CRÍTICA DE:
'Horizonte artificial', de Adamo Dimitriadis en Utopia Parkway: lo siniestro decorativo
madrid
Nueva entrada de Adamo Dimitriadis en Utopia Parkway, la más redonda, la más esclarecedora. La más aterradora
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«Un horizonte de progreso, en el que ciencia y moralidad convergen»… A todo amante de la ciencia-ficción y del imaginario de Dan Barry -Flash Gordon- le encantará la pintura de Adamo Dimitriadis (Madrid, 1967); y como somos legión, está garantizado el ... éxito de esta cuarta individual en Utopia, su mejor cita hasta la fecha -una explosión de colores, que no se daba en su obra anterior, más oscura en todos los sentidos, con esa luz verdosa de laboratorio, de película de terror- y además me parece que todo el mundo debería tener este tipo de imágenes en su casa, a la vista.
Pero nótese que en los cincuenta, cuando manifestado el poder total del átomo se desarrolla la ciencia-ficción más delirante, aún no se ha cuestionado este vínculo entre «ciencia y moralidad» al que alude Dimitriadis, que prosigue: «Un universo de perspectivas truncadas, en el que continuamos seducidos por los avances científicos, mientras un inquietante futuro distópico acecha».
Hay decepción
Hay decepción -hay defraudados y hay fraude- porque las promesas de los escritores, dibujantes y cineastas -que eran las de los científicos en los que se inspiraban- no se han cumplido: los viajes a la Luna y a Marte son escandalosamente insuficientes, por no hablar de lo que sucede con 'el progreso' en la Tierra; y lo que sí se va cumpliendo son los peores presagios. Y hasta lo inimaginable.



Con estos mimbres sugerentes y necesarios urde Dimitriadis para la galería Utopia Parkway una pintura realista económica, eficaz y moderna, que incorpora sin problemas los hallazgos del Pop -que son los del cómic- y no renuncia a la pulcritud, la exquisitez compositiva y cromática y aun lo decorativo: en esta muestra al artista parece preocuparle especialmente una atmósfera saturada de misteriosas ondas -sin duda, Starlink- y aunque hay un toque siniestro en todo su imaginario, estas radiaciones invisibles se representan como motivos geométricos ornamentales, surgiendo así pinturas enigmáticas y barrocas.
Hay, por lo demás algunos homenajes notables, que analiza Javier Díaz-Guardiola en el catálogo: Perisphere, que alude a la geoda de la Exposición Universal de 1939 (cuyo lema fue «Construyendo el mundo del futuro», osea Auschwitz e Hiroshima); Werner Von Braun y la Luna: Von Braun, el mito perfecto en el que confluyen los V2 y el cohete Saturno…; Hall of Chemistry, una antigua atracción didáctica de Disneylandia patrocinada por Monsanto…

Adamo Dimitriadis
'Horizonte artificial'. Galería Utopia Parkway. Madrid. C/ Reina, 11. Hasta el 1 de noviembre. Cuatro estrellas
«Cada sociedad imagina el futuro desde su presente», dice Díaz-Guardiola citando a Hernández Díez. Y la obra contundente de Dimitriadis recuerda que, pese a la crisis de los relatos o la implosión posmoderna, seguimos anclados en una -siempre aterradora, ahí está Mary Shelley- mitología del progreso que se elaboró no en el XX, sino el XIX.
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