Pedro Sánchez usa el Cervantes para consagrar la España del pinganillo
El presidente en funciones asegura que el tiempo le dará la razón sobre el uso de las lenguas cooficiales
García Montero lamenta que «haya todavía gente que no entienda que la diversidad es una riqueza»
¿Un Ministerio de la Lengua? «El español nunca ha tenido una política de Estado»

Bastaba con mirar la nómina de invitados al Día Europeo de las Lenguas en el Instituto Cervantes para saber que aquello no iba a ser una mera celebración de la diversidad lingüística. Unos días después de que el Congreso se haya puesto pinganillos y ... a unas horas del pleno de investidura (fallido) del popular Alberto Núñez Feijóo, el director del Cervantes, Luis García Montero, se puso de acuerdo con el Gobierno en funciones para reivindicar que el «progreso» consiste ahora en normalizar todas las lenguas cooficiales. «Después de 40 años de convivencia me resulta especialmente triste que haya todavía gente que no entienda que la diversidad es una riqueza y que nos une el amor por nuestra cultura», dijo García Montero. Le escuchaban, en primera línea, dirigentes del PSOE como Patxi López y Guillermo Fernández Vara; los ministros José Manuel Albares y Pilar Alegría; la presidenta del Congreso, Francina Armengol; la exvicepresidenta Carmen Calvo, y el presidente en funciones, Pedro Sánchez.
Todos ellos aplaudieron al director del Cervantes cuando lanzó esta pulla a la oposición, de la que no había rastro por mucho que el acto se enmarcara en la presidencia española del Consejo de la Unión Europea, y aún más aplaudieron a Sánchez cuando en su discurso de clausura dijo que «se puede ser español sin saber todas las lenguas de España», como él, a diferencia del presidente del PP, diana de los dardos del líder socialista. «Pero lo que no tiene sentido es pensar que sólo tenemos una, prohibiendo todas las demás. En España, a diferencia de lo que ocurre en otros países, las lenguas oficiales nos dan un avanzado nivel de protección». Escuchar en el Congreso de los Diputados todas las lenguas cooficiales del Estado era «imprescindible», defendió. «Esas lenguas forman parte del gran legado cultural de nuestro país y debemos cuidarlas -dijo-. Proteger una lengua es también una decisión política, al igual que lo es censurarla. Hay quien inventa batallas y conflictos allí donde solo hay normalidad y democracia. Como en otras tantas conquistas y avances, el tiempo acabará dando la razón al progreso y a la convivencia».
«Como en otras tantas conquistas y avances, el tiempo acabará dando la razón al progreso y a la convivencia»
Con este discurso, Sánchez puso fin al acto del Día Europeo de las Lenguas, en el que se hablaron todas las lenguas del Estado, y también húngaro, alemán y francés, ya que participaron representantes de las embajadas de los países que conforman el trío de la presidencia: Bélgica y Hungría, además de España. La excusa fue la lectura del poema 'Grito hacia Roma', de Federico García Lorca, que el poeta granadino escribió en 1929, cuando supo que el Papa Pío XI había firmado con Mussolini los pactos de Letrán. Se subió al edificio más alto de Nueva York y escribió este «grito en el que intenta sustituir el odio por el amor», según García Montero. «Lorca quiso hablar con las mujeres maltratadas, con los homosexuales perseguidos, con los trabajadores poco respetados que pasaban hambre, con las víctimas del racismo».
Poema de Lorca
Para celebrar el Día Europeo de las Lenguas, conmemoración que tiene lugar cada 26 de septiembre, el Cervantes ha publicado una edición especial de 'Grito hacia Roma', con el poema traducido a las 24 lenguas oficiales de la Unión Europea, y también al catalán, euskera y gallego. Cuatro figuras del mundo de la cultura tomaron el micrófono en el salón del actos del Cervantes para leerlo en las lenguas españolas: el vasco Bernardo Atxaga a través de un audio grabado, por un infortunio de última hora, la catalana Estel Solé, escritora y actriz; el escritor gallego Manuel Rivas, y el actor y director argentino-español Juan Diego Botto.
Estel Solé hizo un pequeño alegato antes de leer el poema en catalán, pero no había pinganillos en la sala. Manuel Rivas también, pero lo hizo en español, y así todos pudieron saber que Lorca escribió al final de su vida seis poemas en gallego: «El editor del libro y el poeta fueron asesinados la misma noche del mes de agosto de 1936». Juan Diego Botto, por su parte, dijo que el poeta dio una lección en 1929, siete años antes de su muerte, al «advertir de que con el fascismo no se puede pactar, porque quienes terminan pagando ese pacto son los más frágiles, los más vulnerables, la cultura, los trabajadores y los débiles».
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Además de Lorca, fue protagonista Rosalía de Castro. El Cervantes abrió una nueva casilla de su Caja de las Letras para depositar el legado de la escritora gallega, autora de los 'Cantares gallegos' o 'Follas Novas'. Rosario Álvarez Blanco, presidenta del Consello da Cultura Galega, hizo un discurso íntegramente en gallego, porque así, dijo, respetaba mejor el sentir de Rosalía de Castro. A falta de pinganillos, eso sí, tuvo la gentileza de distribuir su discurso impreso en español.
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