Suscribete a
ABC Premium

gastronomía

Todo lo que da de sí un día en Alcalá de Henares

Entre los ríos Henares y Tajuña, la Alcarria madrileña muestra una de las caras más tranquilas y bucólicas de la Comunidad de Madrid

Todo lo que da de sí un día en Alcalá de Henares

GUÍA REPSOL

Lejos del ruido de la capital, los alrededores de Alcalá de Henares conservan intacto su pasado histórico vinculado a los grandes de las letras y la Universidad Complutense. En esta ruta recorremos corrales de comedias, cerros con castillo y una piadosa gastronomía tradicional, la de las torrijas que cada año llegan a la ciudad con la Semana Santa.

Durante mucho tiempo, la ciudad monumental de Alcalá de Henares fue el núcleo urbano más relevante del Arzobispado de Toledo al norte del río Tajo. Prueba de ello es que contó con fuero propio hasta bien entrado el siglo XV. Su Calle Mayor, con sus característicos soportales de piedra, aloja el Museo Casa Natal de Cervantes (Calle Mayor, 48; 918 899 654) y está plagada de terracitas en las que charlar o degustar alguna pequeña delicia. Son exquisitos los dulces conventuales elaborados en las clausuras del barrio universitario, como las almendras garrapiñadas y las rosquillas de las monjas clarisas; los típicos Penitentes o las delicias de Pascua con forma de capirote rellenos de almendra. Sin embargo, de entre todos los postres son las torrijas madrileñas las que destacan frente al resto por su sencillez y tradicional receta. Pan, huevo, aceite de oliva, azúcar y canela, bien empapadas en leche (o vino, según el gusto de cada cual).

Repostería de vigilia

En Alcalá todo gira en torno a su repostería de vigilia y cualquier paseo comienza junto a sus murallas. La puerta de Madrid, que enmarca la torre de la iglesia Magistral y los tejados circundantes, fue mandada construir en el siglo XVIII por el arzobispo Lorenzana siguiendo el canon neoclásico.

A su izquierda discurre el lienzo de la primitiva muralla medieval, que todavía se mantiene en pie y cuyas almenas acogen los nidos de las cigüeñas, otro de los símbolos de la ciudad. Si seguimos el camino que trazan los nidos, llegaremos frente a la fachada oriental del palacio de los Arzobispos de Toledo (925 224 100). A su lado quedan el monasterio cisterciense de San Bernardo y la sede del Museo Arqueológico Regional (plaza de las Bernardas, s/n; 918 796 666), instalada en el antiguo colegio convento de dominicos de la Madre de Dios.

Nuestro paseo continúa por la Calle Mayor, que desemboca en la céntrica plaza de Cervantes , un histórico punto de encuentro de ferias y mercados, además de una de las plazas con más ambiente de la ciudad. La torre de la destruida iglesia de Santa María la Mayor, el Ayuntamiento y el casino dan paso a la Universidad de Alcalá (plaza de San Diego, s/n; 918 854 000; www.uah.es), el edificio más emblemático del municipio, con su fachada de estilo renacentista-plateresco tallada en piedra caliza por Rodrigo Gil de Hontañón. Todo en Alcalá es solemne e histórico y los ecos del pasado siguen vivos en esta ciudad, que continúa manteniendo su impronta medieval en su centro urbano.

Desde Alcalá de Henares ponemos dirección Guadalajara hasta enlazar con la carretera que nos lleva a Los Santos de la Humosa, ascendiendo por esos barrancos resquebrajados del Henares que al escritor Miguel de Unamuno le producían una melancolía tranquila. Los Santos destaca en el horizonte por el sólido cuerpo del templo de San Pedro, del siglo XVI.

El domingo posterior a San Isidro la localidad celebra la romería de San Isidrillo , con una animada comida campestre en la ermita de la Humosa. Un poco más adelante nos espera Santorcaz, en cuyas mazmorras del castillo estuvieron encarcelados el cardenal Cisneros y la princesa de Éboli. Junto al conjunto amurallado se alza la iglesia de San Torcuato, de sencilla factura mudéjar, en la que destacan algunos de sus altares, construidos en vieja cerámica talaverana.

Pezuela de las Torres, crisol de culturas

La carretera discurre por la campiña hacia Pozo de Guadalajara y, por Pioz, se entra de nuevo en la Comunidad de Madrid, llegando hasta Pezuela de las Torres, crisol de culturas. El poblado original era de fundación árabe y el actual templo se levanta sobre una antigua mezquita. Los imperdibles de la villa son el atrio renacentista con lujosa portada plateresca y la picota que se yergue en la plaza contigua, aunque un paseo por sus calles es de por sí un plan perfecto para que disfrutemos de su tranquilidad.

Olmeda de las Fuentes es la siguiente parada de nuestro itinerario. Refugio de artistas plásticos de primer nivel (Fernández Granell y Vela Zanetti, entre otros muchos), la iglesia parroquial atesora una interesante colección de sus obras. A las afueras se encuentra el Centro de Interpretación de la Alcarria, punto de información para descubrir la zona y una muestra de los aperos agrarios que se empleaban en los campos de la región.

Nuestro recorrido termina en Nuevo Baztán , el sueño barroco de Juan de Goyeneche, navarro de Arizcun. Precursor de la revolución industrial en la localidad, levantó todo un complejo urbanístico para los trabajadores de la fábrica de cristal en el primer cuarto del siglo XVIII. La estructura rectangular formada por pequeñas piedras y sus calles adoquinadas son casi un museo al aire libre. El palacio de Juan de Goyeneche y la imponente iglesia de San Francisco Javier son nuestras dos últimas visitas en esta por ruta por el corazón del Henares.

Torrija, típicas de Semana Santa

La torrija es uno de los dulces más típicos de la Semana Santa, una receta casera, sencilla y de gran arraigo. Para prepararlas , basta con cortar una barra de pan en rebanadas bastante gruesas. Tradicionalmente, en las casas lo habitual era usar el pan del día anterior, aunque en la actualidad se pueden hacer con uno específico para torrijas. A continuación se empapan en leche, azúcar y huevo y se fríen en abundante aceite de oliva hirviendo. Para terminar, y según el gusto de cada uno, las podemos rociar con leche, almíbar, vino, miel o azúcar y canela; en cualquier caso, todas las variantes son deliciosas . Este postre tiene un gran valor nutricional. Los hidratos de carbono del pan, las proteínas de la leche y los huevos (de gran valor biológico) son una buena carga de energía para la dieta. Las grasas que aporta son principalmente del aceite y también dan una buena ración de vitaminas A, D, B y minerales como calcio, y hierro. Según el ingrediente que se le añada para presentarlas (leche, almíbar, vino, miel, azúcar…), aportará más o menos calorías a la receta.

Fuente: Guía Repsol

Todo lo que da de sí un día en Alcalá de Henares

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación