Juan Ayuso continúa imparable: gana un mano a mano a Roglic por centímetros

En La Molina nunca pasa nada. Es un mantra del ciclismo que retrata con singularidad a la suave estación de esquí de la Cerdaña catalana. No pasa en la Volta ni, cuando se subía hace años, en la Vuelta a España.

Esta vez, sin embargo, regala una resplandeciente lucha entre los dos favoritos del próximo Giro y máximos contendientes en la Volta. No ha pasado gran cosa hasta la última subida, como es de rigor, escapadas que obligan a trabajar, la ambición siempre al límite del UAE, la puesta de largo de un Roglic invisible este año...

Se suba antes la Creueta, la estampa imponente de las cumbres nevadas, varios palmos de nieve al paso de los ciclistas, marzo ha sido un mes duro en España pero al menos hay agua, la fuente de la vida.

En el esprint final, con todos los escapados cazados, Ayuso y Roglic se destacan. Son los más fuertes. Y en el mano a mano hay tiempo para todo, la arrancada siempre potente del esloveno, la remontada del español, el avance de Ayuso que parece definitivo y el arreón final del balcánico que casi se lleva la etapa.

No es necesaria la 'foto-finish' porque en la repetición de la tele se ve claramente que ha ganado Ayuso, gran finalizador, todoterreno sin definir que igual sube, contrarrelojea o esprinta.

Es su quinto triunfo del curso, todos en marzo: la Clásica del Drome, el Trofeo Laigueglia, la etapa reina de la Tirreno-Adriático y la clasificación general de esta carrera.