El fraude del acero viene de China: seis millones impagados al Fisco en cuatro meses
Una investigación de la patronal descubre 27.000 toneladas de material fotovoltaico que han entrado en España ilegalmente, y podrían ser muchas más
China impone medidas proteccionistas sobre algunos productos de acero inoxidable de la Unión Europea

Entre enero y abril de este año 27.000 toneladas de acero procedente de China han entrado en España de forma fraudulenta, en un embeleco que podría haberle costado al fisco español y europeo unos seis millones de euros. Y el fraude podría ... ser mucho mayor, pues en 2023 se importaron unas 61.000 toneladas que también se habrían declarado de forma tramposa.
El objeto de este engaño son unos tubos de acero que se usan para instalaciones fotovoltaicas y que se habrían modificado expresamente para que no parecieran tubos, evitando el pago del 25% de impuesto aduanero que existe sobre materiales genéricos; es decir, aquellos a los que puede darse cualquier uso. De continuar esta picardía, la factura podría ser muy costosa para el erario público, pues España, que es el segundo productor de energía fotovoltaica de la Unión Europea, recibe cada año unas 100.000 toneladas de este material, la mayoría procedentes de China.
Los datos son el resultado de una investigación encargada por Unesid, la patronal española de productores de acero, a la firma de abogados Andersen Tax & Legal. Alonso Hidalgo, el coordinador de este informe jurídico, ha explicado a ABC los detalles de este fraude, que no es poco sofisticado.
Los tubos en cuestión son lo que en la jerga del sector se conoce como 'tubos seguidores'; básicamente, unas piezas de acero tubular que se colocan en la base de las placas solares y sirven para hacerlas pivotar en la dirección del sol. En atención al Código Aduanero de la Unión Europea (CAU), estas partidas tienen que ser declaradas como lo que son, tubos, identificándolas con el código 73066192, que es el que les corresponde en la nomenclatura combinada (los códigos que se dan a las mercancías en el sistema aduanero común).
Como se ha explicado, los materiales con este código están gravados al 25%, y esta es la razón del engaño. Según se concluye en el informe, lo que hacen los importadores es enviar las piezas con unas perforaciones para que, más que simples tubos, parezcan 'estructuras', un material que usa un código distinto y que no está grabado.
En la terminología aduanera, una estructura es una pieza metálica que llega a España preparada o montada de alguna forma, pero ese no es el caso de los tubos seguidores que se usan en las placas fotovoltaicas. Están perforados, sí, pero las notas de la nomenclatura combinada prevén que las piezas puedan estar taladradas «sin perder la condición de tubo», recuerda Unesid.
Un «engaño manifiesto»
Como explica la patronal, esto es un «engaño manifiesto» porque se hace con la expresa intención de no pagar el impuesto de salvaguarda -los aranceles que tienen por objeto proteger a la industria europea- que existe sobre los tubos genéricos.
Esta tasa del 25% solo empieza a aplicarse una vez se supera una cierta cantidad de material, pero en el primer cuatrimestre de 2024 la cuota se ha superado ampliamente con las partidas que estaban bien declaradas, así que las 27.000 toneladas chinas deberían haber pagado impuestos. Puesto que su precio medio en lo que va de año ha sido de 952 euros/t, los investigadores calculan que «potencialmente se han podido defraudar seis millones de euros». Es más, viendo que esta práctica lleva produciéndose desde el año pasado al menos –y seguirá ocurriendo hasta que no se tomen medidas-, se puede deducir que la cifra de aranceles impagados será mucho mayor.
El equipo legal de Unesid se percató del engaño el año pasado, cuando examinando los datos de la Agencia Tributaria advirtieron una gran cantidad de supuestas 'estructuras' entrando al mismo precio que los tubos. Para mayor sospecha, su volumen era muy similar al de los tubos seguidores que España importa de China.
Ahí empezó la investigación, cuyos resultados ya han sido puestos en conocimiento del departamento de Aduanas e Impuestos Especiales de la Agencia Tributaria y la Oficina Europea de la Lucha Contra el Fraude (OLAF). Alonso Hidalgo dice estar convencido de que les «darán la razón», aunque según ha explicado a ABC, es pronto para hablar de repercusiones legales, que, si corresponden, solo podrán aplicarse sobre las empresas españolas o con sede en España que hayan participado en el fraude, si es que las hay. Sobre la naturaleza de los 'evasores', el director del informe ha descartado que se trate de algún tipo de trama organizada; más bien, estamos ante unos importadores que han visto una oportunidad para el fraude «y la han aprovechado», explica.
Falla la vigilancia, no la ley
En cuanto a lo que ha fallado, Hidalgo opina que no es la ley aduanera, si no los mecanismos que se usan para asegurar su aplicación. De no corregirse esto último, opina, la ley fallará en su objetivo primero, que no es otro que proteger el sector siderúrgico europeo de la competencia extracomunitaria.
Mientras espera que las autoridades aduaneras -tanto a nivel nacional como europeo- actúen contra los responsables de este fraude, la patronal siderúrgica les ha pedido que se tomen una serie de medidas preventivas. En primer lugar, solicita que se revisen las Informaciones Arancelarias Vinculantes (IAVs) que clasifican las partidas objeto de controversia; una IAV es un documento que expiden las autoridades aduaneras a petición del importador/exportador en el que se le da la garantía de estar despachando con la clasificación correcta.
Asímismo, Unesid también solicita que en caso de recibirse nuevas IAVs para estos productos «se tengan en cuenta los antecedentes», y que se refuercen los filtros en las fronteras.
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