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El Papa lamenta los pasos hacia atrás en la protección de los Derechos Humanos

Francisco pidió «pasos concretos de paz» con vistas a la Navidad y pidió por las martirizadas Ucrania, Israel y Palestina

El Papa se recupera de la bronquitis y pasea por las calles de Roma por la Fiesta de la Inmaculada

Francisco rezó el Ángelus en el 75 aniversario de la firma de la Declaración Universal de los Derechos Humanos reuters
Javier Martínez-Brocal

Javier Martínez-Brocal

Corresponsal en el Vaticano

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El Papa Francisco ha recordado este domingo durante el rezo del ángelus el 75 aniversario de la firma de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y ha lamentado que «a veces se vuelva atrás» en esta batalla. Más adelante, en el mismo discurso, ha solicitado «que se proteja a los civiles, los hospitales y los lugares de culto, que se libere a los rehenes y se garantice la ayuda humanitaria» especialmente en Israel y en Palestina.

Según Francisco, la Declaración Universal de los Derechos Humanos es «como una vía maestra». Ha añadido que «el compromiso con esta declaración nunca se puede dar por concluido» y ha rendido homenaje a «todos aquellos que, sin proclamas, en la vida concreta de cada día, luchan y pagan personalmente las consecuencias de defender los derechos de quienes no cuentan».

El Papa Francisco ha pronunciado su catequesis con voz fuerte, aparentemente recuperado de la bronquitis que le obligó a suspender varios discursos la semana pasada. Además, a diferencia del viernes, este domingo no ha necesitado resguardarse con un abrigo para salir a la ventana del Palacio Apostólico.

El pontífice también ha recordado que el próximo martes concluyen los trabajos de la COP28, la Cumbre del Clima de Dubái, y ha solicitado oraciones a los católicos «que se llegue a buenos resultados para el cuidado de nuestra casa común y la tutela de las poblaciones». Desde que se inauguró la cumbre, el Vaticano ha invitado a no considerar la COP un encuentro estrictamente sobre el cuidado del clima, sino sobre la protección de quienes habitan en zonas climáticamente delicadas.

No olvidemos a la martirizada Ucrania

Por otro lado, Francisco ha solicitado «pasos concretos de paz» con vistas a la Navidad. «Sabemos que no es fácil, pues ciertos conflictos tienen raíces históricas profundas. Pero tenemos también el testimonio de hombres y mujeres que han trabajado con sabiduría y paciencia por la convivencia pacífica. ¡Sigamos su ejemplo!», ha añadido. Concretamente, se trata de «hacer todo lo posible por afrontar y eliminar las causas de los conflictos».

«Mientras tanto – y a propósito de los derechos humanos-», el Papa ha solicitado «que se proteja a los civiles, los hospitales y los lugares de culto, que se libere a los rehenes y se garantice la ayuda humanitaria». «No nos olvidemos de la martirizada Ucrania, Palestina, Israel», ha añadido.

Francisco ha aplaudido satisfecho «la liberación de un número significativo de prisioneros armenios y azeríes», pues lo considera una «señal positiva para las relaciones entre Armenia y Azerbaiyán», y un «motivo de esperanza para la paz en el Cáucaso meridional». «Animo a las partes y a sus líderes a concluir cuanto antes el Tratado de paz», ha añadido.

El conflicto entre ambas naciones se remonta a 1988 y concluyó en septiembre tras la rendición del ejército formado por armenios en el Nagorno Karabaj y la anexión de este enclave armenio a Azerbaiyán. El jueves, ambos países anunciaron su propósito de firmar un tratado de paz estable antes de fin de año, «sobre la base de los principios del respeto de los principios de soberanía y de integridad territorial». Como gesto, Azerbaiyán ha anunciado la liberación de 32 prisioneros de guerra, y Armenia de dos soldados azeríes.

Liberarse de lo superfluo

El Papa bendijo este sábado el pesebre monumental y el árbol de Navidad de la plaza de San Pedro, un abeto de 27 metros de altura. Mirándolos desde la ventana ha aconsejado preparar la Navidad prescindiendo de las cosas que sobran, «pues vivir bien no quiere decir llenarse de cosas inútiles, sino liberarse de lo superfluo, para poder excavar en profundidad dentro de uno mismo y captar lo que es verdaderamente importante».

Ha asegurado que su propuesta es no limitar la sobriedad a las propiedades materiales, sino también a «cuidar las palabras, moderar el uso de medios de comunicación y de las redes sociales». «No se trata de gestos de sacrificio sino de un elemento esencial de la vida cristiana», ha concluido.

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