Suscríbete
Pásate a Premium

Análisis

Nacionalismo y soberanía son perjudiciales

ANÁLISIS

Lo que importa es que España sea una democracia y un estado de derecho, en la que todos tengamos la obligación de coexistir y aceptar el contrato social que nos mantiene en paz y prosperidad

Entrecruzamientos Hispanos por Manuel Lucena Giraldo

La condena de la Historia por Antonio Elorza

Otros textos del autor

'Una huelga de obreros en Vizcaya' (1892), de Vicente Cutanda y Toraya

Felipe Fernández-Armesto

Galicia, Cataluña, Euzkadi, Bretaña, Córcega, Walonia, Baviera, no sé cuántas comunidades más, ¿son naciones? No me molesta decir que sí. ¿Y qué más da?

El nacionalismo, cuando se inventó hacia fines del siglo XVIII, ya era una idea absurda que carecía de utilidad y de ... valor intelectual. Sus grandes promotores —Herder, al principio, luego, Fichte, Hegel y toda una serie de pensadores envueltos en las neblinas del romanticismo— ni podían siquiera definir lo que era una nación. ¿Una comunidad lingüística? Pues no, porque compartir una misma habla no es garantía ninguna de un sentimiento de lealtad recíproca. ¿Espacio compartido? Tampoco, ya que hay, por regla general, más odio entre vecinos que entre desconocidos. ¿Historia compartida?

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación