salud
El Hospital de Valme se humaniza con una «cuna de los abrazos» con la que las familias podrán despedirse de su bebé y afrontar el duelo por su pérdida
Vicky, técnico en cuidados auxiliares del hospital sevillano, que perdió a Alba hace seis años: «Permitirá llenar unos recuerdos que son lo único que quedará tras la pérdida de un hijo en el nacimiento o la gestación. Eso junto a mi caja de los recuerdos que me regalaron en Paritorio es lo que me queda de mi hija»
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El Hospital Valme de Sevilla está avanzando en su proceso de humanización y acaba de incorporar una `Cuna de los Abrazos´ para que las madres y padres que han perdido a su bebé puedan despedirse de él y afrontar mejor el duelo gestacional o ... neonatal. La donación procede de `El Legado de Oliver´, puesto en marcha por Natalie Claytor y Manuel Moreno, una pareja que perdió a su bebé Oliver en 2020.
Una de las promotoras de esta iniciativa es Vicky, una TCAE del servicio de Ginecología centro sanitario que pasó por esta experiencia y perdió a su hija Alba hace seis años. «La cuna de los abrazos es un dispositivo que ayuda en humanización pero no condiciona la asistencia sanitaria recibida. En mi caso tuve una asistencia buenísima», cuenta a ABC.
Esta sanitaria tiene tres hijo, pero no olvida a Alba. Ella y Natalie Claytor, la madre de Oliver, comparten sentimientos por sus respectivas experiencias y ambas lo definen como «un regalo del tiempo para un último adiós».«La cuna de abrazos nos aporta un tiempo extra muy valioso. Nos regala más tiempo con lo que más amamos que es nuestro hijo o hija, un lugar donde los profesionales guiarán y aconsejarán a los padres para obtener recuerdos, recuerdos que solo podrán conseguir en esas horas, puesto que una vez se despidan de su hijo, ya n habrá marcha atrás. Los profesionales aconsejarán que una vez que nazca, abracen al bebé, lo besen, le canten, lo vistan, cojan sus huellas de manos y pies y le hagan fotos«.
Vicky insiste en lo de hacer fotos, «porque será el único momento donde podremos hacerlo, no habrá más oportunidades, es una despedida y ayuda a ganar tiempo para llenar unos recuerdos que son lo único que quedará tras la pérdida de un hijo en el nacimiento o la gestación. Eso junto a mi caja de los recuerdos que me regalaron en Paritorio es lo que me queda de mi hija Alba«, cuenta. Y añade: »Aconsejaría que los padres se dejen guiar por los profesionales, ellos están formados en situaciones de duelo perinatal« .
Con esta iniciativa, incorporada en diferentes hospitales (el Virgen del Rocío tiene una), se espera contribuir a humanizar la atención en situaciones de duelo perinatal. También conocido como `cuddle cot´, el dispositivo está especialmente diseñado para facilitar a los padres la despedida de sus bebés en situaciones muy duras. «Permite que los pequeños que han fallecido puedan permanecer junto a sus familias más tiempo, en un entorno íntimo y en un ambiente más humano, favoreciendo una última conexión física y emocional entre ellos«, explican fuente del hospital.

«Es un recurso que ayuda a ganar tiempo para llenar unos recuerdos que son lo único que quedará tras la pérdida de un hijo en el nacimiento o la gestación. Eso junto a mi caja de los recuerdos que me regalaron en Paritorio es lo que me queda de mi hija Alba»
Vicky
TCAE del Hospital de Valme y madre de Alba
El centro sevillano lo ha incluido en su Plan de Humanización dentro de su protocolo de atención al proceso de Duelo Perinatal. La muerte de un bebé durante el embarazo es un suceso muy poco frecuente pero que impacta de una manera muy traumática en sus padres y familiares.
«Nuestro objetivo, al integrar este dispositivo, es garantizar un espacio digno y un acompañamiento emocional de calidad para unos padres y su familia en momentos tan dolorosos. En suma, una acción con profundo valor terapéutico para que las familias vivan el duelo de manera más serena, con un sentido de cierre y contención», explica la directora gerente del Área de Gestión Sanitaria Sur de Sevilla, Inmaculada Vázquez.
Valme ya cuenta con un grupo de trabajo formado por una veintena de profesionales de distintas disciplinas vinculados directamente con la atención de estas experiencias tan dolorosas. En él colaboran ginecólogos, matronas, neonatólogos, enfermeras y TCAEs.
La coordinadora, Paqui Baena, matrona, califica esta donación como «una de las iniciativas más sensibles que hemos implementado y que permite blindar una atención integral y humana. Estamos profundamente agradecidos».
Amelia Gallego, supervisora de Ginecología y Obstetricia, destaca que será útil y reparador «no sólo para las familias que enfrentan la pérdida de un neonato, sino también para el propio equipo de salud, que se ve comprometido con una atención más humana y empática en situaciones de extrema vulnerabilidad».
La directora del hospital enmarca esta iniciativa en el avance del Plan de Humanización y de la excelencia y calidez asistencial: «Humanizar la atención va más allá de un trato amable, implica humanizar las relaciones entre profesionales, pacientes y familias en la gestión de servicios a través de una asistencia centrada en las personas, en sus cuidados, en los derechos y siempre desde una perspectiva global».

«Humanizar la atención va más allá de un trato amable, implica humanizar las relaciones entre profesionales, pacientes y familias en la gestión de servicios a través de una asistencia centrada en las personas, en sus cuidados, en los derechos»
Inmaculada Vázquez
Directora gerente del Área de Gestión Sanitaria Sur de Sevilla
Varios estudios destacan los beneficios en el manejo emocional del duelo a raíz de la incorporación de la Cuna de los Abrazos. Las familias que han utilizado este dispositivo reportan una mayor sensación de cierre, disminución del sufrimiento y una mejor adaptación a la pérdida, ya que pueden tener una despedida más digna y serena.
Vicky y otros profesionales destacan sus beneficios. Por un lado, la despedida, al permitir que el cuerpo del bebé se mantenga en condiciones adecuadas durante horas o incluso días, aportando el tiempo necesario a los padres sin la presión del tiempo. Esto es especialmente beneficioso en situaciones donde la madre ha tenido complicaciones, como cesáreas o partos difíciles, facilitando que puedan conocer a su hijo al despertar. Por otro lado, hace posible el vínculo familiar y pasar más tiempo con el bebé fallecido. «Que pueda acudir la familia ayuda al vínculo emocional, lo que puede ser crucial para el proceso de duelo y la aceptación de la pérdida».
La protocolización asistencial y la formación de los profesionales están detrás de la creación de este grupo de trabajo que nació con el objetivo de sensibilizar a las profesionales y humanizar todas las actuaciones y cuidados profesionales necesarios que puedan surgir a lo largo de la atención al nacimiento para favorecer la superación del dolor por la pérdida del bebé. «De este modo, se evita la variabilidad en las respuestas de los profesionales para cada familia definiendo claramente qué debe aportar cada profesional desde su dispositivo asistencial en cada momento», dicen.
Este grupo de trabajo ha desarrollado distintos protocolos de aplicación en los diversos servicios implicados en este proceso como Consultas, Paritorio, planta Maternidad, Unidad Neonatología, hospitalización de Ginecología y centros de salud de Atención Primaria. Estas guías de práctica clínica garantizan unos cuidados individualizados y empáticos basados en el respeto y la satisfacción de las necesidades de las familias. Un trabajo que ha sido expuesto recientemente en una jornada monográfica en el marco de la celebración internacional de la muerte perinatal.
Mariposa azul
Entre las iniciativas que se llevan a cabo en Valme para apoyar a las familias cuando se producen estas pérdidas, destaca la colocación de una mariposa azul en la puerta de la sala de recuperación de Paritorio y después en la habitación de la planta de Ginecología hasta el alta hospitalaria. Este distintivo ayuda a los profesionales a identificar estos casos y dispensar un trato diferente acorde a la situación de pérdida producida.
También es destacable la `caja de los recuerdos´ que se prepara en el Paritorio con detalles que marcarán la huella física del neonato fallecido para su familia (huella del pie, de la mano,…).
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