Palabras contadas
Secundarios de Wikileaks
En los cables de la embajada de EE.UU., publicados entonces por Julian Assange en Wikileaks, aparecieron de pronto un par de ministros de Cultura socialistas de la época
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Corría diciembre de 2010. En los cables de la embajada de EE.UU., publicados entonces por Julian Assange en Wikileaks, aparecieron de pronto un par de ministros de Cultura socialistas de la época. El tema era el apoyo de los gobiernos de Washington y ... Londres a una compañía que operaba sin control desde hacía un lustro en el Estrecho de Gibraltar, con barcos consignados en el muelle militar. Era Odyssey Marine Exploration.
El Ministerio de Exteriores español, sin competencias en patrimonio, se saltó las vallas para otorgar tres permisos a esa compañía de cazatesoros para que pudiesen hurgar en los fondos del Mar de Alborán y de Algeciras (uno con gobierno del PP y otros dos con el PSOE en el poder). ¿Trabajaban en hardware subacuático de defensa? Es una teoría. Los ministros de Cultura se mostraron más correosos que los de Exteriores, pero aquellos permisos llevaron al gran expolio ¿controlado? de la fragata Mercedes.
Aquí hay todavía una novela tipo Le Carré, si alguien puede recomponer la trama de intereses y opacidad que llevó a la Administración española a cargar con aquella responsabilidad insensata de encubrir aquellas actividades furtivas que acabaron con un atentado enorme contra el patrimonio.
A los ministros de Cultura, Carmen Calvo y, sobre todo, César Antonio Molina, les tocó arreglar el estropicio, batallar en tribunales estadounidenses y reivindicar nuestra historia. Ambos fueron secundarios de los cables de Wikileaks. ¿O nada de esto fue real y sólo ocurrió lo que después se dijo? Yo no lo sé. O sí.
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