Fútbol
Sin plata, pero más felices: la calle argentina 40 días después del Mundial
Mundial de Qatar
El país andino vuelve a la realidad tras el título en Qatar. Un paseo por sus tierras y su gente en busca de los rastros del torneo

En cualquier punto de venta en Argentina es posible conseguir una réplica de la Copa del Mundo de fútbol. En las páginas web, en las tiendas de variedades, en la oferta callejera… En diferentes modelos y categorías de aproximación estética al auténtico trofeo oficial ... que Messi levantó el pasado 18 de diciembre en Qatar, se puede adquirir desde 5 euros hasta los precios desorbitados en la imitación. Jorge P., un fotógrafo que trabaja en San Juan en la carrera ciclista, ha previsto su boda para la próxima primavera y su idea es penetrar en la iglesia con la Copa mundial en reverencia a la divinidad que profesa: Maradona tatuado en una pierna y Messi campeón. «Es una sorpresa. Pero no sé qué pensará mi novia».
En la Argentina profunda donde se celebra la Vuelta a San Juan, una provincia lindante con Chile y los Andes y 680.000 habitantes censados que vive de la minería, la elaboración de vino y aceite de oliva, el regreso a la realidad después del título mundial se sintetiza en un mensaje común que se escucha en la calle: no hay más plata, pero somos más felices.
«Fue un título que nos removió todo el corazón, fue muy lindo -comenta Marisel Rubio, comercial en paro-. Todo eso genera que Argentina tenga la oportunidad de ir un paso por delante. Yo creo que muchas cosas en el país pueden mejorar, empezando porque yo encuentre trabajo».
Un buen número de establecimientos comerciales en San Juan se engalanan en la entrada con algún motivo alusivo a la Copa del Mundo. Un póster de los seleccionados argentinos, banderas albicelestes, camisetas de Messi o remeras de algún otro internacional de Lionel Scaloni. Al entrenador que vive en Mallorca le asiste poca fama por estos lares. Se impone por abundancia y alto porcentaje la camiseta número 10 de la estrella del PSG.
Los camareros sirven las milanesas con jamón y queso con la zamarra de Messi a la espalda, el equipo colombiano de Medellín se presenta a la carrera con una equipación de la selección albiceleste ('Supermán' López y Óscar Sevilla a la cabeza), a la efigie de la virgen local María Reina de los Apóstoles en el centro de la ciudad -vestida de azul y blanco- se acercan a tocarla los viandantes…

«El triunfo de Argentina nos unió mucho más como país. Estábamos en una situación difícil y este éxito hizo que como argentinos nos uniéramos un poco más. Éramos todos uno solo y se trataba de ir para adelante», explica Victorina López, empleada de la agencia de deportes de San Juan.
Ya pasaron 40 días desde la final con Francia, pero aún se palpa la alegría en la dura vuelta a la rutina de un país con problemas. El desempleo y la altísima inflación son los principales quebraderos de cabeza de una nación que no ha sido capaz de solucionarlo con sus dirigentes políticos de diferente signo ideológico.
Cambios o no
«Fue una alegría muy grande, hace 36 años que no ganábamos, y nos devolvió la felicidad que todos buscábamos. Ver a Messi levantar la copa fue algo único -opina Benjamín Trigo, camarero-. No sé si cambiará algo la vida en temas de nivel económico o empleo, pero sí veo a todos más felices. No hay más plata, pero sí hay más felicidad, que también es importante».
Una encuesta publicada en los medios locales describe que los primeros problemas de Argentina según la población encuestada son la inflación (54%), la inseguridad (40%), el desempleo (36%) y la pobreza (26%). La inflación es una traba de larga tradición. El país vuelve a registrar una de las tasas más altas de los últimos 30 años con un índice de precios al consumidor por encima del 52 por ciento, el segundo más elevado de Sudamérica por detrás de Venezuela. Para los argentinos, el problema ha supuesto una pérdida constante del poder adquisitivo de sus salarios.
Sebastián Mestre es periodista y tenía los billetes preparados para emigrar a España en 2020. No pudo hacerlo por la pandemia: «Para mi generación fue algo único, porque nunca vimos a Argentina ganar un Mundial. En pocos años ganamos la Copa América, el Mundial, una alegría muy grande. Veníamos esperando mucho y, sobre todo, que Messi pudiera salir campeón. Si bien el título no mejoró nada en lo económico, sí creo que el fin de año y el inicio de año fue diferente para la Argentina en cuestión de alegría. Se notó que la población estaba más feliz porque fue un logro deportivo muy importante y esperado por toda la ciudadanía. El país sigue igual, pero la alegría de la gente es diferente».
La situación económica contrasta con el optimismo de la gente. «En el país se adivina una mayor prosperidad -asegura Victorina López-. Más allá de que la situación económica no se va a arreglar porque se gane un Mundial, pero sí nos da una esperanza como país que podemos salir adelante».
La pobreza
Las estadísticas oficiales de 2021 indican que el 35 por ciento de la población argentina es pobre. La inflación pulveriza los ingresos de los argentinos. La tercera economía de América Latina tiene cinco veces más inflación que el país más grande del continente (Brasil) y ocho más que el segundo (México).
El exfutbolista Jorge Chica jugó en el Tenerife, en el Atlético B con Fernando Torres y en el Dos Hermanas. Hoy es Secretario de Estado de Deportes en la región de San Juan. Ofrece una visión optimista a ABC sobre el futuro de su país. «Argentina necesita instituciones firmes para crecer. Más allá del espasmo de felicidad que hemos vivido con el título de la selección, somos los dirigentes deportivos los que debemos copiar estos procesos exitosos para la evolución de la sociedad. Estamos convencidos de que las instituciones forman a los jóvenes, y los clubes se han vuelto fundamentales. Ahí ha cambiado la escuela, la familia, la esquina del barrio. Los jóvenes tienen que entender que la disciplina, la resiliencia, el respeto, la puntualidad son los pilares sociales. El deporte es un eje fundamental y el fútbol nos va a ayudar a crecer como país, pero está en cada uno de nosotros donde nos toque sumar».
El Papa y Messi
La crisis económica empuja a los argentinos a la emigración, a buscar un futuro más allá del Atlántico. «Argentina es un país sumamente rico, tenemos al Papa, al mejor jugador del mundo, los cuatro climas. Muchas veces pasamos zozobras económicas, pero son parte de los procesos. Volveremos a ser potencia mundial, esperemos a corto plazo», argumenta Chica.
El dirigente destaca la influencia de referentes como Messi. «Todos los chicos que juegan en la esquina de su barrio quieren ser Messi. Esa esperanza de que el chico le diga a su papá quiero ser Messi, llévame a un club, intégrame en una institución, es la que tenemos. En las esquinas del barrio puedes caer en la drogadicción, el alcoholismo o el suicidio juvenil, que se ha dado mucho acá con la pandemia. El deporte genera esta esperanza. Pasa en la Vuelta a San Juan. Los chicos de los equipos modestos que veían el Tour de Francia o la Vuelta a España, hoy están corriendo con las estrellas».
MÁS INFORMACIÓN
En la Argentina profunda se va perdiendo el rastro del fútbol, se difumina la euforia de Messi campeón y se vive el reencuentro con la bolsa de la compra, el precio de los productos y el salario cada vez más escaso.
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