Shi Zhengli: la 'mujer murciélago', heroína para los chinos, sospechosa en Occidente

Esta reputada viróloga de 57 años, que descubrió el SARS, dirige las investigaciones en el Instituto de Virología de Wuhan, al que distintos organismos señalan como el origen de la pandemia

Shi Zhengli, en el Insittuto de Virología de Wuhan EFE

Para China es la 'mujer murciélago', la heroína que descubrió el coronavirus causante del SARS en 2002 y cuyas investigaciones han sido decisivas para conocer al que ha desatado la actual pandemia . Para el resto del mundo, es otra científica china que oculta información. ... Se trata de Shi Zhengli , subdirectora del Instituto de Virología de Wuhan, del que vuelven a sonar sospechas como origen del coronavirus.

Tras afirmar la Inteligencia estadounidense que tres de sus empleados enfermaron de algo parecido al Covid-19 antes de la pandemia, la teoría del laboratorio vuelve a estar sobre la mesa. Como demuestra la carta firmada en 'Science' por 18 expertos de las mejores universidades, cada vez más científicos reclaman una investigación transparente a China , cuya opacidad quedó retratada con la misión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Wuhan. Si antes la comunidad científica internacional insistía en el origen natural del coronavirus, ahora no se descarta una fuga de laboratorio. Y ahí es donde todas las miradas apuntan a Shi Zhengli, reputada viróloga de 57 años.

Como jefa del Departamento de Enfermedades Emergentes y mayor experta en coronavirus de murciélago del Instituto de Virología de Wuhan, sus colegas de todo el mundo le piden abrir sus archivos. Quieren saber si la doctora Shi y su equipo estaban trabajando con este nuevo coronavirus, denominado SARS-CoV-2, y se les escapó. «¿Cómo puedo ofrecer pruebas de algo que no existe?», ha preguntado enojada en declaraciones a 'The New York Times'.

Pero pocos la creen por el secretismo del régimen chino, que intentó ocultar la epidemia, y porque el Instituto almacena el coronavirus más parecido al SARS-CoV-2. Similar genéticamente en un 96,2 por ciento , lo que en teoría indicaría décadas de evolución, se denomina RaTG13 y fue hallado en 2013 en una mina abandonada de Mojiang, al suroeste de China, donde fallecieron tres personas de una extraña neumonía.

Junto a otras 10.000 muestras recogidas por toda China por la doctora Shi, sus restos se almacenaron y analizaron en el Instituto de Virología de Wuhan. No solo en su superlaboratorio P4, que tiene el mayor grado de bioseguridad, sino en otros de nivel 2. Además, Shi Zhengli dirigía experimentos de 'ganancia de función', que consiste en manipular los virus para hacerlos más potentes y desarrollar vacunas eficaces. Aunque la doctora asegura que jamás ha aumentado la virulencia de los virus y solo quería analizar su contagiosidad , uno de los firmantes de la carta en 'Science', Ralph Baric, de la Universidad de Carolina del Norte, probó dicha 'ganancia de función' en 2015 basándose en el trabajo de Shi.

Doctorada en el año 2000 por la universidad francesa de Montpellier, solía colaborar con sus colegas occidentales y el Instituto de Virología de Wuhan incluso recibió 600.000 dólares (500.000 euros) del Gobierno de Estados Unidos a través de la organización EcoHealth Alliance. Dicho grupo está presidido por su amigo Peter Daszak, uno de los expertos que participó en la misión de la OMS en Wuhan y trabaja con el Instituto de Virología. Además de liderar un frente de científicos contra la teoría de la fuga del laboratorio, Daszak bromea en Twitter sobre sus «fiestas en cuevas de murciélagos» con la doctora Shi. Lástima que el mundo, en plena pandemia, no entienda el chiste.

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