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16/11/1938
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Periódico ABC MADRID 16-11-1938, portada

  • EdiciónABC, MADRID
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Madrid 16 de noviembre de 1938 s S U S C Pl I P C I ON- i Madrid: un mes, 3,50 pesetas. Provincias: tres iaieses, 12. América y Portugal: tres meses, I2 J 50 V. Extranjero: tres meses, 3 ptas. AÑO XXXIV, HUME- RC 1 L 089. REDACCIÓN Y ADMINISTRACIÓN: SERRANO, oí. TELEFONO- 51710. APARTADO DIARIO AL SERVICIO DE LA DEMOCRACIA DE CORREOS HüM. 43. ESPAÑA AMIGA O ENEMIGA E s ffecuente xalorar las cjoiiseciienclas a t n t a í M e s a l desarrollo ¿le la guerra e a Ksp a ñ a destacando Isacla el prlsíier y l a n o las que cowespoiiciei! al orden fiit, erKactosial europeo. E s decir, que solesios fijarnos t o doSj ciiaado d e las roiícrcusioííes exteriores de SMiestia Ittclia se t r a t a m á s en l a s Aetlvaeioises afectas al efyj. í H fiho. eiiropeo; segém l a píeíüondei q a e las potencias t o íaJitarias qiiislerají llegar a tener- en E s p a ña, Q. ue en aquellas ofras, aíeetas tamíjiéti a l m i s m o e aLlitírio, y q u e clepciiclefá- n exclasii ameníe d e la coiíjimclén entre las fneffaa militar española y las orientaciones d e iraestra- política exíe rior. Un lieclio concreto se dibuja ya en el cont o m o fie l a guei- i a: a su término, E s p a ñ a s e r á TOia potencia snilitur. Bcsíle luego- -y e n este aspecto- t e n d r á mía, fisoxiomía. ent e r a m e n t e distinta a la qne h a sido suya d u r a n t e l o s liltiinos tiempos. L a experiencia divida en el eiirso d e n u e s t r a luclia h a r á pof o t r a p a r t e Qiie l a potencia militar esp a ñ o l a í a g a características imiy esp aclaies. l i a p o n i e r a sw enraisamieiito e n la ps opia eatraSa. poptilar. Mi- mejor lnstrsito to, pues, de- qu p- aesla dislioner raía política exterior Inteligente p a r a operar con inteiusidad y eficacia. Hatofia- que sallrle a l paso iiisMediateiaeiit e a tma iisterpretaciéij suaJiciosa. ¿íSs que E s p a ñ a país pacífico y pacifista, Instniíneii. t o d e paclficacióíi: Inclísso, va a pasai a la óíMfca d é los períiiríjatloi- cs, do Jos jaques, d e íMineHoSs e n íin, q- ae c a d a d í a aparecen m á s disp íie. gtos a Imposilíilitar el curso civilizado d l a Iiistoi ia e u r o p e a? Mo. E l p a e Mo español precisamente p o r valeroso, por, e s t a r seguro d e s a dest- jao en sí Hiisnao, n o tiene madera; -pe Jaque. P e r o t a m p o c o de spmiso, d e sclaTO, mi de indifei ente. IJO i ue destacamos aqmí es mi feítóméno muciio m á s trascendeiil e y categórico q u e p u e d e resumirse d e esta m a n e r a DtiTaiite ios ú l timos cincíieiita años, l a política- general europea se. h a ordenado y p acíicado a l m a r g e n d e E s p a ñ a o, -lo que es peor, liaclendo. iaso d e n i E s p a ñ a sin política e s t e rio? p r o p i a y sin instriiiMentos en q- íie a p o yarla, j Y esto es lo qtie ya n o píiéde ocurrir a l t é r m i n o d e l a gueyía. E s m u y d u r a l a lección aps endida. Solide todo, l a que se deriva d e hafoemos bailado casi Inei nies en u n amfeiente que d o m i n a n l a r a p a c i d a d- y los eSóísiMÓs, c u a n d o no el aBandono del d é toll- -o del p r e s u n t o dóljü- -por los temores qíie el fuerte in iíFa. Oca? re, en realidad, que E s p a ñ a poseedora de mn c a u d a l estratégico y de rlQíiesas naturales extra- osfdinario, h a sido, p a r a ía organización políticomiiñíai de- Europa- d u r a n t e los filt- imos einciienta aSos o n n m a l menor- -el que r e presentafea aquella posesión, por pai te d e isa país casi inerme- tina p- esa apetecida, com o abora se lia dcssiosíyado. Y esto es prcciséanente lo qiie con la jítiesra termina. E s p a ñ a aiíiriga o enemiga, lieno ya s peso específico Y a n e cada iiuj de l a s g r a n d e s p o tencias, poff a M fuera, mird a s a conciencia propia p a r a discernirle n o ii otro título, a i m i s m o tiempo que p a r a apreciar l a r e a lidad de este íenómeno que señalado queda. Número sueifo, 15 céntimos LO QUE SIGNIFICA EL PLAN CHAMBERLAÍN PARA EL R E A J U S T E P O L Í T I C O MILITAR DE EUROPA No comprenidcflnaos cómo b a podido exhibirse d u r a n t e los días últimos, y con formas de novedad, la existemoia d e u n P l a n Clnamberlain que se llainia de pacificación general europea. Que existe, en efecto, este plan, viene revelado desde la primavera última. ¿F o r qué dimitió míster ü den, sino justa- mente por tener discrepancias- de fondo sobre la m a n e r a de a- príjciar las posibilidades de un reajuste político y militar d e E u r o p a nnás concretamente toKlavía, sobre la m a n e r a de lograrlo? Y h a s t a si a l g ú n sínto- ma faitase p a r a d e t e r m i n a r el em. pecinami nto del p r i m e r ministro en sus puntos de vista, v a y a esta información que nos llega desd Ijondres con los avales neee- sarios: A p a r t i r de Munich h a realizado míster C h a m berlain gestiones Incesantes paara conseguir la reincorporación de míster E d é n a su Gobierno. Se asegura- esto e lo no confa- mado por n u e s t r a información- -que ofreciéndode nue- vaménte l a dirección d- el Foreign Office, y, con posterioridad, el ministerio de Colonias. L a falta d e éxito permite, pues, juzgar sobre la situación. E n realidad, puede deicir- se que el P, lan Ohamberlain h a sido r e t a r d a d o en su negociación por la peripecia g- ermanochecosloiraca. Lo inexacto es creer a h o r a que ha nacido de ella. Qu- e los Acuerdos d e Munich h a y a n podido m odiflcarlo en a l g u n a de sus p a r t e s menos sustantivas, no quiere decir que sobre ellos se apoye, n i d e ellos nazca. Acasio no estaríamos, en cambio, nuiy lejos de la verdad estimando qu lo ocurrido en M u n i c h sea u n a consecuencia m á s o menos- directa de aquel p r o pio plan. líO que a h o r a i n t e n t a el primer ministro es cosa que en estos mismos comentarios queídó p u n t u a l i z a d a días a t r á s el establecimiento de acuerdos bilaterales- -a semejanza del -gentle men a g r e m a n t lord P e r t h- Ciano- -entre las cuatro p o tencias d Munich y cuanta quieran sumarse a ellas ¿Algo así como u n r e torno a Ixkcarno? No. X esto h a d e quedar bien destacado. L a obra de E r i a n d en Liocarno estaba b a s a d a en el Pacto de- la Sociedad de Naciones, y e r a su i n m e d i a t a consecu -ncia. Ija d e Chamb- enlain es ya u n a franca oposición al Pacto ginebrino. Tanto, qu por e s t a calidad suya se llega fácilmentíí a su origen. Cumplida, en e- fecto, la anexión de Austria p o r Alemania, pronunció el p r i m e r ministro u n discurso en Jos Comunes. Keleerlo aihora equivale a encontrar los orígenes del Plan. Se desvaloraba en él la capacidad d e la Sociedad de Naciones cómo i n s t r u m e n t o apto p a r a el reajuste político y- militar de Europa, al mismo tiempo que iba acusándose u n pensamiento favorable a; r e a n u d a r gl juego de las inteligencias bilaterales. ¿Cómo se protpone llegar a h o r a míster Ohamberlain a la reaUsíación d e su P l a n? ¿Cediendo nuevas posiciones a n t e Alemania e I t a l i a? Dos pieidras de toque permitirán contrastarlo sin d e m o r a el pro- oleina colonial, puesto en pie n u e v a m e n t e por Hitler, y el de la fórmula, de limitación de arniaimentos preconizada p o r el p r i inér ministro, y que x esulta m u y distinta, si ao contraria, a la deseada por el dictador alemán. Con u n punto n e m á l g i c o Francia. No cuesta m u c h o esfuerzo advertir, en efecto, euál es el camino diplomático que so sigue hoy en Roma: h a c e r t o d o lo necesario p a r a substituir- aprovechando el estado de á, nlmo de míster Chamíba- rlaln- -la aproximación Londres- París p o r la aproximación Londres- Roma. L a d o minante preponderancia a l e m a n a en la cuenca del Danubio, qtie le crea a c t u a l mente u n a situación difícil a Mussolini, origina este movimiento. Pero todo ello sería tanto como volver del revés toda- l a p o l í t i c a exterior d la Gran B r e t a ñ a incluso como pedir a los ingleses algo que difícilmente podrán comprender: la posposición a otr- as n o r m a s dipAomáticas de la inteligencia anglofrancosa. -Jaá, íi U E AG ÜIBRE. ¿V U E L V E A AGITARSE LA C H A R C A? N o se pueden dar en España un Bcnes y un Hodza C 0 NTBA JJOS F I G I J R O N E S OlStESTINES COS. T GONTK, A I Í A S PAlfOMAS- MENSAJERAS Barcelona 13, L a Vanguardia alude a la fatiga d e la g u e r r a y dice que es u n a pes a d u m b r e de sacrificio, y quien la lleva sobre sí, soldados y go bernantes, tienen derecho y a a desear que l a g u e r r a acabe. P e r o Se ínTentó la infamia de la No intei Ten- tam bién desearnos- -añade- -que acabe u n a elón p a r a permitir el amsilio a unos refeel- enfermedad, y ello no depende de la volunA S j iüTadir luego nuestro territorio a l -y r t a d del enfermo. E l mai, l puede s e r con l a ipe l a a y u d a d e teeía n o toast- afea, y dai victoria d e B a f i a y aícat) a r! g u e w a aeí; Sf, i? gas, a niiest. as reclamaciones, qme se d e- pe. ro nO h a y que haceifB ilusiioB- es: p a r a fcatían e n la marSiña del procedimiento y t r i u n f a r de la doilentcia que min? nuestro le í a encneáí do nn Comité e n el q u e Sí? -ser d e nación libre- e- s indispensable naantep a i lBte 5 enido? r -IíQCTÓB NBGKIM Á encendidos todois los fufS S 4 a íery 2 sotore todo, l a pasión de la resistencia. Lo de menos en u n a g u e r r a como la n u e s t r a sol) re un plano, pues Napoleón llegó con el color de su b a n d e r a a todo el espacio p e n insular y bastó u n a p u l g a d a de t i e r r a libre, al Sur, p a r a derrotarle. La ijolítica del Go bierno republicano obedece a un proceso de resistencia que está meditado sobre b; -ise- s reales. ÍJice también que, dado el estado de E u rofi) a y la degradación de los oleinentoH políticos que decían representa. r la, jii. -tlcia internacional, el camino m á s cf 5 caz en Pispañ a e r a recurrir al heroísino y a la tiltive í, no p o r simple espíritu de Quijotií- nio, sino porque la indiferencia de Buropa y la obsc u í a y sanguinaria mentalidad del enemigo no ofrecía siste- ma de lucha m á s fácil. L a demostración de que la política del señor N- egrín es certera se reeum en el hech. de que, m e r c e d a eEo, l a e n o n n e poteneialidad dei enemigo sí lo h a logrado conseguir ventajas te- rritoria- le- s, sin evitar que, c r e á semos un Ejército y organizásemos la vicia económlsa, social y. poilítioa.

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