Las dificultades para abordar la obesidad desde los centros de salud
Los médicos lamentan la no financiación de los fármacos y las listas de espera para las cirugías
Los falsos test que detectan el SIBO y las intolerancias alimentarias llenan las consultas

Un paciente con obesidad llega a la consulta de su médico de familia. Quiere perder peso, y como parte del tratamiento, su facultativo lo deriva al endocrino. Además tiene problemas en la rodilla, por lo que también le pide una cita para el traumatólogo. ... Sin embargo, al cabo de los meses el paciente vuelve al centro de salud sin avances: la visita al endocrino no le sirvió para cambiar sus hábitos, pues el seguimiento fue nulo, con meses de espera entre cita y cita, y la operación de rodilla que necesitaba no se pudo realizar por su exceso de peso. Este caso, que es simplemente un ejemplo que relata un profesional, es la realidad que muchos médicos de familia ven cada día en sus consultas y que complica el tratamiento de esta enfermedad en el momento en el que más herramientas se tienen para manejarla.
«Es descorazonador. Yo llevo 30 años trabajando y para mí el abordaje de la obesidad es descorazonador. Es poco eficaz, es muy complicado y hay muchas barreras». Con estas palabras intervenía en un seminario sobre el abordaje de la obesidad en Atención Primaria una médico de familia que, como oyente, participaba en la sesión, que tenía lugar recientemente en el congreso nacional de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen). A su alrededor, decenas de colegas asentían. «Al final estamos solos con el paciente y acabamos tirando la toalla», lamentaba.
Las barreras para tratar la obesidad en el centro de salud, apunta José Manuel Fernández García, médico de familia y coordinador del grupo de trabajo de Nutrición de Semergen, aparecen desde el momento en el que el paciente entra a la consulta y van desde el abordaje (cómo averiguar si el paciente quiere hablar del tema, algo que no siempre pasa) hasta los consejos y la ayuda que se le proporciona. Todavía hay, además, estigma entre muchos profesionales. Y el hecho de que otros tantos aún no consideren la obesidad como una enfermedad crónica tampoco ayuda.
También influye, asegura Fernández García, que los fármacos que hay disponibles no estén financiados para tratar la obesidad. «Su uso es para diabetes y se usan en pacientes diabéticos de tipo 2 que presentan obesidad, pero para la obesidad no existe de momento un tratamiento financiado y eso es importante», explica ante la sala. Actualmente son varias las opciones que los enfermos tienen a su disposición a base de liraglutida (como Saxenda), semaglutida (Ozempic o Wegovy)o tirzepatida (Mounjaro). Algunos están financiados para la indicación de diabetes, pero aquellos pacientes con obesidad que lo que buscan es perder peso no pueden actualmente adquirir en las farmacias ningún medicamento que esté cubierto por la Seguridad Social.
Sostenibilidad del sistema
El debate sobre la necesidad de que España comience a financiar los fármacos para la obesidad suena cada vez más fuerte en las consultas, tanto por parte de los profesionales como de los pacientes. El asunto también se discute en la sala en la que un nutrido grupo de médicos de familia acude a este seminario. «El problema de estos fármacos es la financiación y para muchos pacientes esto supone una barrera, es evidente», sentencia Fernández García, que reflexiona sobre si dar este paso sería sostenible para el Sistema Nacional de Salud: «Es un debate».
Pero aparte de los fármacos, los médicos de familia tienen otras herramientas para ayudar a los pacientes con obesidad: la dieta y el ejercicio físico. No se trata de hacer dieta y actividad durante un tiempo concreto, sino de conseguir que el paciente adopte un cambio en sus hábitos de vida. «¿Realmente podemos los médicos de Atención Primaria abordar la obesidad? Hay muchas personas, incluso nosotros mismos, que pensamos que con una dieta y ejercicio es poco exitoso. Pero tenemos que acabar con esa idea. Es complejo, pero con seguimiento se consigue y depende del compromiso del paciente y del tratamiento que hagamos en la Atención Primaria», expone por su parte Anny Altagracia Romero, médico de familia y también miembro de los grupos de Nutrición, Diabetes o Endocrinología y Metabolismo de Semergen.
La cirugía bariátrica
Solo para casos concretos está también disponible la cirugía bariátrica, aunque las listas de espera para acceder a ella, denuncian los facultativos presentes en el seminario, son cada vez más largas y para muchos pacientes es imposible someterse a esta operación.
«Tenemos en nuestra mano muchas herramientas para tratar la obesidad, no lo dejemos de lado», reclama Romero, que recuerda que es una enfermedad «crónica, recurrente y progresiva» que requiere de seguimiento.
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