David Trueba salta del cine al escenario con 'Los guapos'
El cineasta estrena en el María Guerrero su primera obra de teatro, que cuenta la historia de un reencuentro, y que dirige él mismo
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Más de una veintena de películas como director o guionista (o ambas cosas), siete novelas, decenas de artículos de prensa... Y una asignatura pendiente: una obra teatral. David Trueba confiesa que llevaba mucho tiempo rondando a Talía, pero no terminaba de dar el paso; ... el empujón se lo dieron dos actores, Anna Alarcón y Vito Sanz, protagonistas de su película 'Al otro lado del mundo'. Para ellos escribió 'Los guapos', la historia de un reencuentro entre Nuria y Pablo, dos chicos que crecieron en el mismo barrio obrero, marginal, y cuyas vidas han discurrido por caminos diferentes. La obra se acaba de estrenar en el Teatro María Guerrero, donde permanecerá hasta el 9 de junio.
Todas las historias se pueden contar en cualquier medio: cine, teatro, novela..., dice David Trueba, pero reconoce que «cuando nace el germen de una historia suele venir asociado, en mi caso, al elemento en el que la vas a contar. Y es natural que yo, que durante muchos años he escrito novelas y he hecho películas, eligiera uno de los dos medios cuando se me ocurriera una historia. Ahora ha surgido el teatro, así que tengo un nuevo elemento para elegir».
Tenía claro David Trueba que su primer paso en el mundo del teatro tenía que ser a través de la escritura. «No quería empezar dirigiendo sin haberlo escrito, no quería que la técnica del director se impusiera sobre el suceso teatral, pero luego se fue desarrollando todo de una manera natural. Era un mundo que desconocía, y la ayuda de los actores ha sido fundamental. Anna me dijo que necesitábamos un productor, apareció Bitó y ellos movieron la función hasta lograr una coproducción con el CDN».
Está de acuerdo con Juan Mayorga, que siempre dice que el director completa la escritura del autor. «Pasa igual que en el cine, donde la última escritura la hace el director; no la hace con papel y lápiz, sino con la cámara. Y en el teatro la hace también el director con la luz, con el espacio, con el movimiento, con la puesta en escena, a veces incluso con el modo de interpretar de los actores. Sí, claro que sí, al dirigir tu texto modificas cosas, que adquieren un valor a veces distinto al que habías imaginado. Por eso es tan fascinante ver diferentes versiones de algunos clásicos, ver cómo los distintos directores la llevan a su territorio».
Una película se rueda, se monta, se estrena y ya está terminada. Una función de teatro está viva. «En esta función, como se trata de un duelo, un matiz hace que cambie el tamiz con el que la gente la ve. Eso me divierte, porque no es malo para el contenido de la obra, porque precisamente de eso trata. De que hay muchas sutiles maneras de ver lo mismo de maneras diferentes. Es casi un juego de espejos».

«Rafael Azcona siempre decía: 'escribe de lo que conoces'. De todo lo que has vivido y lo que ves puedes sacar esencias que son universales. Y se nota también la autenticidad; lo decimos mucho de los actores, pero también en los escritores yo noto mucho cuándo hay autenticidad y cuándo hay impostura»
David Trueba
Autor y director
No ha echado de menos David Trueba recursos cinematográficos como el primer plano. «Ha habido un trabajo con Pedro Yagüe, el iluminador, que mediante la luz logra efectos de aislamiento, de primer término, de cercanía... En cuanto a otros conceptos, como el sonido, he tenido la suerte de estar en el Teatro María Guerrero; si estrenáramos en otro teatro con menos posibilidades, sí podría tal vez hablarte de mi frustración por el sonido, por ejemplo. Pero en este teatro tengo la sensación de que se ve muy bien y se oye muy bien desde todas partes».
Aunque pueda parecer lo contrario, el teatro tiene menos limitaciones que el cine. En escena, un actor dice que un palo es un caballo y el público se lo cree. «El cine es profundamente realista. El teatro me parece más sugerente».
La historia que cuenta 'Los guapos' es una historia cotidiana, de personajes que podemos encontrarnos en cualquier ciudad y en cualquier barrio. «Va de gente que conocemos, que nos hemos cruzado, que podrías ser tú en un cierto momento de tu vida. Rafael Azcona siempre decía: 'escribe de lo que conoces'. De todo lo que has vivido y lo que ves puedes sacar esencias que son universales. Y se nota también la autenticidad; lo decimos mucho de los actores, pero también en los escritores yo noto mucho cuándo hay autenticidad y cuándo hay impostura».
«El teatro -dice David Trueba- es, además de diálogo, un territorio para la evocación también. Hay otros elementos, como la música, incluso el silencio. Es cierto que has de tener oído para dialogar, pero eso sucede igual en una novela o en una película; el diálogo forma parte de nuestra vida cotidiana. Pero, sobre todo en el realismo, la palabra muchas veces se inventa para ocultar la verdad. La palabra en ocasiones es lo que hay detrás de ella. Por ejemplo, Nuria habla de una manera más brusca que Pablo, que tiene estudios -de hecho, ella se burla de él en algún momento por las palabras que utiliza-. Nuria es más de la calle. Tiene un lenguaje más áspero, más ofensivo en ciertos momentos. Pero tiene que ser así. Has de transmitir la veracidad del personaje».
David Trueba asegura que ya estaba bastante 'envenenado' por el teatro. «Lo tenía dentro. Lo que pasa es que no hay tiempo para todo. El teatro ha tardado en llegar, pero espero que la próxima obra no tarde tanto como ésta. Las cosas llegan cuando llegan, pero el veneno estaba y ahora ha acrecentado».
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