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TESTIGOS DE JEHOVÁ. LOS EXPULSADOS DEL PARAÍSO

El eclipse de Dios

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Martí Ferrer

episodio 4

Los pecados, las dudas y los comités judiciales pasan factura. Los protagonistas continúan dentro de la congregación, pero se empiezan a preguntarse si tanto sufrimiento merece la pena

4
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Episodio 4 Podcast | El eclipse de Dios

Narrador: Cuando sucede un eclipse solar, todo queda sumido en las sombras. Durante unos minutos dejamos de ver el Sol, pero sabemos que sigue ahí, se adivina su destello, y tan solo tenemos que esperar unos instantes para que vuelva a brillar.

N: Fue el astrónomo Johannes Kepler quien, en el siglo XVII, supo explicar este fenómeno del cielo, pero hasta entonces los eclipses atemorizaron a diferentes culturas en la Antigüedad. Nuestros antepasados creían ver en ellos terribles presagios e incluso se aterrorizaban al pensar que nunca más volvería a hacerse la luz.

N: Los protagonistas de este podcast, criados desde niños como Testigos, viven una situación muy parecida. Toda su existencia se ha desarrollado en un mundo aparentemente luminoso, rumbo al paraíso prometido por Jehová...

Yehosua: porque viviremos bajo el reinado de Dios. Entonces, claro, a mí todas esas cosas me gustaban y deseaba vivir en esa tierra donde no hubiera maldad, porque todo el mundo, claro, de pequeño piensas que todo el mundo es muy malo y que solamente los buenos son los Testigos de Jehová.

N: Pero los errores cometidos, los primeros comités y las dudas han oscurecido ese camino. Algo se ha cruzado entre su mundo -el mundo de los Testigos- y la luz. Empiezan a cuestionar su realidad...

Y: es una lucha interna entre lo que tú quieres, o lo que a ti te sale de repente, y todo lo que te han enseñado, entonces es como, dentro de ti, en tu cerebro, es como una lucha de titanes. Y claro, durante esos años después de mi censura, yo comienzo a replantearme cosas...

N: La filósofa Olga Belmonte tiene las palabras exactas para definir lo que está sucediendo:

Olga Belmonte: La expresión que yo a veces la tomo de Martin Buber, habla del eclipse de Dios. No es que a Dios le pase algo, es que hay algo en medio que se interpone entre tu fe y tú. Y eso que se ha puesto en medio es pues a lo mejor una institución que ha interpretado a Dios de una forma que a ti te ha hecho daño.

N: Lo que se interpone entre la luz y estos testigos es la organización, la estructura, sus normas y esas dinámicas tan poco transparentes...

O: Funcionan realmente como una mediación, pues median en tu relación con Dios. Pero a veces lo que hacen es obstaculizar, y además convertirse ellas mismas en dioses. Es como que yo sustituyo a Dios y ya decido yo cómo tienes que vivir tu vida y te teledirijo un poco.

N: Las órdenes y los castigos vienen a través de los ancianos, la máxima autoridad de la congregación. Ellos también son los responsables de imponer la pena... Y por eso la sanción va adquirir otros matices... Se mezclará el daño con la culpa y la decepción.

O: Pero es que te está haciendo daño una persona que para ti es un referente. Y es alguien que es tu pilar también a la hora de tomar decisiones importantes, a la hora de saber qué significa lo bueno, lo malo. Entonces, claro, esa ruptura es muy profunda

Cabecera. Episodio 4. El eclipse de Dios

N: Permanecer quieto es una de las primeras reacciones que uno tiene cuando se queda a oscuras. No sabemos a qué distancia están las cosas, tenemos miedo de tropezar y caer.

N: En el episodio anterior, dejamos a Patricia, a Yehosua y a Judit tratando de recomponerse después del mazazo sufrido en sus primeros comités judiciales. Dudaban qué hacer a continuación: Yehosua y Judit no habían sido expulsados de los Testigos de Jehová, pero su situación era muy delicada. Patricia tendrá que reconstruirse desde fuera.

N: Ahora enfrentan una nueva etapa y se abren muchos interrogantes. Quieren demostrar que siguen siendo dignos de Jehová, pero todavía no está claro cómo deben hacerlo, o si tan siquiera pueden.

N: Primero, situémonos en el mapa emocional, en el 'eclipse' particular de cada personaje. Empecemos por Judit.

Judit: Nadie me preguntó qué me estaba pasando a mí. Entonces tú te callas porque, si hablas, nadie te va a creer. Porque tampoco lo sabía explicar.

N: Judit vive un momento complicado. Recordemos que durante años sufrió abusos sexuales por parte de su jefe, también Testigo de Jehová y el dueño del herbolario donde ambos trabajaban. Judit fue interrogada por los ancianos; y él fue sometido a un comité judicial, pero no resultó expulsado. El único castigo fue la censura y su consiguiente pérdida de privilegios.

N: La suerte, si se puede decir así, es que aquel hombre decidió poner tierra de por medio y marcharse con su familia a otra ciudad. Esa mudanza le dio a Judit la oportunidad de  comprarle el negocio:

J: Pues a mi socia actual le dije "venga, vamos a intentar comprarlo, a ver si es posible. Embarqué a mis padres, ella embarcó toda su casa, cosa que me siento orgullosa, que actualmente es mi local y vale, pero la razón principal era para que él saliese de aquí.

N: Por fin tiene una alegría, Judit está reconstruyendo y apropiándose de ese espacio. Pero esta ilusión se emborrona rápidamente:

J: mi querido esposo, en vez de intentar ayudar, se comparaba con el agresor. "Es que si este señor te ha violado tres veces en ese hotel ¿por qué no lubricas conmigo?. Yo llegué a arrodillarme y a pedirle perdón por haber sido violada.

N: A pesar de conocer el horror que ha sufrido, su marido es incapaz de comprender por lo que ha pasado y la castiga con maltrato psicológico. Judit entonces acude a los ancianos para contarles lo que está pasando en su relación y su marido contraataca: la acusa de serle infiel con un amigo en común.

N: Dentro de los Testigos, una simple amistad con una persona del sexo opuesto levanta sospechas. Para ellos, el adulterio es una falta imperdonable.

J: ya lo veían como un pecado craso, como un peligro. Porque íbamos a cometer adulterio, adulterio, fornicación, porque él era viudo.

N: En este punto de la historia de Judit entra en juego una táctica a la que recurren los Testigos de Jehová para sembrar estas denuncias y para prolongar el eclipse: son los chivatazos.

N: La palabra puede sonar infantil, la clásica trifulca de hermanos que se resuelve cuando acuden a los padres para que medien. Y algo así ocurre dentro de los Testigos... Pero las implicaciones son mayores. Enrique, secretario de la Asociación de Víctimas, explica cómo funciona:

Enrique Carmona: imaginemos que un testigo de Jehová ve a otro fumando dentro de un bar. Lo correcto es ir a esa persona y decirle "Fulano, estás fumando. Deberías de ir a los ancianos y comunicar tu práctica, tu vicio o tu como quieras llamarlo, tu pecado

N: Si esto fuera así, no hablaríamos de chivatazo, sino de advertencia, para que el pecador confiese su falta. Pero en muchas ocasiones, el vigilante pasa a ser el delator.

E: Lo habitual es saltarse la norma e ir directamente a los ancianos y decirles "mira, he visto a Fulanito de tal fumando

N: Los Testigos se convierten así en una especie de sociedad cerrada en la que sus miembros se dividen entre policías y espiados. Para evitar las denuncias por capricho los ancianos siempre exigen que, al menos, haya dos testigos. Es decir, que dos personas testifiquen haber presenciado el pecado.

E: Los ancianos van a decir automáticamente "¿tienes otro testigo? y entonces, si tienes otro testigo, porque ibais dos y los dos lo visteis fumando, sí hay directamente un comité judicial. Hacen falta dos testigos para cualquier pecado.

N: La ley de los dos testigos oculares se aplica tanto para los pecados que nos pueden parecer más nimios, como fumar, jugar a la lotería o hacerse tatuajes, como para los que directamente podrían ser considerados un delito.

En el juicio contra la Asociación de víctimas, la fiscal se interesó por esta cultura del chivatazo. La pregunta es para el que fue portavoz de la congregación, Aníbal Matos:á

Fiscal: en los casos de abusos, de que una persona denuncie un abuso sexual y esta persona sea mayor de edad, ¿basta con su denuncia para que se ponga en marcha el comité judicial o necesitan algún otro tipo de pruebas?

Anibal Matos: Por lo general, en esos casos se espera a que haya dos testigos, pero mire, puede darse una situación en la que sea imposible que haya un segundo testigo. Aún así, los ancianos de la congregación se interesarían en saber qué ocurrió y cómo, y estarían al tanto para tomar las medidas que correspondan en una situación como esa.

J: y que, claro, como la ley de los dos testigos, como no hay nadie que lo vea -es que si alguien lo ve no sucede-, pues no pueden hacer más, es lo que me dijeron...

N: Judit ha sufrido en sus carnes ambas situaciones. La primera vez fue cuando reveló los abusos sexuales que, como es lógico, ocurrieron a puerta cerrada, cuando su agresor y ella estaban a solas:

J: es que como no había testigos, digo "es que si hay testigos, es que a mí no me violan. Pero se queda ahí...

N: En esta segunda ocasión, cuando su marido la acusa de ser infiel, Judit comprueba en primera persona cómo se pone en marcha el engranaje del chivatazo:

J: y comenzó una absoluta caza de brujas

N: Todos sus movimientos y los de su amigo son vigilados y puestos a disposición de los ancianos.

J: o sea, pero de gángster total. De sacar carpetas, "tú te has visto tal día a tal hora, porque yo salía con él, yo quería salir y pues había veces que nos íbamos a tomar algo. Me sacaban carpetas como digo, pero alucinantes, o sea pero de toda la información detallada: día, hora, restaurante, todo.

N: Esta vigilancia de la moral se convierte en un acoso. Los extestigos que han pasado por ello hablan del miedo y la paranoia al sentirse observados y perseguidos. Casi casi como vivir en la casa Gran Hermano sin haberlo consentido...

Abrahán: yo ya vivo solo y hago lo que me da la gana, nadie me ve.

N: Además de Judit, Abrahán también sufrió esta práctica del chivatazo:

A: yo salía con amigos, amigas. Fumaba, pero a mí nadie me había visto

N: Abrahán llegó al mundo formando parte de los Testigos, aunque nunca fue una persona excesivamente devota. Desde pequeño tuvo muy claro que era homosexual, pero tenía que guardar las apariencias porque su padre era anciano y su familia debía dar buen ejemplo. Su 'eclipse', por llamarlo de algún modo, le sobreviene al tener que disimular su orientación sexual.

A: A ver, yo tenía, a mí me gustaban los hombres, yo quería tener relaciones con los hombres. Pero claro, no puedes. Te tienes que poner tu corbata, te tienes que poner tu traje. Pero después a lo mejor entre semana te ponías el vaquero y te ibas a lo Freddy Mercury buscando hombres, yo que sé.

N: Reconoce que a veces soñó con una vida más fácil.

A: a veces me decía que para estar así prefería estar muerto.

N: Después, en su juventud, se las ingenió para tener algo así como una doble vida. Ante sus padres cumplía las exigencias de los Testigos, pero fuera de la congregación, disfrutaba de amigos y novios. Todo funcionaba, hasta que un Testigo le cazó fumando, y lo que es peor: con otro hombre.

A: Claro, a aquel le faltó poco tiempo para contárselo a su hermano. Su hermano se lo contó a otro, y entonces se enteró todo el salón. Entonces, claro, vinieron a por mí.

N: La rumorología hizo el resto y el chivatazo sobre Abrahán pasó de boca a oreja, hasta llegar a los ancianos, que le hicieron un comité judicial por ser gay:

A:"bueno, venga, sigue, que Jehová seguro que te perdona. Y si le pides ayuda a Jehová, él te ayuda", y como te enseñan en la Biblia... Decía algo así como "eso era lo que ustedes eran, pero ya no lo son. Como que puedes cambiar, como que puedes dejar de ser gay y volver a... No sé cómo se hace eso

N: Abrahán decidió pedir perdón y fingir un arrepentimiento que no sentía. Consiguió evitar su expulsión, pero aquello tampoco le hacía feliz.

A: tenía muy claro que a mí no me gustaban las mujeres, que yo quería estar con un hombre y que ahí dentro no podía estar. ¿Qué hago?

N: Llegados a este punto, en los Testigos hay quienes, como Abrahán, no tienen claro que este sea su camino. Las normas les están asfixiando, coartando su identidad... ¿Y si no son ellos los que están equivocados? ¿Y si las sombras de ese eclipse esconden algo turbio?

Y: muchas cosas que empiezan a no cuadrarte, y tú ves que la Biblia no dice esas cosas, sino que ellos la interpretan de esa manera, entonces poco a poco te vas dando cuenta y eso te va haciendo... irte despertando.

N: Yehosua tiene clara la palabra que define este momento: 'despertar'. Están a punto de abrir los ojos y descubrir la realidad que durante muchos años no han querido o no han sabido ver. Que la congregación a la que han confiado su vida no les está contando toda la verdad y que incluso les ha arrebatado experiencias vitales que merecían haber conocido.

Y: En mi caso al menos fue de manera muy lenta y progresiva, porque claro, al final yo nací con unas creencias, me inculcaron con esas creencias y mi vida era eso, y yo creía que no había otra verdad ni otra historia.

N: Dos años después de su primer comité por haberse acostado con un hombre, Yehosua está casado, pero con una mujer. Su esposa es una amiga a la que Yehosua contó su secreto y ella le convenció de que su homosexualidad podía ser algo temporal.

Y: ella me decía que esto era algo pasajero. Es decir, que en la adolescencia la gente se puede confundir, que te puedes liar, que es algo normal, que no me preocupe, etc. Y como yo no había hablado con nadie más, yo no había recibido atención psicológica, yo no se lo había contado a mi familia, pues yo me creí ese argumento suyo...

N: Ha preferido una supuesta 'normalidad', pero fingir ser alguien que no eres resulta doloroso. Y a Yehosua se le hace cuesta arriba mantener esa fachada. A las dudas sobre su identidad sexual le sobrevienen las preguntas sobre la fe. Y tan solo eso, dudar, ya supone retar a la organización:

Y: tú no puedes buscar información de fuera, tú no puedes comparar cosas, porque todo lo demás es algo apóstata, es algo que te va a hacer daño, que te va a hacer dudar, que te va a afectar a tu espiritualidad. Entonces al final lo que yo empiezo a hacer es todo lo contrario a lo que ellos me están diciendo. Empiezo a buscar, a leer, a comparar...

N: Después de una vida en la que las lecturas han tenido una importancia esencial para los Testigos (estudiando incansablemente la Biblia o leyendo cada mes las revistas de La Atalaya y Despertad), es un libro, uno de los considerados peligrosos por los Testigos, el que hace que Yehosua recapacite.

Y: Pues yo creo que lo escuché de algún Testigo que también estaba en un momento de su vida que estaba despertando, y entonces escuché que lo había leído, y entonces lo busqué y me lo descargué de internet.

N: El libro del que habla es 'Crisis de conciencia', escrito por Raymond Franz.

Y: Incluso entre los propios Testigos de Jehová pocos son los que tienen una idea clara de cómo funciona la sede central de la organización. Ignoran cómo se toman las decisiones que afectan a las enseñanzas doctrinales...

N: Durante casi 10 años Franz fue miembro del Cuerpo Gobernante, las altas esferas de los Testigos, pero en 1980 presentó su renuncia después de sufrir en sus carnes lo que muchos extestigos han continuado padeciendo: los comités, los chivatazos, las advertencias... A su salida decidió escribir sobre esa doble moral y las incoherencias de la estructura.

Y: Todo ello se lleva en secreto, ya que las reuniones del Cuerpo Gobernante se efectúan a puerta cerrada. Además, a los Testigos en su conjunto no se les da información específica sobre los ingresos de la sociedad, gastos, patrimonio o inversiones.

Y: Empezar a pensar mucho mientras que vas leyendo fue lo que me hizo poco a poco ir despertando

N: Yehosua se sumerge en el libro y encuentra respuesta a las preguntas que se hacía desde que fue censurado. A cada párrafo que lee, es más consciente de cuál es la realidad de la congregación:

Y: Entonces a lo largo de eso, pues vas investigando y ya te vas dando cuenta de muchas mentiras y muchas cosas que ves que no concuerdan, y mucho secretismo por parte de los Testigos de Jehová en cuanto incluso a los bienes que tienen, a su financiación...

Gracias a lo escrito por Franz, Yehosua nota que en su cabeza saltan todas las alarmas.

Y: "aquí tengo que buscar, tengo que saber más, tengo que entender todo, porque yo estoy viendo como una parte y yo tengo que ver el todo completo y entonces, si no leo más, si no estudio, si no me informo, ¿cómo voy a saber toda la historia completa?

N: Carmen también acudió a la biblioteca para despejar las dudas sobre la religión que regía su modo de vida. Al igual que le pasa a Yehosua, para ella leer 'Crisis de Conciencia' supone un antes y un después:

Carmen:Cuando yo veo toda la historia de este hombre que estaba en el cuerpo gobernante, que lo cuenta sinceramente que él no estaba a favor de ciertas cosas, y ese libro me abrió los ojos, digo "madre mía, dónde estoy metida yo y entonces empiezo a investigar.

N: Hasta ese momento, Carmen había sido una Testigo prácticamente modélica. Predicaba con gusto y seguía los dictados de Jehová. Pero siempre tuvo ciertos roces con la organización...

N: Estudió Bellas Artes y los ancianos le prohibían entrar en las iglesias católicas, que a ella tan solo le interesaban por sus pinturas y esculturas. También fue reprendida por su forma de vestir, su maquillaje... Pero la gota que colmó el vaso fue la actitud de los ancianos cuando ella les confesó la historia de abusos y maltrato que sufría a manos de su marido, también Testigo.

C: al final lo denuncié por malos tratos y claro, yo le había puesto la denuncia, entonces me dijeron "no cuentes nada, no cuentes nada de lo que te ha hecho

N: Por aquel entonces cayó en sus manos el libro 'Crisis de conciencia'. Y le siguieron muchos más:

C: Eso ya fue el golpe mayor para mí, porque ya me fía, me fui a la biblioteca, empecé a coger libros de historia. Fue un shock para mí el ver que todo era mentira y que todo era un negocio, bueno, ya seguí tirando del hilo...

N: Comprobó que las fechas que con tanto ahínco le habían estado enseñando no encajaban, que el fin del mundo que había estado divulgando no se sostenía y que tras la historia de los testigos se escondía toda una estructura económica de la que nadie le había hablado:

C: Vender y comprar. Vender y comprar. Es un puro negocio. Y ahí me di cuenta yo de que había estado engañada toda mi vida

N: Carmen despertó y decidió que ya era suficiente.

C: Escribí mi carta de renuncia. Que ya no quería ser considerada testigo de Jehová. Y mi hermano se cabreó muchísimo, porque él era anciano y decía que por qué no había acudido a él, digo "es que lo tengo tan claro, porque es que ya no me quedan dudas, es que ya sé que esto es una mentira

N: Yehosua también terminó despidiéndose ante los ancianos y reconociendo su homosexualidad:

Y: "Mirad, he cometido un pecado a los ojos de Jehová, y no voy a contar absolutamente nada más de mi vida.

N: Ante esa confesión, los ancianos le pidieron explicaciones, detalles:

Y: Ellos intentaron indagar, preguntarme, saber qué es lo que yo había hecho. Me negué en rotundo dije que no iba a contestar más, que "he venido para contar esto y que nada más. Entonces, claro, su decisión fue expulsarme.

N: Yehosua y Carmen dan por terminada su relación con los Testigos de Jehová.

N: Hay muchas maneras de conseguir algo de luz cuando estamos rodeados de una oscuridad metafórica. Algunas de esas ayudas, y sus consiguientes despertares, llegan desde el exterior, por ejemplo, con libros, como el de 'Crisis de Conciencia'. Pero también hay salvavidas que están justo al lado.

N: Para algunos extestigos, sus mayores aliados estarán dentro de la congregación, una mano amiga que termina siendo mucho más...

N: Este fue el caso de dos mujeres. Gloria y Abigail. No se conocen de nada, no viven en la misma ciudad.... Pero sus historias tienen algo en común: el amor fue la chispa que les hizo despertar.

Gloria: yo me casé para toda la vida, él también, pero claro, no le conocía mucho, porque como no puedes convivir antes de casarte, sin casarte ni puedes tener relaciones sexuales...

N: Gloria proviene de una familia muy complicada que se había introducido en los Testigos de Jehová cuando ella era una niña. Allí conoció al que sería su marido, un hombre que la ignoraba, le hacía cargar con todo el trabajo en casa y que no la apoyaba ni siquiera durante sus embarazos.

G: Sigue igual. Es un hombre que no tiene ilusiones de nada, pero mataba también las mías. Entonces estaba ahogada, estaba asfixiada. Pero claro, allí te enseñaban que te casabas una vez y que no te podías separar, y muchísimo menos divorciar. Y entonces pues así era la vida

Abigail: O sea ya era horroroso vivir con él. "No te pongas esa ropa, no te pintes así los labios, esos zapatos llaman mucho la atención.

N: El caso de Abigail es distinto desde la cuna. Ella nació dentro de los Testigos, en el seno de una familia unida. Para su sorpresa, su padre, anciano de la congregación, la animó a estudiar pero cuando estaba a punto de acabar la carrera, decidió no ejercer su profesión. El motivo fue su marido, un hombre controlador y obsesivo, que se radicalizó tras convertirse en anciano. 

A: "¿No ves que va muy ajustada? No seas ridícula, no salgas así a la calle... Ya llegó un momento en que la cosa se puso fea.

N: Insultos y amenazas eran una constante en su día a día. Pero un rayo de luz se coló en su vida: Abigail conoció a otro hombre.

A:Empezamos una relación a escondidas. Y ahí fue cuando me di cuenta de que las cosas no estaban bien con él, porque me estaba enamorando de otra persona.

N: Lo notó toda la congregación, y también su marido, que empezó a controlar compulsivamente todos sus pasos...

A: Y no descarto que me pusiera esto del GPS en el móvil o algo de eso, porque sabía luego muchas cosas. Entonces no descarto que me localizará, incluso, sí. Es un control increíble de toda tu vida.

N: Gloria no fue maltratada por su esposo, pero con su desidia consiguió hacerla sentir diminuta. Por aquel entonces, y gracias a unos amigos en común, conoció virtualmente a Francisco, también Testigo de Jehová. él no podía salir de su casa debido a una enfermedad terminal.

G: no salía de casa hacía tres años, y que la única ventana que tenía al exterior era con el ordenador, el Messenger, lo que había antes. Me conecté y empecé a hablar con él.

N: Al principio charlaban sobre temas intrascendentes, pero poco a poco sus conversaciones empezaron a ser más profundas. Entre ellos había entendimiento, apoyo, incluso química. Chateaban día y noche, hasta que sucedió lo inevitable.

G: que en unos días estaba enamorada de él hasta las trancas, porque todas las carencias que yo tenía, que no era ni por voz, era por un teclado, empezó a cubrir, a cubrir, me empezó a valorar. Me encontré con un ángel. Lo malo es que él se iba a morir...

N: Aquí es donde empiezan a entrelazarse las historias de Gloria y Abigail. Las dos volvieron a sentir ilusión gracias a estas relaciones pero, como era de esperar, pagaron un precio muy alto en cuanto sus parejas lo descubrieron: ambas fueron citadas a un comité judicial y las dos fueron expulsadas por adúlteras.

N: Para Gloria, en el fondo, la expulsión fue una gran alegría. En esos momentos ya no se sentía muy apegada a la congregación y, si se trataba de elegir entre ellos y Francisco, lo tenía claro:

G: como no lo dejé, me expulsaron. Y yo contentísima, de un plumazo fueron las dos cosas, salir de la organización de Jehová y salir del matrimonio

N: En ese momento la disonancia cognitiva que todos sufren, esa culpabilidad por dejar de hacer lo que les ordenan, desaparece. Gloria se da cuenta de ello y le pone palabras:

G: Allí es que te dicen lo que tienes que creer, lo que no tienes que creer, de lo que te tienes que apartar, cómo tienes que actuar, cómo tienes que ser, cómo tienes que pensar, cómo tienes que hablar, todo

N: Después, el tiempo que pudo compartir con Francisco fue poco, pero el suficiente para cambiar su vida...

G: Desde que tomamos contacto la primera vez por el Messenger hasta el día que falleció, fueron 20 meses y cuatro días. Y a mí este hombre me enseñó a quererme.

N: Abigail, en cambio, lo pasó muy mal. Se negó a acudir a su comité y tuvo que empezar de cero con su nueva pareja, que también fue expulsado:

A: Porque nos fuimos sin nada. Te vas a la calle sin nada. Con la maleta y el poco dinero que puedas tener.

N: Salir por la puerta de atrás de una comunidad que creía que era su familia le hizo entender muchas cosas...

A: Ahí ves, ciertas cosas sí que son como... que choca, y ahí vas despertando un poquito, en mi caso me ha costado mucho...

N: Ese proceso lento se completa con dolor y dudas, pero también con la libertad de poder acceder a mucha información que los que siguen dentro no tienen.

A: O sea fue como si descubriera algo nuevo y dije "ostras, nos han mentido. O sea, saber que tienen acciones en armas, en tabaco, cuando no se podía fumar. Entonces es como... ¿Perdona?

N: En ese sentirse engañada es donde ya no hay vuelta atrás. El proceso ha terminado. Abigail ya nunca volverá a aquel otro mundo:

A: Ahí es cuando desperté del todo y dije "No vuelvo ni muerta. No, no, no, no, no quiero saber nada de ellos. Nada. Y ojalá despertaran todos.

N: Algunos despertares son progresivos y se prolongan durante años; hay otros más repentinos y rotundos, o también pueden ser dubitativos y tambaleantes.

N: Judit, Abrahán, Yehosua, Carmen, Gloria y Abigail. Todos ellos han llegado al límite y han abierto los ojos, como si aquella nube frente al sol se hubiera retirado. El problema es que la luz que descubren es distinta. Están a punto de salir a un nuevo mundo que prácticamente desconocen. Adaptarse a esta vida les traerá varios sinsabores. Quizá el más amargo será ver como todos aquellos a los que amaban les dan la espalda y les abandonan...

Y: es que es como pensar que tu madre está muerta aunque esté viva, porque no la tienes, porque no la puedes llamar, porque no la puedes enviar un whatsapp. O sea es que no está ahí para nada.

P: Es muy, muy terrible. Es lo peor que yo he pasado en mi vida. Ese impass

G: Cuando anunciaron que Gabriel Pedrero Sánchez ya no es Testigo de Jehová, a la salida ya ninguno me habló. Eso sabía que iba a ocurrir, pero no sabía lo que iba a ocurrir más adelante.

Créditos. "Los expulsados del paraíso. Sobrevivir a los Testigos de Jehová es una investigación periodística de ABC realizada por José Ramón Navarro-Pareja y narrada por Juan López Córcoles

Guion: Juan López Córcoles, Andrea Morán, María Romero

Diseño sonoro: Rodrigo Ortiz de Zárate

Entrevistas: Manuel Garre, Juan López Córcoles, María Romero

Idea original: Javier Nadales

Producción ejecutiva: José Ángel Esteban, Javier Nadales

Dirección: Andrea Morán

ABC no se hace responsable de las afirmaciones ni opiniones expresadas por las personas que participan en esta serie.

Todos sabemos lo que ocurre durante un eclipse solar. La luna cubre durante unos instantes al astro rey, y dejamos de ver su luz, pero sabemos que sigue estando ahí, y que será cuestión de minutos volver a verlo relucir. Con aquellos que salen de los Testigos de Jehová ocurre algo similar: durante su etapa en la congregación recorren el sendero iluminado de Jehová. Pero cuando aparecen las grietas, los conflictos, los pecados, algo se cruza entre esas personas y su fe, su luz.

La filósofa Olga Belmonte nos enseña un concepto del también filósofo Martin Buber que explica lo que están viviendo esos Testigos: es el 'eclipse de Dios'. Algo se interpone entre tu fe y tú. En este caso, el problema de los protagonistas de este pódcast no es con Jehová; quien ha sumido su vida en la oscuridad es la estructura de la congregación, sus normas y dinámicas tan poco transparentes

En este episodio explicamos a los oyentes qué es lo que ocurre cuando un Testigo confiesa sus supuestos pecados a los ancianos de la congregación. La culpa les atenaza, y suelen ser ellos mismos los que hablan con los dirigentes de sus respectivas congregaciones. Pero hay ocasiones en las que ni siquiera tienen tiempo de dar el paso porque otros Testigos que les han visto pecar se adelantan y acuden a los ancianos a contar lo que han visto. Son los 'chivatazos', que llevan a Abrahán y a Judit a sufrir un comité judicial.

Ahora bien, no basta con que alguien acuse a otro testigo de haber cometido un pecado. Los Testigos de Jehová también exigen que haya otras dos personas que hayan presenciado la falta. Pero es evidente que hay delitos, como el de los abusos sexuales que sufrió Judit, en los que es imposible que haya testigos.

La 'Crisis de conciencia' que abrió la grieta definitiva

El sufrimiento y las dudas hacen mella en los protagonistas del pódcast. Algunos, como Yehosua o Carmen, incluso empiezan a preguntarse si aquello merece la pena, si están en la senda correcta, o llevan equivocados toda la vida. Es entonces cuando comienzan a investigar y llegan a lecturas que les abren los ojos.

Una de ellas, tal vez la más importante, es 'Crisis de conciencia', el libro escrito por Raymond Franz, un miembro del Cuerpo Gobernante -la cúpula de los Testigos de Jehová a nivel mundial- que en 1980 presentó su renuncia tras una serie de desencuentros con la organización, y decidió escribir sobre la doble moral y las incoherencias de la estructura. Entre sus líneas, varios protagonistas encuentran las explicaciones que necesitaban, pero también el impulso final para abandonar la organización.

La mayoría de las salidas que contamos en este episodio tienen un componente doloroso, y acarrean cierto nivel de trauma. Sin embargo, incluso en estos momentos, hay quien encuentra algo de luz en medio de la oscuridad. Esos son los casos de Gloria y Abigail, quienes encuentran el verdadero amor dentro de la organización, pero a las que no dejan más opción que abandonar los Testigos de Jehová.

Estos particulares eclipses son largos y complicados; pero todas las personas a las que escuchan en este episodio saben que han llegado al límite. Están decididas a abrir los ojos, y acabar con sus particulares eclipses. Pero aunque saben que la luz ya no es la misma, todavía desconocen lo que aún les queda por padecer.

Créditos

  • Investigación: José Ramón Navarro-Pareja

  • Narración: Juan López Córcoles

  • Guion: Juan López Córcoles, Andrea Morán, María Romero

  • Diseño sonoro: Rodrigo Ortiz de Zárate

  • Ayudante de sonido: Íñigo Martín Ciordia

  • Entrevistas: Manuel Garre, Juan López Córcoles, María Romero

  • Premontajes: Manuel Garre, Blanca Nava

  • Ilustraciones: Martí Ferrer

  • Desarrollo web: Jorge García

  • Dirección de Arte: Rodrigo Parrado

  • Coordinación editorial: Elena de Miguel

  • Idea original: Javier Nadales

  • Producción ejecutiva: José Ángel Esteban, Javier Nadales

  • Dirección: Andrea Morán

  • Coordinación de producto: Axel Guerra

ABC no se hace responsable de las afirmaciones ni opiniones expresadas por las personas que participan en esta serie.

Todos los episodios de 'Los expulsados del paraíso' pueden encontrarse en las principales plataformas de audio, como Spotify, Ivoox, Apple Podcasts, Google Podcasts, Amazon Music y Podimo.

Cuéntanos tu caso. Si tienes una historia que contarnos, puedes escribir a testigos@abc.es

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