Juanjo Millás: «Hay pocos futbolistas locos con relación a los que debería»

-¿Sigue la actualidad deportiva?

-No. Pero ella me sigue a mí. Hay cosas de las que nos enteramos, sin esfuerzo alguno. Sabemos cómo va el Madrid o el Barça. Para lo que hay que esforzarse es para saber quién era Platón.

-Es que usted contempla el deporte más como fenómeno social que como un espectáculo y, así, no hay manera.

-Yo sé que el fútbol es muy importante, pero sólo he ido una vez al fútbol en mi vida. Era pequeño y fui con mi padre al Santiago Bernabéu. Y me pareció tan violento…porque, detrás, había alguien llamando hijo de puta al árbitro. Empezó a proferir lo que llamábamos antes palabrotas y me pareció muy violento. Ya sé que es una violencia de cartón piedra, pero las masas me producen miedo. Además, cuando yo era joven, el fútbol no estaba bien visto.

-Me cuesta imaginarlo.

-Se consideraba que era la distracción del franquismo, para evitar otras cosas. Y cuando murió Franco, mucha gente salió del armario. De repente, nos enteramos de que muchos de los que no sabíamos, eran aficionados. Eso ha sido muy curioso.

-La eterna disociación entre cultura y deporte, ¿no?

-En las conversaciones que mantengo con Arsuaga, él dice que el deporte estuvo muy bien considerado entre los intelectuales de la República. Luego, se asoció a la dictadura y ahí fue cuando muchos intelectuales, negaron su afición. Hay muchos casos. Por ejemplo, Vázquez Montalbán, que era un forofo del fútbol, pero no se manifestó hasta después. Y muchos amigos míos.

-¿Qué es lo que le atrae del fútbol?

-Gonzalo Suárez, ayudante de Helenio Herrera y muy amigo mío, habla mucho de fútbol y a mí me encanta escucharle: de estrategias, de si los espacios se buscan o se crean…ese tipo de discurso me gusta mucho. Incluso en boxeo, que es un deporte que yo creo que no debería existir por lo violento que es, hemos tenido grandes cronistas a los que he seguido, como Manuel Alcántara, que era un gran poeta.

-Usted es un panenkita de manual.

-Me gustan los aspectos técnicos del deporte. No soy aficionado al tenis, pero he leído más de una vez y con pasión 'Open', el libro de Agassi. Es un libro maravilloso.

-Con la selección española no es tan exigente. Se deja arropar por la pasión.

-Los partidos de mucha rivalidad, los veo y me gustan, aunque a veces sean aburridos. Esas jugadas que son filigranas, las he comparado con una oración con muchas subordinadas.

-El caso Rubiales o la concesión de la cautelar a Olmo y Víctor alejan al público del fútbol. El aficionado tiene un rol residual en este negociado.

-¿Tú crees que la gente se aleja por eso? Yo leo las memorias de Nadal y en la primera página dice que el deporte de alta competición no es bueno para la salud. ¿Esto aleja a la gente de su pasión por el tenis? No. El fútbol se está disputando en países que son dictaduras atroces. ¿Pasa algo? No. La gente se tendría que retirar en masa y no lo hace. El propio Nadal es embajador de Arabia Saudí.

-Y no existe la más mínima intención de penalizar esos aspectos. Al contrario. Ampliamos contratos con Arabia.

-Todo esto ha pasado desde hace mucho y se ha mirado para otro lado. Las reglas del juego, por fortuna están cambiando, en muchos aspectos. Hasta hace cuatro días, nos parecían normales cosas que ahora no nos lo parecen. Igual, en un tiempo, nos planteamos cómo es posible que se jugara en países donde a las mujeres no se las permite salir a la calle. A lo mejor. Pero ahora se ve normal, Ni siquiera se critica.

-Ha ocurrido con el racismo. Vinícius no ha sido quien nos ha mostrado que existe.

-Ya lo había. Hace años era normal insultar y soltarle improperios a un jugador negro.

-Dice usted que escribir es como construir un espejo en el que se va viendo. Lo podría firmar cualquier futbolista.

-Hace años, le hice un reportaje a Ronaldo Nazario. Nos fuimos a Palestina. Conviví muchas horas con él y acepto esto que dices. Una de las cosas que más me asombra de estos millonarios del fútbol es que, en un porcentaje muy elevado, son gente sensata. Si yo hubiera sido multimillonario a la edad en la que lo era Ronaldo, seguramente, me hubiera vuelto loco.

-Igual tampoco era el sitio para enloquecer.

-Recuerdo que, al final del viaje, hablamos de ir a los lugares sagrados e íbamos solos. Seis personas, por aquellos callejones. Alguien debió vernos desde una ventana y al cuarto de hora, ya llevábamos una comitiva detrás. La sensación de poder que tiene que dar provocar eso y el dinero… hay pocos locos con relación a los que debería de haber.

-Dígame algún jugador que le ha despertado un interés especial.

-En su día, Casillas. Me llamó la atención su sensatez. Insisto en que yo, en su situación, me hubiera vuelto loco. El otro día vi a Figo y también me pareció muy normal.

-Cuando dejan el fútbol, acostumbran a volverse bastantes normales.

-Puede que sí. Pensé ¡mira qué bien se ha adaptado a su otra vida!.

-A un hombre de letras he de pedirle definiciones. Por ejemplo, de Florentino Pérez

-Un tiburón. Le veo más como empresario.

-Joan Laporta.

-No tengo una foto concreta de él. Le veo de refilón, asociado a escándalos.

-Lamine Yamal.

-Ternura. Me produce ternura.

-A los rivales no.

-Me la produce porque que viene de la pobreza más absoluta y sale de ella. Y, de nuevo, con sensatez.