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Los documentos secretos que revelaron la verdad sobre Lenin

Con la disolución de la URSS salieron a la luz más de 3.000 manuscritos del líder de la Revolución Rusa

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«Ante nosotros una gran puerta de acero. Tras ella una plataforma, y de nuevo otra puerta similar. Aquí se guardan los manuscritos auténticos de Lenin, el líder de la Revolución Rusa. Más de 3.724 documentos se guardaron y guardan en este local sin que nunca antes hayan sido publicados en ningún lugar». El general e historiador ruso Dimitri A. Volkogonov descubrió en 1991 en los archivos secretos del Partido Comunista Soviético y del KGB casi 7.000 documentos inéditos de Vladimir Ilich Ulianov, más conocido como Lenin. Entre ellos, esos 3.724 escritos de puño y letra por el fundador del Estado soviético.

La imagen de Lenin, tan celosamente maquillada por el régimen soviético, nunca volvería a ser la misma.

Aquellos documentos desconocidos revelaron un Lenin muy distinto al mito adorado del comunismo.

Lenin, en un mitin en mayo de 1919+ info
Lenin, en un mitin en mayo de 1919

«Al leer a Lenin, sobre todo sus últimos documentos desconocidos, vemos que para él existía una única prioridad: el poder, el poder y otra vez el Poder», escribió el propio Volkogonov al año siguiente en ABC. Este conocido historiador militar había sido coordinador de una obra monumental sobre la Segunda Guerra Mundial, aunque la cúpula del Ejército anuló su trabajo al ver el primer tomo y le amenazó con cerrarle el paso a los archivos. Disuelta la URSS, el apoyo de Boris Yeltsin, de quien era consejero, le dio las llaves de los secretos mejor guardados del régimen soviético. Escribió una biografía de Stalin y otra de Trotsky, pero la de Lenin, que completó su trilogía «Líderes», fue la más impactante. «Si hubiera publicado este libro hace una década, ahora estaría en la cárcel», aseguró Enrique Serbeto en 1994.

El corresponsal de este periódico indicaba que algunos datos del libro, como que Lenin ordenara la destrucción de más de 70.000 iglesias ortodoxas en Rusia, no extrañaron a nadie. Que otros episodios venían a confirmar lo que ya se suponía, como la revelación de que al final de su vida Lenin pidió cianuro para suicidarse. Aunque no se sabe si motivado por los dolores que sufría, por la demencia de su enfermedad o por las dudas sobre la Unión Soviética que había fundado.

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«¿Qué nuevo se podría agregar basándonos en el "desconocido" Lenin, al retrato del líder de la revolución rusa o la asonada de octubre? Sobre todas las cosas, que eso no fue una revolución, sino un golpe de Estado», sostuvo el historiador. Así lo denominaron en un principio los propios dirigentes bolcheviques.

Si fue posible y contó con el apoyo de tantas personas en Rusia, fue porque Lenin prometió al pueblo paz y tierra, un deseo que anhelaban millones de personas. «Ayudado por determinados círculos financieros alemanes, Lenin logró hacer a su partido poderoso e influyente. Además, el líder bolchevique poseía una mentalidad potente, una voluntad férrea y gran determinación y claridad de objetivos», convino el investigador.

Ese deseo de Lenin de mantenerse a toda costa en el poder explica que accediera a la pérdida de un millón de kilómetros cuadrados de territorio cuando Alemania amenazó con ocupar Rusia. Hasta Moscú o Petrogrado podían haber caído en manos enemigas. En los documentos descubiertos se apreciaba que los dirigentes bolcheviques habían decidido no amilanarse ante semejantes pérdidas con tal de mantener el poder en sus manos.

«El principal instrumento de la conservación del poder resultó ser la férrea dictadura, despiadada y cruel», continuó el historiador ruso.

Lenin, en 1918+ info
Lenin, en 1918

Tras el atentado contra Lenin en 1918 se desató en Rusia el llamado «terror rojo», que hasta se prolongaría hasta la muerte de Stalin dejando por el camino millones de cadáveres. Según Volkogonov, «Lenin fue el pionero de este terror. Precisamente Lenin ordenó el fusilamiento de miles de personas solo por realizar actividades propagandísticas en contra de los bolcheviques. Apoyó desde sus mismos inicios la creación de los campos de concentración " gulags"; elaboró un sistema de rehenes y de deportación de los intelectuales al extranjero».

Un fragmento de un telegrama enviado a los dirigentes comunistas de la ciudad de Penza para que aplastaran el levantamiento de los "kulaks" (en realidad, simples trabajadores), así lo demuestra. Lenin escribió:

«1. Ahorcar (ahorcar sin vacilación para que el pueblo vea) no menos de cien conocidos "kulaks", de los más pudientes vampiros...

2. Publicar sus nombres.

3. Confiscar todos sus bienes.

4. Coger rehenes».

Y al final del mensaje telegráfico, Lenin añadía: «Busquen gentes de confianza». Desde entonces, una de las tareas de los bolcheviques había sido la de buscar gentes «de confianza».

La mujer de Lenin, Krupskaia (segunda a la izquierda), junto al cadáver de su marid+ info
La mujer de Lenin, Krupskaia (segunda a la izquierda), junto al cadáver de su marid

A juicio de este general retirado ruso, «la principal cualidad del jefe revolucionario fue su tremenda y fanatizada fe en la utopía comunista, pero para lograrla estuvo dispuesto a cualquier cosa, incluido el terrorismo de Estado, la mentira o el secuestro». En uno de los documentos más reveladores del libro, Lenin da instrucciones para realizar ejecuciones y que «el pueblo lo vea, tiemble y se estremezca ante ello».

«Idiotas»

Volkogonov estudió durante dos años concienzudamente los archivos secretos sobre Lenin y llegó a la conclusión de que el venerado líder comunista no sentía el menor afecto por Rusia. De hecho, solía referirse a los rusos como «locos» o «idiotas» por resistirse a seguirle en su aventura.

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Durante años, Volkogonov recibió llamadas anónimas con amenazas de muerte por parte de personas que seguían convencidas de que Lenin fue un benefactor de la Humanidad. El propio historiador reconoció que la figura de Lenin fue la última que cayó para él. «Era duro poner en duda el hecho de que Lenin estaba tratando de procurar la felicidad y el bienestar para el pueblo, o al menos para la parte del pueblo que él llamaba proletariado. Pero lo que ahora descubrimos es que para construir esta "felicidad" consideraba perféctamente lícito derramar sangre, usar la violencia y acabar con la libertad».

En un libro póstumo titulado «Siete caudillos», Volkogonov reveló otros datos inéditos sobre Lenin, como que el líder comunista y ateo convencido se casó por la Iglesia por la insistencia de su suegra. O que tuvo una amante ruso-francesa llamada Inesse Armand, con la que intercambió correspondencia que, según el historiador, fue convenientemente censura por el Partido Comunista porque «la moral bolchevique no podía permitir que en su biografía aparecieran rasgos dudosos».

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