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Sanidad rebaja su ley de alcohol: los bares que ya tengan mobiliario patrocinado podrán mantenerlo aunque estén cerca de colegios

El Consejo de Ministros da luz verde a la norma impulsada por el ministerio de Mónica García, que prohíbe el consumo de alcohol también para adultos en colegios, hospitales o espectáculos dirigidos a menores de edad

¿Podré beber cerveza en un concierto? ¿Harán controles de alcoholemia a las puertas de los estadios?: preguntas y respuestas sobre la ley

Terraza de un bar con sombrillas patrocinadas por Ambar en Córdoba VALERIO MERINO
Elena Calvo

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El pasado verano el Consejo de Ministros daba luz verde al anteproyecto de ley de alcohol y menores del Ministerio de Sanidad. Entre otras cosas, la norma prohibía que bares y restaurantes que se encontraran a menos de 200 metros de lugares frecuentados por menores de edad, como colegios o parques, tuvieran mobiliario patrocinado por marcas que vendan productos alcohólicos, como mesas de Mahou, sombrillas de Estrella Galicia o sillas de Águila. Sin embargo, este martes, y tras haber pasado por el proceso de audiencia pública, el Gobierno ha aprobado el ya proyecto con menos restricciones. Así, los locales que ya cuenten con este mobiliario patrocinado no tendrían que retirarlo aunque estén a menos de 150 metros de esos espacios frecuentados por niños, pues también se reduce el perímetro de los locales afectados.

Así, la norma prohíbe en el plazo de un año tras la entrada en vigor de la ley el emplazamiento de publicidad de bebidas alcohólicas en la vía pública en un radio de 150 metros de centros educativos, centros sanitarios, de servicios sociales y sociosanitarios y de parques y lugares de ocio infantil. Sin embargo, introduce una excepción para las «situaciones ya existentes» antes de ese momento. Según aclaran fuentes de Sanidad, si un bar ya tiene, por ejemplo, las sombrillas patrocinadas por una cervecera, podrá mantenerlas aunque esté a las puertas de un colegio. Pero en el momento en el que le toque sustituirlas, ya con la ley en vigor, tendrá que optar por otras que no publiciten una marca de productos alcohólicos.

La ministra de Sanidad, Mónica García, ha destacado en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que esta norma es «tan urgente como necesaria». No hay una cantidad de alcohol, ha dicho, que sea segura para la salud de las personas. Ha recordado además que el consumo de alcohol en menores de edad es una «preocupación» para el Gobierno y la sociedad. Y ha aludido a la Encuesta Estatal sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (Estudes), que señala que el alcohol es la sustancia psicoactiva de consumo más generalizado entre estudiantes de 14 a 18 años. En concreto, en 2023, el 75,9% reconocía haberlo consumido alguna vez en su vida, el 73,6%, en el último año, y el 56,6%, en el último mes.

La ley, que tras haber obtenido el visto bueno del Consejo de Ministros tendrá que pasar ahora por Congreso y Senado, por lo que aún le quedan meses para ser una realidad, prohíbe el consumo de alcohol para todas las personas, tanto menores de edad como adultos, en centros educativos de Educación Infantil, Primaria, Secundaria y Bachillerato, no en universidades. Pero también en los de Formación Profesional y enseñanzas elementales artísticas. Tampoco se podrá beber productos que contengan alcohol en centros de protección de menores y residencias de estudiantes que admitan a menores de edad, así como en otros centros destinados a su uso.

Venta ambulante

La restricción al consumo de alcohol también afectará a centros deportivos y de ocio o espacios dedicados a espectáculos públicos cuando vayan destinados específicamente a menores de edad. También se prohíbe la venta ambulante y sin licencia en la vía pública y en el resto de lugares que contemplen las distintas ordenanzas autonómicas y municipales.

Además, como ocurre con las máquinas de tabaco, aquellas que contengan productos alcohólicos deberán incorporar «mecanismos técnicos eficaces, con vigilancia y custodia directa» que impidan a los menores de edad adquirirlos. No podrán situarse además en la vía pública ni en otros lugares donde esté prohibida la venta o consumo de bebidas alcohólicas.

En las tiendas de autoservicio además las bebidas alcohólicas deberán situarse en un espacio concreto separado de los espacios con productos específicamente destinados a niños y adolescentes. Los establecimientos que se dediquen mayoritariamente a la venta de productos para menores de edad no podrán vender alcohol ni productos que los imiten.

La norma incluye además limitaciones a la publicidad, de manera que prohíbe cualquier forma directa, indirecta o encubierta de publicidad de bebidas alcohólicas o productos que simulen ser una bebida alcohólica incluyendo el nombre comercial, la denominación social, símbolos o marcas comerciales de las personas o empresas productoras de dichas bebidas, dirigida a personas menores de edad.

En la publicidad o comunicaciones comerciales no se podrá usar la imagen o la voz de: personas con menos de 21 años; adultos cuando se presenten caracterizadas o disfrazadas de niños; personas o personajes, reales o de ficción, cuya relevancia pública o su popularidad estén vinculadas con la población menor de edad, mujeres en estado de gestación, aunque hayan prestado su consentimiento, o la imagen de un feto. Respecto al lenguaje, informa Sanidad, no se podrán utilizar argumentos, estilos, tipografía o diseños asociados a la cultura de las personas menores de edad, o vincular las bebidas alcohólicas con la mejora del rendimiento físico, el éxito social o sexual.

Sin embargo, hay otras excepciones, pues sí estará permitida la publicidad de aquellas bebidas fermentadas cuyo porcentaje de alcohol esté por debajo del 0,5. Así, las restricciones de publicidad o emplazamiento no afectarán a las cervezas 0,0, pero sí a las ginebras 0,0, por ejemplo.

La ley se centra en medidas de prevención en varios ámbitos, como el familiar o el educativo. Así, en centros educativos se promoverá la inclusión de nuevos contenidos sobre prevención del consumo de alcohol y de actividades extraescolares. En estas actividades no podrán participar entidades relacionados con los sectores vinculados a la producción o comercialización de bebidas alcohólicas.

Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad podrán realizar pruebas de alcoholemia en lugares y circunstancias específicas donde el consumo de alcohol esté prohibido. Además, las Administraciones públicas en materia de planificación urbanística podrán valorar la limitación de apertura de nuevos establecimientos, teniendo en cuenta la concentración de puntos de venta minorista de bebidas en las inmediaciones de centros educativos, de protección social de personas menores de edad o establecimientos en los que se desarrollen espectáculos o actividades recreativas públicas destinadas a menores de edad.

Multas

La norma contempla infracciones leves, con multas de entre 60 y 600 euros; graves, con sanciones entre 601 y 30.000 euros y muy graves, con entre 30.001 euros y 600.000 euros de multas. El consumo de alcohol en los lugares donde se prohíbe se considera infracción leve. En el caso de que quien incumpla la norma sea un menor, la ley contempla que la multa sea suspendida a cambio de la participación en programas preventivos y, si no, será asumida de forma subsidiaria por los padres.

Los hosteleros ven «guiños positivos» en los cambios

Los hosteleros, por su parte, ven positivos los cambios que Sanidad ha introducido respecto al primer borrador de la ley. «Ha habido guiños positivos como son las distancias o el hecho de salvar el mobiliario que ya está en uso», asegura Emilio Gallego, secretario general de la Confederación Empresarial de Hostelería de España. Pero hay aspectos en los que creen que se puede seguir trabajando durante la tramitación de la ley. «Consideramos que la presencia de esas marcas en un mobiliario, en una esquina de forma elegante... estamos hablando de una ley de alcohol y menores y esto ni siquiera es accesible a ellos», reflexiona.

El foco, dice Gallego, debería ponerse en el consumo de estos menores, sobre todo a través de la venta ambulante. «Creemos que el problema está en las situaciones de atracón en la venta callejera que se produce de manera descontrolada. Por supuesto en los establecimientos de hostelería no ocurre, porque te juegas que te cierren el establecimiento por ese incumplimiento», resalta.

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