LIBROS
El ser y la razón de la creación literaria para César Aira
Recién galardonado con el Premio Formentor, el autor argentino reúne una espléndida selección de sus artículos y reseñas

Polonio le pregunta a Hamlet qué lee y éste le responde: «Palabras, palabras, palabras» Unos siglos después, el pintor Frank Odgen , íntimo amigo de James Joyce , una tarde de visita, mientras éste escribe su ‘Ulises’, le observa que está enfadado, inquieto. Ingenuo ... Odgen le pregunta cuál es el objeto de su malestar, Joyce le responde que lleva horas atascado en una página de su novela; Odgen subraya su ingenuidad al sugerirle si es que le faltan las palabras a lo que el irlandés reacciona, con cierta violencia, para decir que no, que las palabras las tiene, que lo que le falta es el orden de las palabras. Si como advirtió Gonzalo Suárez, que sabe tanto y tan bien, de cine como de literatura, el cine es la mirada del director; la literatura será lo que Joyce respondió a su amigo: el orden de las palabras.
César Aira (Coronel Pringles, Argentina, 1946) es uno de esos escritores, tan pocos quedan, que tiene a las palabras como el ser y la razón de la creación literaria. Una estirpe profundamente argentina, al menos a lo largo del siglo XX: Macedonio Fernández, Borges, Artl, Cortázar, Lamborghini, Puig, Saer. La literatura, el orden de las palabras es el centro del laberinto.

Vehemente
Lo demás es silencio. ‘La ola que lee’ es una espléndida selección de sus artículos y reseñas publicadas entre 1981 y 2010, llevada a cabo, con sentido de la cronología y, por tanto, del paso del tiempo, por María Belén Riveiro. Recomendó Baudelaire que la crítica debe ser parcial, vehemente y política. Que nadie se asuste. Los términos seguían una pauta. Parcial, porque cada uno es cada quien, y ya advirtió Baudrillard que si quieres ser objetivo conviértete en objeto. Vehemente, en cuanto a la pasión con que uno se dedica a ciertos menesteres y política, porque en la literatura como en cualquier otro orden de las palabras y las cosas, siempre hay un fondo político, de intereses, poder, ambición, tendencias, grupos e influencias .
Posee una prosa transparente, de una claridad tan cercana que deslumbra
La de Aira es una crítica que responde a su tiempo y a sus intereses estéticos, si cabe decirlo así. Es una crítica impecable, única, que se maneja en parámetros propios, y voluntariamente alejada de los usos y costumbres habituales. Sorprende, interesa, asombra, pero siempre deslumbra. Nunca sabe el lector por donde saldrá Aira, pero resulta que cuando uno termina su reseña o su artículo la realidad literaria queda trastocada, es como cuando un jugador mueve una ficha de ajedrez, no sólo mueve una ficha, mueve todo el tablero. Genial.
Coincidencias
Algunos ejemplos, para animar al lector a su lectura y provecho: 1986, cuando denuncia la actitud desdeñosa hacia la literatura brasileña, señala cómo a Borges le habría ido mejor frecuentar la lectura de Machado de Asís, por ejemplo, que la de Henry James. 1987, «los únicos novelistas ‘presentables’ que tenemos hoy por hoy los argentinos, los argentinos, Juan José Saer y Manuel Puig, viven por una coincidencia explicable, fuera de la Argentina». 2000, Aira hace suya una afirmación de Proust que describe de manera exquisita la formidable prosa narrativa del autor... Aira posee una prosa transparente, de una claridad tan cercana que deslumbra. Una mirada hacia la creación y hacia la realidad, si es que no es lo mismo, tan atractiva como singular. Aquí, su quintaesencia.
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