cultura
La Orquesta Joven de Andalucía, una cantera de grandes músicos que triunfan a nivel mundial treinta años después
La OJA acaba de celebrar tres décadas junto al Joven Coro de Andalucía, que se sumó en 2007 al Programa Andaluz de Jóvenes Intérpretes
El Programa Andaluz de Jóvenes Intérpretes culmina su 30 aniversario en el Auditorio Nacional de Música y en la Catedral de Sevilla

En el año 1994 nacía el Programa Andaluz para Jóvenes Intérpretes, un proyecto de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía que tenía por objetivo la formación y promoción de los músicos de la tierra y que esta actividad sirviera de complemento ... a la desarrollada por los distintos conservatorios. Ese mismo año supuso el nacimiento de la Orquesta Joven de Andalucía (OJA), una agrupación que desde el principio aglutinó a los mejores músicos de la comunidad y que, con el paso de los años, ha exportado a destacados intérpretes, tanto a orquestas nacionales como internacionales. En la actualidad, la OJA está integrada por músicos de 14 a 24 años (26 en el caso de los contrabajistas) y lleva treinta años destacando por haber formado a grandes músicos que hoy en día están triunfando. Lo mismo ha ocurrido con el Joven Coro de Andalucía, que nació en 2007 con el objetivo de impulsar y complementar la formación musical de jóvenes valores con edades comprendidas entre los 16 y 31 años. Por dicho coro han pasado igualmente notables intérpretes, algunos de los cuales están teniendo una gran proyección por España y por el extranjero.
Violeta Hernández Hidalgo es directora del Instituto Andaluz de las Artes Escénicas y de la Música de la Junta de Andalucía. Lleva en este cargo desde 2023 y dice que la experiencia de estar al frente de la Orquesta Joven de Andalucía y del Joven Coro de Andalucía OJA es «de las más gratificantes y sorprendentes que he tenido porque es lo más alejado a mi trayectoria. He tenido contacto con otras músicas y con artes escénicas. La música sinfónica era más novedosa para mí y se une además que se trata de un programa de jóvenes. Cuando veo una orquesta normal los veo muy mayores porque siento la fuerza que tienen estos jóvenes. Tanto en la OJA como en el Joven Coro de Andalucía destacaría el gran nivel de profesionalidad que hay entre sus componentes. Además, estos chavales pasan siempre sus vacaciones en los encuentros musicales, y eso es algo que hay que valorar muchísimo».
En cuanto a lo que ha supuesto este treinta aniversario, Hernández dice que «hemos llevado al coro y a la orquesta por escenarios habituales como el Teatro de la Maestranza o el Teatro Villamarta de Jerez. La Orquesta Joven de Andalucía ha actuado también en el Auditorio Nacional y el coro ha estado en una gira por Cataluña. La OJA ha visitado auditorios como Ceuta, Melilla, Almería y en el Baeza Fest. El coro ha estado en la mezquita de Córdoba y en la Catedral de Huelva. Ha sido una buena celebración con muchos conciertos y programas». Igualmente añade que El Programa Andaluz para Jóvenes Intérpretes «sigue siendo muy necesario». En el caso de la orquesta, esta gestora habla de jóvenes «con mucha calidad profesional. Hay un gran equipo, los profesores son muy buenos y los chavales tienen mucha energía. Es un nivel profesional en chavales muy jóvenes. El programa tiene mucha solera. De aquí han salido muchos alumnos. Las orquestas sinfónicas andaluzas estaban llenas de músicos extranjeros y ahora es al revés, ya que estamos exportando músicos a orquestas nacionales e internacionales. Lucas Macías, Pablo González y otros grandes músicos han sido alumnos de la OJA».

Rafael Ruibérriz de Torres (Sevilla, 1983) es un flautista especializado en música antigua que forma parte de la Orquesta Barroca de Sevilla, entre otras formaciones. Además, destaca por sus labores de gestor cultural, ya que bajo su dirección han nacido iniciativas de un gran valor como la Ruta Turina, que acaba de finalizar. Ha trabajado con grandes directores como Michael Thomas (que lo dirigió en la OJA), Daniel Barenboim, Jos van Immerseel, Martin Gester, Jean-Claude Malgoire, Gustav Leonhardt, Mark Minkowski, Christophe Rousset, Louis Langrée, Philippe Herreweghe, Sir Mark Elder, Christophe Coin, Robert Levin, Enrico Onofri, Sir Roger Norrington, Hervé Niquet o Alan Curtis, entre otros.
Este guarda muy buenos recuerdos tras su paso por la Orquesta Joven de Andalucía. «Fue mi verdadera formación superior. Lo más próximo a lo que después vi en Europa. Los profesores eran intérpretes activos procedentes de orquestas profesionales, andaluzas o no; la música de cámara se trabajaba intensivamente y no como en el conservatorio, que eran clases dispersas una vez por semana (con suerte, si no se cancelaba por enfermedad o festivo); y, por supuesto, los proyectos orquestales eran de un nivel extraordinario», comenta. También dice que «creo que la OJA debería haber sido y debe ser un complemento a la formación en los conservatorios, pero es que, al menos en mi época, la OJA venía a ser la verdadera salvación de nuestra deficiente formación, como lo eran también las tantísimas becas que después la Consejería de Cultura nos concedía a casi todos para estudiar en el extranjero».
Añade este músico sevillano que «se podría decir que, de alguna manera, en los encuentros de la OJA se formalizaba o se legalizaba, a modo beca, la triste realidad de nuestra formación 'clandestina' paralela. Y es que la mayoría de los integrantes, que éramos alumnos de la mastodóntica y costosísima red pública de conservatorios andaluces, ya acudíamos a las casas de esos mismos profesores de las orquestas profesionales a recibir clases particulares privadas».
Subraya también Ruibérriz que «todo era una paradoja porque los alumnos de la OJA estábamos matriculados en el conservatorio, estábamos pagando clases particulares y prácticamente todos sentíamos la necesidad de estudiar en el extranjero. Si te das cuenta, se estaba pagando por triplicado nuestra formación. Y en algunos casos por cuadruplicado, si tenemos en cuenta que muchos además éramos alumnos de la Academia de la Fundación Barenboim-Said. La Consejería de Educación nos pagaba la formación reglada; la de Cultura nos pagaba la OJA y la beca para estudiar en el extranjero; la de Presidencia la Academia de la Fundación Barenboim-Said, y nuestros padres, mientras tanto, pagaban las clases particulares», concluye.

Por su parte, Beatriz González Calderón (Cádiz, 1985) formó parte de la Orquesta Joven de Andalucía desde 2003 a 2008, donde recibió clases de prestigiosos violonchelistas como Álvaro Fernández, Gretchen Talbot, Mick Stirling e Israel Martínez, entre otros, y donde trabajó bajo las órdenes de Michael Thomas, Gloria Isabel Ramos, Enrique Mazzola, José Luis Témez, Daniel Barenboim y Pablo González, de quien, además, recibió consejos de dirección. Fue invitada como profesora de violonchelo a uno de los encuentros de la OJA y desde 2021 es la coordinadora musical del Programa Andaluz para Jóvenes Intérpretes. Paralelamente, en 2007 funda la Orquesta de Cámara de Mujeres Almaclara, estrenada en marzo de 2008, cuya dirección ejecutiva y artística ocupa desde su fundación.
Comenta esta violonchelista que «formar parte de la OJA es, sin duda, una experiencia transformadora, tanto a nivel educativo como vital. El sentimiento de pertenencia a un programa en el que, en unos años críticos en el desarrollo personal y emocional, se promueve el pensamiento crítico, la libertad de expresión, la inclusión y el valor del esfuerzo y el desarrollo artístico hace que, todos los músicos que hemos pasado por la institución a lo largo de treinta años, consideremos esta orquesta nuestra casa».
Subraya igualmente que «durante los cinco años que formé parte como alumna tuve la suerte de trabajar con un profesorado y unos directores de primer nivel internacional a los que no habría tenido acceso de ninguna otra forma y menos en unos años tan tempranos de mi carrera». En cuanto a haber trabajado con Michael Thomas como director, dice que «para mí, el aprendizaje con Michael fue un absoluto regalo porque tenía valores que me han acompañado toda mi vida artística. En primer lugar, su desbordante creatividad, que pasaba por experimentar constantemente, sin miedo a posibles errores, en busca siempre de una identidad artística. Después, su enorme carisma, que le hacía (y le hace) congeniar de una manera especial y única con cada uno de los músicos con los que trabaja. Nos hacía sentir valiosos individualmente y dentro del grupo. Pero creo que lo que más destacaría de él es que, a pesar de estas maravillosas cualidades, no era vanidoso. En su rol de director titular tenía la generosidad y la humildad suficientes como para, en muchos encuentros, preparar a la orquesta durante días para recibir posteriormente a directores invitados que terminaran de realizar la labor que él había comenzado».
Bomberos en Glasgow
Recuerda Beatriz González Calderón muchas anécdotas con la OJA, pero especialmente una de sus experiencias más inolvidables fue en la gira por Inglaterra y Escocia en 2004. «Estuvimos más de veinte días tocando en diferentes ciudades e incluso grabamos un disco con 'Los planetas' de Gustav Holst. Y recuerdo que los hoteles allí eran muy sensibles al humo, porque las construcciones son de madera, y que muchas veces, incluso con el aerosol de los desodorantes, saltaba la alarma. Así que, creo que todas las noches que estuvimos en Glasgow vinieron los bomberos en algún momento de la noche. El primer día que nos desalojaron nos asustamos mucho, pero aún guardo una foto que nos hicimos en pijama subidos al camión de bomberos la última noche allí, porque para nosotros aquello ya era un motivo más de diversión».
Sobre el hecho de que las grandes orquestas nacionales e internacionales estén apostando por músicos de la OJA, González Calderón dice que «en Andalucía hay un talento natural innegable. No de ahora, sólo hay que estudiar un poco la historia del Arte para ver la riqueza cultural y patrimonial de la que siempre hemos disfrutado. Pero, además, creo que hay una gran vocación de esfuerzo, de superación. Yo lo veo todos los días: en el alumnado del Programa se ve la evolución de un encuentro a otro, es muy emocionante verlos crecer profesional y personalmente. Pero es que, en mi propia generación, observo igualmente cómo compartimos esa necesidad de superación, de alcanzar metas, de crear otras nuevas y de dar lo mejor de nosotros mismo, no para demostrar nada, sino como una necesidad creativa que nos ha sido inculcada y que nos hace valorar la suerte que tenemos de poder disfrutar cada día de dedicarnos a lo que nos apasiona. Y creo que el carácter andaluz tiene mucho que ver en eso».

David Lagares (Bollullos Par del Condado, Huelva) es un bajo-barítono muy solicitado en los principales teatros de ópera. En el Teatro de la Maestranza ha participado en diversas producciones, destacando 'Don Giovanni', 'La bohème', 'La flauta mágica', 'Il barbiere di Siviglia', 'Tosca', 'Andrea Chénier', 'Adriana Lecouvreur', 'La fille du régiment' y 'Tannhäuser'. También ha actuado en grandes escenarios nacionales como el Gran Teatro del Liceo.
Perteneció al Joven Coro de Andalucía desde su fundación en 2007 hasta 2010 y afirma que para él supuso «todo» el haber formado parte del JCA. «Gracias al coro y a los profesores que venían en cada encuentro, pude descubrir que tenía aptitudes para dedicarme a la lírica». Respecto a cómo esta agrupación ayudó a mejorar su formación musical, dice que en primer lugar le aportó «mucha disciplina, ya que en los encuentros se ensaya muchas horas y está todo perfectamente medido. Pero también el coro me aportó una cantidad de conocimientos -repertorio, técnica. etc.- y el poder conocer a mucha gente e intercambiar vivencias y maneras de ver el mundo del canto».
Cuando estuvo en el Joven Coro de Andalucía coincidió con Michael Thomas. Del director inglés dice que «es, sin duda, uno de los mejores maestros con los que he trabajado. Es un músico como pocos y una bellísima persona. En los encuentros, incluso, jugaba al fútbol con nosotros en los ratos libres. Es genial».
Destaca una anécdota de su primer encuentro con el JCA. «Ricardo Llamas (mi compañero de habitación) y yo nos dedicamos a recoger todas las botellas de agua vacías y reciclarlas, convirtiéndolas en un gran muñeco al que llamamos 'Botellón' y al finalizar el encuentro se lo regalamos al director de coro, Román Barceló'.
El Joven Coro de Andalucía, un trampolín
Dice además Lagares que, tras su paso por el Joven Coro de Andalucía, «muchos de los cantantes nos dedicamos a la ópera, como solistas o formando parte de un coro. Otros están en coros profesionales, dirigiendo coros o incluso dirigiendo orquestas». Respecto al treinta aniversario de la OJA y del JCA, piensa que «es algo maravilloso y necesario. Para muchos fue la forma de descubrirnos, un trampolín o un tiempo de enseñanza espectacular. Que los jóvenes tengamos estas oportunidades es lo que marcará que, en un futuro, podamos ser grandes artistas y profesionales».
Asegura igualmente que tras su paso por el Joven Coro de Andalucía, «muchos de los cantantes nos dedicamos a la ópera, como solistas o formando parte de un coro. Otros están en coros profesionales, dirigiendo coros o incluso dirigiendo orquestas». Respecto al treinta aniversario de la OJA y del JCA, piensa que «es algo maravilloso y necesario. Para muchos fue la forma de descubrirnos, un trampolín o un tiempo de enseñanza espectacular. Que los jóvenes tengamos estas oportunidades es lo que marcará que, en un futuro, podamos ser grandes artistas y profesionales».

Daahoud Salim Álvarez (Sevilla, 1990) es pianista y compositor. Hijo del gran saxofonista Abdu Salim, es un músico que se dedica tanto al jazz como a la música clásica. Desde hace años ha logrado ganarse un prestigio nacional e internacional tras recibir encargos de festivales, orquestas y solistas.
Formó parte de la Orquesta Joven de Andalucía entre 2006 y 2012. Afirma que la OJA fue para él «una oportunidad que conforme más tiempo pasa, más valoro. Como pianista, no es tan frecuente formar parte de un conjunto grande. Al mismo tiempo, y también por el hecho de ser pianista, cuando tocaba en orquesta (a veces sólo en cámara), no era durante todo el repertorio, normalmente. Eso me daba mucho tiempo libre durante el encuentro para ver ensayos. Ensayos generales, parciales de violín, seccionales de viento… Asimismo, tuve la suerte de acompañar muchísimo al coro. Vocalizaciones, clases de dicción, de técnica, ciclos de lied, pruebas para ciertos papeles solistas. Gané mucha perspectiva, a menudo no tan fácilmente accesible para un pianista estudiante».
También Salim valora los profesores de piano que tuvo en la orquesta, ya que fueron los «primeros 'cursos' de piano externos al conservatorio. Fue clave en mi desarrollo. Ver otras opiniones muy distantes de las que ya conocía». Además, lo que más valora de esta etapa que pertenecer a la Orquesta Joven de Andalucía «fue mi primer laboratorio como compositor. Allí estrené, en conciertos informales, mis primeras obras para grupos de cámara, orquesta de cámara, coro… en colaboración con Tadeo Ruiz, también exmiembro tanto de la OJA como del CJA, que dirigía mis obras. Yo no era consciente en ese momento de hasta qué punto yo me iba a dedicar a la composición, y por lo tanto, tampoco era consciente de la oportunidad de oro que estaba teniendo de tener jóvenes de alto nivel ensayando mi música y ayudándome a entender por qué algo no funcionaba en su instrumento, por qué algo no estaba bien expresado en la partitura».
Al principio, Daahoud Salim Álvarez estuvo bajo las órdenes de Michael Thomas. Después hubo unos años en los que no había director titular. «Creo que Michael era una gran fuente de inspiración para quien estaba en la orquesta y/o el coro. Tenía una energía que resonaba perfectamente con un proyecto joven y la equilibraba muy bien con disciplina y exigencia. Era muy querido. Literalmente, lloramos su partida cuando cuando fue destituido por motivos políticos».
'Carmina Burana' a ritmo de rumba
Como anécdota, este artista recuerda un ensayo general de más de cien personas con la obra 'Carmina Burana'. «Estaba el coro, el coro infantil y una vasta orquesta. El ambiente estaba cargadísimo y había muchísima concentración. Michael pidió a la chica que tocaba la celesta tocar un pasaje. En aquel encuentro no había una celesta real, sino que había un teclado Casio que no parecía aguantar el seísmo más ligero. Se formó un silencio ceremonial para escuchar el pasaje de celesta, que, frente a la masa orquestal que se venía oyendo se iba a percibir como algo finísimo. Michael marcó la entrada, y, se entiende que un dedo rebelde, en lugar de tocar la tecla deseada le dio al ritmo de rumba del teclado. Las carcajadas de casi doscientas personas fueron inevitables. Por si fuera poco, la rumba sonó exactamente al tempo que marcó Michael. Fue increíble».
Respecto a la gran proyección nacional e internacional que están teniendo los músicos de la OJA y los cantantes del JCA, destaca que hayan salido grandes figuras como Cristina Gómez Godoy (oboe) o Pablo Barragán (clarinete), «que arrasan por las más altas esferas de la escena europea y con quienes tuve la suerte de compartir ensayos y espacio en la OJA. También, la soprano Leonor Bonilla y el tenor Juan de Dios Mateo tienen carreras brillantes. Para cualquier estudiante de conservatorio (grado medio o superior) en Andalucía, poder formar parte de la OJA supone un salto importante por diversos motivos. Además de ser un grupo selecto, habiendo superado una prueba de nivel, en una orquesta joven, inevitablemente, la preparación del repertorio se toma mucho más en serio que en la asignatura de orquesta de un conservatorio».
Prosigue diciendo este pianista y compositor que «en los conservatorios, el alumnado tiene a concentrarse muchísimo más en su trabajo y repertorio individuales, mientras que a la orquesta y a la música de cámara, se le dedica una atención a menudo insuficiente. Esto me ha pasado a mí mismo como estudiante. Cuando hay un encuentro de orquesta joven, se va a ensayar. Se va a darlo todo para el repertorio de orquesta (y de cámara, cuando lo hay), con más tiempo de ensayo y sin otras obligaciones que se interpongan. Es un contexto muy diferente. Y es muy de aprovechar». Asimismo, añade que la OJA «ha sido un caldo de cultivo para que salgan figuras de primera categoría. Cuando se dan oportunidades a un territorio que resulta ser la comunidad autónoma más extensa de España, y, si no me equivoco, la que más conservatorios superiores tiene (cinco), la estadística juega a favor y el talento emerge».
Por último, preguntado sobre que la Orquesta Joven de Andalucía y el Joven Coro de Andalucía sigan adelante después de treinta años, Daahoud Salim Álvarez dice que «es una suerte. Oro en paño. De corazón espero que dentro de treinta años se pueda hacer aún la misma pregunta».
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