irían únicamente a mejorar la retribución del empleado sino a abonar la factura adicional en cotizaciones sociales derivada de ello.
El ejercicio del Colegio de Gestores Administrativos multiplica ese coste extra que asumiría esa empresa tipo por los 2,9 millones de empresas censadas en España elevando la factura total sobre el tejido productivo por encima de los 15.000 millones de euros, hasta los 15.332,9 millones en concreto. El ejercicio revela también que cada media hora que se reduce la jornada laboral efectiva tiene un coste inducido de 3.000 millones de euros para el tejido productivo.
La institución advierte además de que se trata de una estimación de mínimos, ya que se calcula sobre una empresa que pagara el SMI a todos sus trabajadores, algo que es muy difícil de encontrar en la realidad, y sin tener en cuenta el gasto extra por la cobertura de un mayor número de horas en vacaciones por la reducción de la jornada efectiva.
Acicate a la economía sumergida
Según el colegio que agrupa a los profesionales que se encargan de gestionar y resolver los trámites cotidianos de las empresas y que probablemente mejor conozcan sus problemáticas del día a día, la reforma que está impulsando el Gobierno «puede producir otros efectos» en las empresas, como el incremento de las horas extraordinarias para evitar ampliar las horas ordinarias de trabajo y esquivar los sobrecostes que de ello se pudieran derivar en empresas que ya anden muy justas de márgenes. «También se podría producir en algunos sectores un incremento de la economía sumergida, en aquellos casos donde los controles horarios y la monitorización por parte de la inspección no hagan posible sustituir la masa de horas ordinarias faltantes por extraordinarias», advierten en una nota técnica a la que ha tenido acceso ABC.
«El resultado final no será bueno para nadie», advierte Fernando Santiago, que alberga dudas sobre que la reforma pueda impulsar la productividad del trabajo, ya que esto podría venir de la mano de una mayor automatización y podría traducirse en despidos de trabajadores. «Si quieren reducir la semana laboral, compensen a las empresas el sobrecoste, bien con menos cotizaciones sociales o bien ajustando el SMI«, señala el presidente del Colegio.
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