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Una menor musulmana queda en coma en Francia tras recibir una paliza de tres estudiantes por «vestir de europea»

Los agresores, entre los que se encuentra una compañera, le pegaron al salir de la escuela. Según la madre, odian a su hija por «no seguir los códigos sociales del islam»

Tensión en las aulas francesas: el cóctel de integrismo islámico y adolescencia que genera violencia

La «violencia deshinibida de los adolescentes» de la que habla Macron se cobra la vida de un chico de 15 años

La paliza sucedió en la puerta del Colegio Arthur Rimbaud, en Montpellier AFP
Juan Pedro Quiñonero

Juan Pedro Quiñonero

Corresponsal en París

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La «guerra civil» religiosa entre jóvenes y adolescentes franceses, de confesión musulmana, se ha cobrado una nueva víctima: Samara Radjoul, una niña de 13 años que ha sido internada en coma en un hospital tras el asalto, violencia y golpes de tres menores de 14 y 15 años que la trataban de «puta», «impía», por maquillarse y no usar ropa ni velo islámico. De hecho, la madre ha declarado que se metían con su hija por «vestir de europea».

Los agresores han sido detenidos y pudieran ser inculpados por el presunto delito de «intento de asesinato» de una menor. Uno de ellos estaba fichado por la policía.

Nicole Belloubet, ministra de Educación, ha ordenado una investigación judicial, con el fin de tomar medias urgentes en todas las escuelas e institutos de Francia, donde el velo y las ropas islámicas están prohibidas, con un éxito relativo.

Los hechos ocurrieron bien entrada la tarde del jueves. El director del instituto «Arthur Rimbaud» de Montpellier (Herault), no lejos de la frontera con España, previno a la madre de la víctima que «temía» por la seguridad de la niña. La madre, Hassiba Radjoul, previno a varios profesores y a los guardias del instituto que ella misma iría a recoger a su hija, para evitar cualquier conflicto o violencia.

Por razones mal conocidas, alguno de los trabajadores de seguridad no recibió los mensajes de la madre, y la niña salió sola de su colegio, donde la esperaban una 'compañera', vestida con velo y ropa musulmana, y dos 'colegas', evidentemente musulmanes.

«Trataban a mi hija de impía»

En lágrimas, muy tensa, ante los medios de comunicación regionales, Hassiba Radjoul, musulmana practicante, ha resumido la tragedia íntima, pública y social de este modo: «Samara, mi hija, se maquilla muy poco. La chica que participó en el ataque y golpes violentos, por su parte, usa velo y sábanas islámicas. Ella y sus amigos trataban a mi hija de impía, acusándola, en árabe, en el colegio y fuera del colegio, de no ser una musulmana auténtica. La trataban de puta dispuesta a venderse con los cristianos. Mi hija me contó sus problemas varias veces llorando. Advertí al colegio. Los profesores me dijeron que tendrían cuidado. Al final, he tenido que llevar a mi hija al hospital, para que la curen físicamente y le den medicamentos para intentar contener la ansiedad y el miedo».

Desde hace meses se han sucedido muchos enfrentamientos entre bandas de jóvenes y adolescentes de familia musulmana contra bandas no confesionales. La policía ha intervenido en muchas ocasiones. Tampoco es un secreto que una docena de imanes franceses están amenazados de muerte por bandas de franceses musulmanas próximos al islamismo radical.

Es la primera vez que una niña francesa, musulmana, con padres musulmanes, creyentes y practicantes, es atacada con violencia verbal, primero, y violencia física más tarde, con una agresividad y fanatismo excepcionales. Por su gravedad y «primicia» relativa, el caso ha precipitado una ola nacional de cólera y angustia sofocada.

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