¿Y ahora qué pasa con los combustibles fósiles? Las claves del acuerdo de la Cumbre del Clima
La COP28 finaliza con un texto «histórico» que puede marcar «el principio del fin» del petróleo, el gas y el carbón
La Cumbre del Clima acuerda iniciar la senda hacia el abandono de los combustibles fósiles
El acuerdo firmado este miércoles en la Cumbre del Clima de Dubái para hacer una «transición» tendrá consecuencias en todo el mundo. Puede ser «el principio del fin de las energías fósiles», ha dicho este miércoles el comisario europeo Wopke Hoekstra. Pero el efecto no es inmediato (el petróleo no va a desaparecer mañana, ni en pocos años), y tiene resquicios a los que algunos países pueden agarrarse para retrasar la transición, según han advertido los pequeños países insulares.
Estas son las claves del acuerdo de la COP28, que han consensuado 198 países.
¿Para qué sirve?
La idea es mantener en unos límites aceptables el cambio climático, a ser posible en 1,5 grados y por debajo de los 2 grados sobre la época preindustrial, a partir de los que se multiplican las olas de calor, el aumento del nivel, o las lluvias torrenciales, entre otros efectos. El problema es que la temperatura global ya está en 1,2 grados, y los estudios científicos dicen que solo hay de margen hasta 2030 para mantener el planeta en el margen de 1,5 grados. Este acuerdo deja virtualmente abierta la posibilidad de mantener el planeta en este umbral de temperatura.
¿Qué dice exactamente el acuerdo?
La parte central del acuerdo «reconoce la necesidad de profundas, rápidas y duraderas reducciones de gases de efecto invernadero», y para ello «pide a las partes que contribuyan» con una lista de acciones climáticas, «de acuerdo a sus circunstancias nacionales».
Esas acciones son:
-Triplicar la capacidad de energía renovable y duplicar la eficiencia energética de aquí a 2030.
-Acelerar los esfuerzos para reducir progresivamente el carbón, la fuente de energía más contaminante, que no vaya aparejado de sistemas de captación de emisiones.
-Efectuar una transición para dejar atrás los combustibles fósiles de una manera justa, ordenada y equitativa, acelerando la acción en esta década, para alcanzar la neutralidad de carbono en 2050.
-Acelerar el uso de «combustibles con cero o bajas emisiones», lo que incluye a renovables pero también nucleares, hidrógeno de bajas emisiones y los sistemas de captura de carbono que acompañan sistemas más contaminantes.
-Acelerar la reducción de emisiones diferentes al CO2, en concreto el metano, para 2030.
-Acelerar la reducción de emisiones en el transporte en carretera.
-Eliminar progresivamente los subsidios a los combustibles fósiles.
¿Por qué es histórico?
Nunca, en 28 ediciones de esta cita, los países habían consensuado un texto que apuntara directamente a los combustibles fósiles, cuya quema es la principal fuente por la que el ser humano está elevando las temperaturas del planeta. No significa que desaparezcan mañana, pero da una señal de hacia donde deben ir todos los países. «Aunque no hemos pasado página a la era de los combustibles fósiles, este resultado es el principio del fin«, ha dicho Simon Stiell, líder de ONU Cambio Climático. »Ahora todos los gobiernos y empresas deben convertir estos compromisos en resultados económicos reales, sin demora«
La cumbre, además, ha dado luz verde a un fondo para pérdidas y daños que ayudará a los países especialmente vulnerables ante el impacto del cambio climático, algo que era una reclamación histórica de estas naciones.
¿Hay que aplicar todas las medidas?
El acuerdo reconoce las diferentes situaciones de los países. Ni la capacidad económica, ni su infraestructura, ni sus posibilidades parten del mismo punto. Por ello, no se puede exigir lo mismo a todos y los objetivos marcados son globales. Pero según han criticado los pequeños estados insulares, los países podrían encontrar recovecos para no cumplir.
¿Cuándo hay que aplicar las medidas?
En principio, los países deberían presentar nuevos planes con sus previsiones para recortar emisiones para 2025. Esa será la prueba de fuego, junto a cómo logren los países transformar el sistema financiero con los cambios económicos necesarios.
¿Es obligatorio?
«Un acuerdo es tan bueno como lo sea su ejecución. Somos lo que hacemos, no lo que decimos», ha reconocido el presidente de la COP28, sultán Al Jaber. Hay un componente de flexibilidad en estos acuerdos, para que cada estado llegue hasta donde pueda. No existe ninguna sanción por no cumplirlo, pero el texto ha sido firmado por todos. Y sirve para marcar el camino a seguir.
Al mirar el inicio de las cumbres del clima, se ve la diferencia: antes el planeta se dirigía hacia los 5 grados de calentamiento a final de siglo. Ahora se dirige hacia los 3 grados. Los países se están moviendo, reduciendo sus emisiones, solo que no con la suficiente rapidez como para evitar los peores impactos del cambio climático.
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