Matemáticas, la materia que se les atraganta a alumnos... y maestros
Atraídos por otras salidas profesionales, cada vez menos matemáticos se decantan por la docencia en la ESO
Se tiende a enseñarlas como algo mecánico por unos profesores que nunca llegaron a entenderlas
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Nunca estuvieron tan de moda las Matemáticas. Lo dicen los propios matemáticos, pero también las ofertas de empleo que los buscan para programar nuevos algoritmos que nos faciliten la vida o dirigir departamentos enteros de gigantes financieros. Pero hace no tanto, los graduados ... en esta ciencia eran percibidos por el resto de los mortales como mentes preclaras que terminarían junto a la pizarra de un instituto explicando derivadas. Ser docente era entonces la salida natural y, ahora, la peor pagada de las opciones. «Meterme a profesora siempre ha sido mi plan Z», reconoce Elena, una estudiante de segundo que se ha dado cuenta de que lo que verdaderamente le llama la atención es el mundo de la consultoría. Esta universitaria tiene la sensación, además, de que la vocación para ser profesor no es algo que abunde entre sus compañeros.
En un informe reciente, el Comité Español de Matemáticas (Cemat) ha constatado que la percepción de Elena es una realidad generalizada: hay un número decreciente de matemáticos que se terminan dedicando a la docencia. En el documento, donde Cemat advierte del insuficiente nivel de los profesores de la materia, también se señala el problema de los futuros maestros, que en muchos casos dejaron los números en cuanto el sistema educativo se lo permitió. De hecho, sólo un 25,34% de los alumnos que accedieron a los Grados de Educación Infantil y Primaria en el período 2012-2017 habían cursado un Bachillerato científico-tecnológico.
«Si no sientes curiosidad por la materia, es imposible que la transmitas»
«Si no sientes curiosidad por la materia, es imposible que la transmitas», opina Elena, que asegura que descubrió su fascinación por las Matemáticas por su cuenta, y no por la influencia de ningún profesor. «Yo detestaba las mates en Primaria, y creía que no se me daban del todo bien. Pero cuando se empezaron a complicar, vi que eran muy creativas y me aficioné a canales divulgativos de YouTube. Ahí nació mi vocación», reconoce Klaus, otro estudiante del grado de Matemáticas en la Universidad Politécnica de Madrid. «Es una pena que se dependa tanto del libro y, en los primeros cursos, se enseñen de forma tan mecánica», concluye este universitario que quiere dedicarse a la investigación.
Según José Manuel Lacasa, al frente del Instituto F de Investigación Educativa, «nadie puede enseñar algo que no aprendió bien en su día. Hay maestros que, al no entenderlas, enseñan las Matemáticas de una forma cuasimágica». Este investigador señala que, además, al haber déficit de matemáticos, existen graduados «afines», como ingenieros, químicos o incluso biólogos, que están impartiendo la materia sin tener la formación idónea para hacerlo.
Sin especialidad
Irene Ferrando, de la comisión de educación de la Real Sociedad de Matemáticas, incide en lo que ella considera uno de los principales problemas: en las carreras universitarias para ser maestro no existe la especialidad de Matemáticas, una reforma que Cemat lleva exigiendo desde hace tiempo. «En este tipo de grados, cuyas notas de corte suelen ser bastante bajas, no se enseñan contenidos, sino cómo enseñar contenidos», añade Lacasa.
El resultado de estas carencias en la formación de los docentes lo sufren, está claro, los alumnos, cuyos resultados en PISA reflejaron una caída de nivel, llevando a España a la zona media-baja de la tabla. Pero más allá de PISA, es interesante detenerse en un dato: hasta sexto de Primaria, los alumnos obtienen de media un 7 en la materia, pero cuando llegan a primero de la ESO, los suspensos son del 35%. «¿Cómo vas a resolver una ecuación si no sabes sumar fracciones?», plantea el investigador del IFIE.
Las Matemáticas de Primaria no sirven para la Secundaria, la formación del profesorado es insuficiente por el déficit de matemáticos y las carencias en las carreras para ser maestro, pero ¿es el método el adecuado? De un lado, y según refiere Mar Villasante, de la Real Sociedad Española Matemática, los contenidos son excesivos y esto provoca que no haya tiempo de reflexionar ni de entender la asignatura.
No aptas para todos los públicos
Pero en lo que se refiere al puro aspecto didáctico, y como plantea Irene Ferrando, enseñar las Matemáticas entraña una dificultad muy particular: siempre existirá un porcentaje de alumnos que carecen de pensamiento abstracto y no comprendan absolutamente nada. «No todos los estudiantes están preparados para razonar a la misma velocidad. El debate entre lo mecánico y lo razonado viene de lejos y hay que buscar un equilibrio entre las dos fórmulas. Pero lo que no se debe hacer es privar a la totalidad de alumnos de la oportunidad de entender algo tan bello como las Matemáticas».
Ferrando también matiza que, aunque es muy pertinente hablar de los problemas de formación de los maestros, hay que recordar que «de nada sirve ser un Einstein, si no se tienen competencias en enseñanza». Con la intención de compensar estas dos vertientes, la Real Academia de la Ingeniería ha presentado un nuevo máster universitario orientado a profesores de Primaria y Secundaria para dotarles de herramientas que logren hacer atractivas a los alumnos las asignaturas STEM. «Hemos detectado que, desde edades muy tempranas, niños y niñas descartan materias científicas como las Matemáticas», expresan a este diario.
Pues, a largo plazo, esta es otra de las derivadas de que no haya buenos profesores: si no logran que la materia seduzca, los estudiantes se decantarán por carreras de letras provocando un déficit de graduados en estas áreas. Es la pescadilla que se muerde la cola. El Observatorio de Ingeniería ha calculado que, en una década, en España faltaran en torno a 200.000 ingenieros. Y todo, por no haber tenido la oportunidad, como dijo Bertrand Russell, de captar la «belleza fría y austera de las Matemáticas». O, dicho de otro modo, por haber aprendido las tablas de multiplicar de memorieta.
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