Tomás Bastos, el primer gran impacto de la temporada taurina: «Soy un chaval con mucha hambre de ser figura»

-Era casi el convidado de piedra, el tapado del cartel, y todo el mundo salió hablando de usted. ¿Cómo lo vivió?

-Con mucha intensidad, era un cartel que me hacía enorme ilusión. Marco Pérez es el novillero del que todo el mundo habla; también, de Olga Casado tras el festival de Vistalegre. Aunque yo tengo mi ambiente, creo que era del que menos se hablaba, y he salido fortalecido. Era un día clave, sabía que era una feria muy importante del principio de temporada donde un triunfo así me iba aportar mucho. He sido la sorpresa.

-Cuente a nuestros lectores quién es Tomás Bastos.

-Soy un chaval de 17 años, de Vila Franca de Xira, que desde que nació quería ser torero, un chaval con mucha hambre de ser figura del toreo.

-¿Está dispuesto a todo para alcanzar su ambición?

-Totalmente. Para ser figura hay que estar dispuesto, tienes que dejar muchas cosas atrás en esta profesión.

-Dicen que el toro es muy celoso y exige concentración absoluta. ¿Es cierto?

-Es verdad, yo lo tengo muy comprobado. Alguna vez que he estado en otras cosas no me ha salido tan bien. La del domingo fue la tarde más rotunda de mi carrera.

-Si el mundo del toro es justo, su nombre debería figurar en todas las ferias. ¿Cree que hay justicia por lo vivido?

-Es justo. Muchas veces, cuando estás parado, piensas que es injusto. Si golpeo la puerta ahora y no se me da sitio, sí le diría que era un poco injusto. De momento, pienso que es justo.

-Antes uno quería ser torero para hacerse rico; ahora hay que ser rico para ser torero. ¿Cuesta mucho abrirse paso?

-Cuesta y más a nosotros, los novilleros, que nos pagan los mínimos. Son muchos viajes, muchos gastos, pero cuando tienes afición haces lo que sea.

-¿Estudia también?

-Antes estudiaba, pero soy de Portugal y, sin caballos, me transferí a la escuela de Badajoz. Toreé muchísimo (42) y no podía ir a las clases.

-¿Cómo lo vive su familia?

-Mi padre, como es banderillero, se lo ha tomado mejor, A mi madre no le ha gustado tanto la idea, pero me apoyan y van a verme, más mi padre que mi madre por el trabajo.

-Tiene una apoderada independiente, Cristina Sánchez, considerada la mujer torero más importante de la historia. ¿Y si a raíz de este triunfo le llaman de una casa grande qué...?

-Seguiría con Cristina, porque es un privilegio que diese ese paso y creyese en mí. Además, yo creo que el torero es el que hace el apoderado. Estoy muy a gusto con ella y me toca seguir triunfando.

-No solo desató un runrún por las orejas, sino por el progreso que se le vio y ese concepto tan bueno.

-Yo creo que la manera que tengo en la mente es totalmente distinta. Sé lo que quiero, sé lo que tengo que hacer para lograrlo y hemos tenido un invierno muy intenso de entrenamiento. Todo el mundo me dice que vio una versión distinta. Creo que he evolucionado muchísimo, aunque lógicamente me quedan muchos defectos por pulir.

-¿Alguna afición más?

-Me gusta jugar al fútbol, aunque no tengo mucho tiempo para distracciones. Estoy aquí en Madrid y a veces salgo con los hijos de Cristina. Pero vivo para entrenar y entrenar. Hay que estar centrado: el toro exige todo.