La fiebre por la ivermectina dispara las intoxicaciones en Estados Unidos
En un país con exceso de vacunas se acude a almacenes veterinarios en busca del antiparasitario para luchar contra el Covid

En las últimas semanas en Estados Unidos se ha desatado una suerte de delirio colectivo. Pese a tener a su disposición vacunas eficaces contra el coronavirus, muchos estadounidenses prefieren peregrinar en busca de un falso remedio contra el Covid que en Occidente se suele utilizar ... como producto veterinario. Se llama invermectina y es un antiparasitario bien conocido por los ganaderos porque con él tratan las infecciones de reses y caballos . A mediados de agosto, el Centro para el Control de las Enfermedades (CDC) detectó que se prescribían 88.000 recetas de este medicamento cuando antes de la pandemia la media era de solo 3.600.
No hay ninguna investigación que demuestre que la ivermectina sea eficaz en el tratamiento del Covid, pero las redes sociales se han convertido en una vía de desinformación que está calando en muchos ciudadanos, sobre todo del medio rural. Lo buscan vacunados y no vacunados en farmacias y en tiendas de alimentos para animales donde la encuentran en formulación pensada para animales y para un peso que no es el humano. «Se están tomando dosis calculadas para un caballo que puede pesar diez veces más que una persona. Es una auténtica locura », asegura Carlos Chaccour, director del proyecto científico contra virus emergentes de Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).
Chaccour recuerda que al comienzo de la pandemia, cuando no había vacunas eficaces, esa misma locura se desató en América del Sur. En Perú los indígenas se inyectaban dosis pensadas para vacas y las intoxicaciones se empezaron a contar por miles.
Diarreas, vómitos...
En Estados Unidos las sobredosis también se están documentando. En el mejor de los casos, el daño se salda con una diarrea y vómitos de más o menos gravedad. En el peor, se acaba en el hospital, como denunciaron ayer las autoridades sanitarias australianas donde también se asiste a un incremento de ingresos por el consumo de este antiparasitario. Solo en el mes de agosto, las sobredosis en Estados Unidos se han multiplicado por cinco . En el centro de control de intoxicaciones del estado de Misisipi, el 70% de las llamadas eran de personas que habían consumido ivermectina adquirida en tiendas de suministro para ganado.
«Se toman una pasta fabricada para los caballos que al parecer sabe horrible », cuenta el investigador del IS Global. Chaccour atribuye este delirio en tiempos de vacunas a la desinformación que ofrecen movimientos antivacunas, a la sombra de sospecha que siempre se cierne sobre las farmacéuticas y a la politización del Covid. «Los que lo toman son personas del medio rural y están acostumbrados a utilizar el medicamento, así que no cuesta mucho convencerlos», razona. Y a esta población ha dirigido la FDA su mensaje. «No eres un caballo» , expresaba en un tuit reciente la Agencia del Medicamento de Estados Unidos.
Un fármaco esencial
Este científico conoce bien el remedio, un fármaco esencial para otras enfermedades. Se utiliza para uso veterinario pero en pequeñas dosis también para combatir piojos, la sarna y otros parásitos . Y, lo más importante, es el tratamiento que logró acorralar la ceguera de los ríos, una enfermedad cruel que dejaba a poblaciones enteras de África e Iberoamérica sin visión por la picadura de insectos.
Cuando surgió la pandemia y los investigadores de todo el mundo empezaron a probar medicamentos autorizados. La ivermectina fue uno de ellos. No se sabe muy bien cómo funciona pero sí que tiene cierta acción vírica. Varios grupos de investigación tienen ensayos clínicos abiertos para demostrar si realmente puede tener una acción con dosis adaptadas a los humanos. Chaccour también probó suerte y en su ensayo, con 24 voluntarios, demostró que evitaba que los enfermos perdieran menos olfato o lo recuperaran antes.
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