Maria Barbal: «Enric Marco mentía y sus compañeros no lo denunciaban»
La autora se inspira en el caso de la Amical de Mauthausen para su novela «En la piel del otro»

Las vidas falsificadas son el caudaloso río subterráneo de la Historia oficial. Si la función del periodista es desvelar hechos veraces, la del escritor, afirma María Barbal, «es inventar y fabular, aunque en muchos casos las ficciones deparan mucha verdad». En 2005 el caso de Enric Marco conmovió la memoria del Holocausto.
El historiador Benito Bermejo demostraba que la biografía del hasta entonces venerado presidente de la Amical de Mauthausen era un cúmulo de falsedades. Al contrario de lo que había declarado en su biografía, Marco no había sido un resistente antifascista, ni prisionero de los «lagers» sino que, por el contrario, había trabajado de voluntario en la industria bélica alemana… El hombre que aquel mismo año había tomado la palabra en el Parlamento español como representante de las víctimas del nazismo era un solemne embustero.
Cuando María Barbal habló con uno de los socios de la Amical de Mauthausen, este reconoció estar dolido pero admitió que, hasta ese momento, prefirieron callar las mentiras del que fue su presidente… ¿Enric Marco mentía y sus compañeros no lo denunciaban?, se pregunta la escritora. A partir de esa actitud, Barbal crea a Ramona Marqués, protagonista de « En la piel del otro» (Destino/Columna).
De simple administrativa en una fábrica, pasará a encabezar la asociación Memoria y Libertad, formada por antiguos exiliados de la guerra civil y deportados de los campos nazis. Ramona Marqués va construyendo su falsa biografía de resistente al franquismo a partir de las vidas de los demás. A las mentiras de su personaje, Barbal opone Anna Politkovskaia, «la periodista que sacrificó su vida por difundir la verdad».
El perfil del impostor histórico, apunta la autora, «es el de una persona vacía que se nutre de las cualidades ajenas hasta creer que son sus propias cualidades… A fuerza de representar un personaje, se acaba identificando con él».
Como Marco, la protagonista de «En la piel de otro» cultiva sus embustes en los años de la Transición, un periodo plagado de silencios y falsas heroicidades antifranquistas. Aunque sea por vocación literaria o por supervivencia, todos somos un poco impostores. Al fin y al cabo, concluye Barbal, «escribir es vivir en la piel de los otros».
Noticias relacionadas
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete