Laporta piensa en quién puede servirle mejor que Xavi

Tras una semana de rumores, filtraciones y amenazas, Laporta dice ahora que tiene que guardar un reposo que sin duda no sería tan taxativo si hubiera algún negocio en juego o tuviera algún encuentro de los suyos. Lo más probable es que la próxima semana el presidente anuncie que prescinde de su técnico y el nombre de su sustituto. Los dos grandes candidatos son Rafa Márquez y Hans Flick.

Son dos formas de hacer lo mismo: Márquez es la persona ideal para el entorno comisionista del presidente, porque sería más amable que su antecesor con los fichajes por motivos económicos. El mexicano se habría avenido, por ejemplo, a cerrar el círculo comisionista incorporando a Víctor Roque al equipo titular, aunque no estuviera justificado futbolísticamente. Por su parte Flick es el candidato del más hábil y simpático de los comisionistas, Pinhas Zahawi, que endosó al Barça el negocio ruinoso de Lewandowski, que a su avanzada edad va a cobrar este año la cifra máxima de su contrato estando ya su nivel competitivo muy por debajo de tan boyantes cantidades.

En el plano más institucional, Laporta ha comprobado con la publicación de los documentos que demuestran la existencia de las cuentas solidarias de sus directivos, que sus enemigos son poderosos y están dispuestos a hacerle daño. Sabe el presidente, también, que es difícil que una oposición todavía desorganizada y que no tiene el Camp Nou abierto para expresar su descontento pueda emprender una moción de censura, pero a dos años de las elecciones no quiere que le pillen con la guardia baja.

Por eso las encuestas que regularmente el club realiza entre los socios preguntan en los últimos tiempos por el modelo de propiedad. «Sigo sin entender por qué el club pregunta a los socios sobre el modelo de propiedad. Sobre todo si fuera cierto que el presidente y junta directiva actuales no tienen ninguna duda de que es necesario proteger el modelo de propiedad actual», ha escrito Víctor Font en X. Font fue el rival al que Laporta barrió en las últimas elecciones, pero a pesar de que de vez en cuando el excandidato denuncia los desmanes presidenciales en los medios de comunicación y las redes sociales, no tiene ningún comité de campaña en marcha para desbancar a la actual directiva.

Una afición narcotizada y emocional gritó en el último partido en Montjuic en favor de Xavi mientras Deco, el director deportivo, hacía que no con la cabeza. La respuesta del club a los cánticos de «Barça sí, Laporta no» fue anunciar por megafonía las multas a las que se exponen los que profieren gritos de odio.

Pero tal como el cese de Xavi parece inminente y por fin Laporta podrá deshacerse de un técnico que nunca fue de su agrado; la situación del presidente es cada vez más inestable pero todavía no parece cercana su caída. Si su deteriorada salud no se lo impide optará a la reelección, eso si el club continúa entonces siendo de los socios y pueden todavía decidir algo