El escritor y catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Zaragoza José Luis Corral presenta este miércoles en Sevilla su última publicación titulada 'El enigma de las catedrales' (Planeta), un ensayo para comprender en toda su extensión lo que significaron las catedrales góticas para la humanidad del Occidente medieval entre los siglos XII y XIV. Así, a lo largo de sus 350 páginas, 'El enigma de las catedrales' recorre los principales templos góticos de Europa y España, y lleva al lector al momento exacto de la construcción de las catedrales más significativas de este estilo, ofreciendo todos los detalles técnicos, pero también curiosos, que le dan su carácter único. También hace una breve visita a las levantadas al otro lado del Atlántico, sobre todo en Estados Unidos y Ecuador.
En una entrevista a Europa Press, el autor ha afirmado que "lo más parecido a una catedral en el siglo XXI podrían ser los grandes estadios o recintos deportivos, donde se reúne mucha gente para rendir culto a los deportistas, o en el caso de mítines políticos, al orador de turno", toda vez que señala que aún quedan "bastantes" enigmas que resolver sobre las catedrales, porque "cualquier manifestación artística de la historia de la humanidad está llena de símbolos, de señales y de signos, y el problemas es que hemos perdido el diccionario de algunos de estos signos".
"Pretendo que mis libros estén muy en el presente"
Por otra parte, José Luis Corral ha alertado de que aún hoy en día "hay algunas catedrales que están en peligro", pero "no porque estén mal cuidadas, un extremo que en los últimos años ha mejorado mucho, especialmente en España, sino por el mal de piedra debido a la contaminación". Además, "hay una cosa que parece increíble, todavía hay catedrales cuyas vidrieras están siendo apedreadas por desaprensivos", agrega.
Finalmente, y acerca de si en aquella época había grandes maestros como hoy hay grandes arquitectos mediáticos, ha explicado que "la idea del artista mediático con gran impacto nacional e internacional surge en Florencia al final del siglo XIV, pero "sí que había maestros de obra que tenían un gran reconocimiento, aunque no ese reconocimiento que tendrán los artistas en el Renacimiento, pese a ser tan importantes o más incluso que los grandes artistas en los siglos XV y XVI".